¡®Vade retro¡¯
De cara a las elecciones todos los pol¨ªticos se rasgan las vestiduras, alineados con el electorado, rechazando una de las pr¨¢cticas que m¨¢s indignan a ¨¦ste: la corrupci¨®n pol¨ªtica. Sin embargo, no parece que despu¨¦s pongan gran empe?o en legislar para disuadir de ¡°caer en la tentaci¨®n¡± a quienes finalmente terminamos conociendo como autores de actos de esta naturaleza o, lo que es peor, a los que cometi¨¦ndolos no son descubiertos; que parece que solo sale a la luz lo que rebosa, no lo que verdaderamente existe. El temor a la p¨¦rdida de los privilegios que se han autoconcedido y/o de los derechos que por el ejercicio l¨ªcito de su funci¨®n pol¨ªtica les corresponden, podr¨ªa disuadirles, al menos a buena parte de ellos, de ¡°caer en la tentaci¨®n¡±. Naturalmente estas medidas tendr¨ªan que ser compatibles con la responsabilidad derivada de los actos cometidos. ?Creen que servir¨ªa de algo? Yo pienso que s¨ª.¡ª Jes¨²s Palacios Mu?oz.Madrid.
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