Los desaf¨ªos africanos ante el desarrollo ganan en el Festival de Cine de Tarifa
Autora invitada: ?ngeles Lucas
Cuentan que los hermanos Lumi¨¨re llevaron a ?frica en el siglo XIX sus protoc¨¢maras para retratar el continente. Algunas de ellas recalar¨ªan en Islas Mauricio, un archipi¨¦lago conformado por decenas de etnias y con una fuerte influencia hind¨². ¡°Estas im¨¢genes tomadas en 1896 permanecen en el pa¨ªs como un patrimonio ¨²nico de testimonio visual. No ha habido mucho m¨¢s material hasta que un mauriciano de origen chino comenz¨® a grabar peque?os cortos en 1950¡±, ilustra el director de cine de estas islas del ¨ªndico, David Constantin, en una charla celebrada durante la 13? edici¨®n del Festival de Cine Africano en Tarifa. Varias d¨¦cadas despu¨¦s, el autor muestra en su pel¨ªcula Lonbraz Kann el conflicto entre mantener el cultivo de ca?a de az¨²car en el territorio frente a la construcci¨®n de hoteles de lujo y un campo de golf. Su narraci¨®n ha cautivado al jurado del festival, el filme ha sido galardonado con el premio Griot al mejor largometraje de ficci¨®n.
Constantin presenta en su cinta un caso concreto extrapolable a la lucha de un continente que oscila entre la asimilaci¨®n de modelos y valores capitalistas, occidentales y consumistas para un supuesto desarrollo econ¨®mico frente al sostenimiento de una actividad tradicional, generadora de una cultura determinada, creadora de diversidad. Es un dilema similar y vinculado tambi¨¦n con el turismo por el que se ha alzado con el premio al mejor documental La route du pain (La ruta del pan), de Hicham Elladdaqi. En ¨¦l se muestra sin perturbaciones la rutina cotidiana de marroqu¨ªes que esperan encontrar un trabajo en Marrakech, donde la industria tur¨ªstica marca el devenir de la ciudad. Estos dos premios reconocen en im¨¢genes de cine el eterno debate entorno a la palabra desarrollo y su consecuente acumulaci¨®n para unos y el esquilmado para otros, el crecimiento econ¨®mico frente a la desaparici¨®n de tradiciones, o el intercambio de recursos frente al hambre.
Est¨¢ en la realidad, est¨¢ en el cine, pero la sociedad ve este debate y no lo ve. Pueden confundir las im¨¢genes con destellos que ciegan y se convierten en estereotipos. Hay parte de la poblaci¨®n que pelea por aspirar a imaginarios de presunto ¨¦xito que esconden destrucci¨®n de diversidad; que cree sin dilaci¨®n en los confusos t¨®picos, o que por el contrario se percata de los discursos infundados sin contexto. Hechos que se dan entre gentes de todas las orillas y entre sus propias costas. ¡°Hay africanos que prefieren las pel¨ªculas de Estados Unidos o Bollywood, aunque algunos j¨®venes est¨¢n interesados en contar la realidad desde la perspectiva africana. En mi pel¨ªcula pueden verse reflejados¡±, a?ade Constantin como ejemplo de la compleja sociedad.
Este es el reflejo de im¨¢genes reales, sin destellos, de discursos repetidos hasta la saciedad en un evento que invita tanto a los africanos como a los for¨¢neos a verse a s¨ª mismos, a redescubrirse, a volver la mirada a la historia, a renegociar el pasado. Donde se encuentra al otro, se reflexiona sobre uno mismo, se palpan realidades, se confirman otras, se cuestiona lo impuesto, se plantea algo nuevo. Donde el an¨¢lisis y el respeto a la diversidad desde la interculturalidad como enriquecimiento de la humanidad es un axioma y es sujeto y objeto de cr¨ªtica. Un discurso que es un desaf¨ªo en un festival que muestra inquietudes contadas desde el continente, como la lucha generacional de una madre que quiere casar a su hija con un hombre adinerado de Guinea Ecuatorial en el corto Aric¨® Caliente, de Raimundo Bernab¨¦ Nnandong; los esfuerzos por las propinas de una camarera de Ciudad del Cabo en Lazy Susan, de Stephen Abbott; o la historia de un transexual en Casablanca en La Perruque (La peluca), de Karim Boukhari.
