Las claves del verano
Lamentablemente, Madonna no tiene el estilista de Cospedal, pero est¨¢ ilustr¨¢ndonos c¨®mo se vive esa dif¨ªcil senda de los cincuenta hacia los sesenta
Se acerca el verano y Mar¨ªa Dolores de Cospedal, la dama m¨¢s estilosa del PP, se ha recortado la melena, pero como tienen tantas cosas encima, campa?a y tantos casos aislados de corrupci¨®n, pues nadie pareciera hab¨¦rselo notado. Le sienta muy bien esa lisura c¨®moda, esa suave coloraci¨®n con reflejos de un campo castellano tan de Miguel Delibes. Aunque a veces se repita, Cospedal es guapa y h¨¢bil, en una entrevista con Abc volvi¨® a calificar a Luis B¨¢rcenas como ¡°ese sinverg¨¹enza¡± sin que se le erizara un pelo. Quiso demostrar as¨ª que no hay nada como un buen corte.
Sabemos que cuando una mujer se corta el pelo es porque algo muy profundo sucede en su interior. O en su coraz¨®n. Cospedal se ha renovado como nadie m¨¢s en su partido lo ha hecho. Con ese corte ella puede ser la avanzadilla. Mariano, al que adora, sigue igual, inmutable. Soraya tambi¨¦n contin¨²a casi igual aunque ha crecido (como figura p¨²blica). Rita sigue aferrada. Cospedal ha iniciado una senda castellana del cambio que se cruza con la de Andrea Levy, con su mirada de virgen renacentista desenfadada y esas declaraciones desinhibidas y profundas: ¡°Siento el PP con mucho orgullo¡±. Levy no viene del campo sino del Liceo Franc¨¦s de Barcelona. Nacida en 1984, cuando ya Madonna hab¨ªa triunfado, pertenece a esa generaci¨®n pol¨ªtica que se ha educado y curtido en los plat¨®s de televisi¨®n. Cospedal se ha dado cuenta de que su nueva rival en el afecto de Mariano puede ser Andrea. Igual que en el teatro y en la tele, las j¨®venes siempre est¨¢n all¨ª detr¨¢s, esperando para saltar y quitarle el puesto a las veteranas.
?Hola! acaba de publicar 10 claves para hacerle frente al verano. Muchas son de toda la vida. Hacen especial hincapi¨¦ en tener una melena radiante. Ojo Andrea, y o¨ªdo Cospedal. ?A que no sab¨ªan que conviene humedecer el pelo antes de ba?arse en el mar? Pues s¨ª, hay que tener a mano una botellita con agua y unas gotitas de acondicionador. Por fin entendemos a esas se?oras que masajean la melena en la playa. Tanto Cospedal como Levy tendr¨¢n que compaginar trabajo con vacaciones. A¨²n cobrando, lo de la interinidad ha sido un l¨ªo, y gobierno, lo que se dice gobierno, no habr¨¢ hasta septiembre. As¨ª que hay que leerse atentamente los 10 pasos de?Hola! para poder enfrentar el periodo poselectoral. La lista es m¨¢s exigente que la de cualquier candidatura: depilaciones, aplicaciones, bronceadores y pedicuras. Vientres firmes. Hidrataci¨®n. Polvos de sol y maquillaje soft.
Siempre me sorprende la cantidad de cosas que cualquier estaci¨®n, y cualquier revista, exige a las mujeres. Los hombres tambi¨¦n nos depilamos, influidos por el porno. Entre mis amigos varones, las poqu¨ªsimas cosas en com¨²n son la despreocupaci¨®n por la composici¨®n de las listas electorales, la depilaci¨®n y qu¨¦ co?o le est¨¢ pasando a Madonna, que ¨²ltimamente pareciera que todo le sale medio mal. Reaparece en los Billboard, rindiendo un homenaje a Prince, ataviada como un Mozart ochentero, que es lo que intent¨® ser Prince, y, de nuevo, se se?ala otra vez que est¨¢ desorientad¨ªsima, que su homenaje fue depresivo y cant¨® Nothing Compares to You sin la voz de Sinead O¡¯Connor. ?Pero si Sinead O¡¯Connor anda perdida por Illinois y no puede cantar! Se le fastidi¨® la carrera tras romper una foto del papa Wojtyla en p¨²blico. Nunca m¨¢s levant¨® cabeza. Lamentablemente Madonna no tiene el estilista de Cospedal para que le diga: ¡°Mi amor, a partir de una edad el pelo debe estar m¨¢s corto¡±, pero est¨¢ ilustr¨¢ndonos c¨®mo se vive esa dif¨ªcil senda de los cincuenta hacia los sesenta. Y parece que ese tr¨¢nsito hay que vivirlo as¨ª, suicida y con sem¨¢foros. O sea, complicad¨ªsimo.
La celebraci¨®n del cumplea?os de Michael Smith, en Madrid, coincidi¨® con el viaje de Obama a Vietnam. El baile lo abri¨®, precisamente, Vogue, ese himno al postureo y el glamour que Madonna enton¨® por primera vez en 1989. Unos bailarines profesionales se contorsionaban emulando las c¨¦lebres poses del v¨ªdeo e intentaron convencer a las damas de seguir la coreograf¨ªa, pero claramente quienes mejor lo hicieron fueron los anfitriones, el embajador Costos y el cumplea?ero Smith. Fue casi una nueva declaraci¨®n de independencia. Similar a la divertid¨ªsima alocuci¨®n del embajador a los postres, evocando c¨®mo conocer a Michael no cambi¨® su mundo sino que cre¨® uno nuevo para los dos. Eso es amor y diplomacia. Smith ampli¨® m¨¢s el discurso cuando explic¨® que muchos de sus invitados americanos les fre¨ªan a preguntas sobre c¨®mo viajar a Madrid y una vez aqu¨ª, qu¨¦ hotel, qu¨¦ tiendas, qu¨¦ restaurantes visitar. Smith les fren¨® en seco: ¡°Esto es American Embassy, no American Express¡±.
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