Es un desaf¨ªo presentado en un dur¨ªsimo y dram¨¢tico relato en la pel¨ªcula sudafricana The Endless River, de Oliver Hermanus, que ha conseguido el premio del p¨²blico en el festival, lo que significa que ha logrado unificar criterios de espectadores tanto en T¨¢nger como en Tarifa en este evento que se ha celebrado de forma simult¨¢nea en dos continentes.
¡°Todav¨ªa hay en Sud¨¢frica ciudadanos de segunda, los llamados coloreados, como yo, que no son ni blancos ni negros. En la pel¨ªcula se demuestra la sumisi¨®n que tienen respecto a los mismos derechos que los dem¨¢s¡±, apunta el director en la charla posterior a la proyecci¨®n de la pel¨ªcula en Tarifa. Una cinta que compunge, que desalienta frente a una violencia extrema ejercida para recuperar tierras perdidas. Tambi¨¦n se muestran vidas sudafricanas en la pel¨ªcula Necktie Youth, del veintea?ero de Johannesburgo Sibs Shongwe-La Mer, donde, en un ejercicio metadiscursivo, desmonta mediante personajes basados en la primera generaci¨®n postapartheid la imagen impuesta de que las generaciones futuras ser¨¢n la salida para ?frica. ¡°Hay j¨®venes buenos y j¨®venes malos, como en todo, y eso hay que contarlo tambi¨¦n¡±, declara Shongwe La-Mer reivindicando una idealizaci¨®n pol¨ªtica sobre el camino que debe asumir su continente. Cuestionando el debate.
En la orilla europea, j¨®venes de Algeciras aprenden lo que es el animismo entre fotograf¨ªas tomadas por el asturiano Fernando Silva de mujeres mursis con platos labiales y de otras etnias de Etiop¨ªa que est¨¢n expuestas en el Teatro Alameda de Tarifa. "El animismo engloba diversas creencias en las que tanto los objetos de uso cotidiano como los elementos del mundo natural tienen alma o conciencia. En la mayor¨ªa de culturas africanas animistas tambi¨¦n se practica una relaci¨®n muy estrecha entre las almas de los vivos y de los muertos mediante ritos, ofrendas, celebraciones¡±, explica con ¨ªmpetu la comunicadora Lara Ripoll, que acerca realidades africanas a grupos escolares de la provincia durante el festival. La alumna Laura Peinado, de 17 a?os, escucha con atenci¨®n. "No sab¨ªa mucho de ?frica, es muy interesante aprender de otras religiones, siempre se habla de la cristiana o la musulmana. Me sorprende que en algunos casos los et¨ªopes est¨¦n tan influenciados por la globalizaci¨®n y que en otros sean m¨¢s cerrados, en el sentido de que todav¨ªa mantengan con tanta fuerza sus tradiciones", resalta la joven. Planteando el desaf¨ªo.
Tambi¨¦n de las bellas et¨ªopes es la exposici¨®n de pintura de Jos¨¦ Luis Rom¨¢n, que tras varios meses en el pa¨ªs ha captado de forma hiperrealista la belleza en plano corto, los brillos de tez de las mujeres, sus iris de negro espejo sobre el que verse reflejado. ¡°Se maquillan seg¨²n los estados de ¨¢nimo, con cenizas o con or¨ªn de vaca, que tambi¨¦n sirve como repelente para los mosquitos. Tienen cicatrices ornamentales, tatuajes, dilataciones en las orejas, como aqu¨ª", apunta la gu¨ªa de la exposici¨®n trayendo a su cercan¨ªa comportamientos repetidos entre continentes. Un sin cesar de b¨²squeda y descubrimiento, una apertura de plano de realidades vendidas como lejanas en la historia. En una din¨¢mica en la que discernir entre la imagen y los destellos, en la que posicionarse ante un debate y un desaf¨ªo. Volver a la historia, a ¨¦pocas anteriores a la de los hermanos Lumi¨¨re y reviajar por el pasado con im¨¢genes sin destellos podr¨ªa ser un punto de partida.
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