Las ¡®malas buenas¡¯ hierbas de Nantes
La ciudad francesa deja crecer la vegetaci¨®n silvestre y reduce en un 97,5% el uso de pesticidas
Entre adoquines, a los pies de una farola, en la mediana de una carretera de asfalto por la que circulan m¨¢s bicicletas, autobuses y tranv¨ªas de la red del servicio p¨²blico de transportes que coches particulares, crecen al libre albedr¨ªo plantas silvestres. Estas malas hierbas cubren de verde Nantes, la misma urbe que tiempo atr¨¢s se la conoc¨ªa como una ciudad gris.
Los vecinos ¡ªy los forasteros cuando se lo explican¡ª ya no tienen esa percepci¨®n de abandono, dejadez y descuido en relaci¨®n a las malas hierbas, sino todo lo contrario. Ahora las aceptan como un elemento m¨¢s en el jard¨ªn urbano. Jacques Soignon, director de los Servicios de los Espacios Verdes y Medio Ambiente de Nantes (SEVE) dice: ¡°Nos han ense?ado a considerarlas [a las malas hierbas] como plantas indeseables, que eran un signo de mal mantenimiento de la ciudad, pero en realidad nos ayudan contra la poluci¨®n, filtran el agua de arroyada y evitan la erosi¨®n pluvial¡±. Para el Ayuntamiento es una ambici¨®n pol¨ªtica para as¨ª restaurar su lugar en la naturaleza y biodiversidad en la ciudad. Autoridades locales y los propios habitantes comprenden que la vegetaci¨®n tambi¨¦n debe crecer en la ciudad, como apunta Claude Figureau, exdirector del Jard¨ªn Bot¨¢nico de Nantes, quien apuesta por ¡°la invenci¨®n de materiales y construcciones capaces de recibir toda esta biodiversidad y as¨ª transformar la ciudad en campo¡±.
Tras la Cumbre de la Tierra en Rio en 1992, organizada por la ONU en la ciudad brasile?a de R¨ªo de Janeiro, tuvo lugar un cambio generalizado de la mentalidad ambiental de los nanteses que desde entonces no ha dejado de ser parte del ADN de esta ciudad. Sin embargo, la toma de conciencia de la importancia de las malas hierbas lleg¨® en la d¨¦cada de los noventa, con la aplicaci¨®n de la gesti¨®n diferenciada en los parques y modos de administraci¨®n de este tipo de plantas silvestres. Tiphaine Eslan del Service Presse Ville et Nantes M¨¦tropole explica que ¡°puso en evidencia que no todo deb¨ªa ser tratado de la misma manera y que no era conveniente erradicar dr¨¢stica y reiterativamente las malas hierbas en la ciudad¡±. Con la perspectiva que aporta el paso del tiempo hoy se puede afirmar que Nantes y sus servicios necesitaban de unos m¨¦todos de trabajo hechos a medida para llegar a buen puerto.
En el a?o 2011 se establece el plan municipal de deshierbe ¡ªcon especial hincapi¨¦ en la aceras¡ª. A continuaci¨®n las medidas adoptadas por las autoridades competentes de la ciudad se encaminaron a la concienciaci¨®n, como as¨ª lo ilustran diferentes acciones con el objetivo de dar a conocer la integraci¨®n de la naturaleza en la ciudad:
- Me rue en fleurs (Mis flores en la calle): desde 2013 y durante la primavera se distribuyen 4.000 semillas entre los residentes para que las planten en la calle y florezcan.
- Les jardins ¨¤ quai (Los jardines flotantes): la vegetaci¨®n suspendida en el agua del r¨ªo Erdre al juntarse crea una isla verde que sirve de h¨¢bitat para diferentes especies de aves, insectos e incluso nutrias. Se trata de un experimento cient¨ªfico que tiene la intenci¨®n de estudiar a la flora y fauna espec¨ªfica de la zona.
- Les belles de bitume (El asfalto hermoso): una iniciativa de Fr¨¦d¨¦rique Soulard que consiste en nombrar las malas hierbas escribiendo su nombre sobre el asfalto para que de este modo existan y pueden ser identificadas por los ciudadanos.
¡°En mi barrio de Chantenay, en Nantes, un bot¨¢nico erudito, tan sabio como an¨®nimo, devolvi¨® sus nombres a las hierbas salvajes de las calles. ?Gracias amigo/a!¡±, escrib¨ªa en su perfil de Facebook el usuario Luc Douillard el 20 de junio de 2014. Las fotos que se colgaron se compartieron 6.500 veces en 24 horas. A los cuatro d¨ªas se identific¨® a la persona que pon¨ªa nombres a las plantas silvestres: la herborista Fr¨¦d¨¦rique Soulard. La noticia se difundi¨® en el peri¨®dico Terra eco y fue traducido al espa?ol en Noticias Positivas.
Esta iniciativa art¨ªstica, ecol¨®gica y tambi¨¦n educativa, es fruto de la obra po¨¦tica de Fr¨¦d¨¦rique Soulard, nieta de un herbolario y miembro de la asociaci¨®n L'¨¦cume des mots. Aunque la visibilidad de su trabajo haya tenido lugar en 2014 ella comenz¨® a madurar la idea desde hac¨ªa m¨¢s de diez a?os, mientras trabajaba en una herborister¨ªa. Durante ese lapso de tiempo se dio cuenta, por ejemplo, de que las amapolas que crec¨ªan en su barrio aprovechaban las pendientes para hacer rodar sus semillas y as¨ª extenderse poco a poco. O que la Ruina de Roma ¡ªnombre de una de esas malas hierbas¡ª crece en las paredes m¨¢s vetustas y que debe su nombre al hecho de que se usaba para decorar los muros de piedra del siglo XVIII.
Su labor consiste en registrar el nombre de las malas hierbas, los cuales escribe sobre el asfalto. De este modo les da vida ¡ªa las malas hierbas¡ª ante los ojos de los habitantes. ¡°Pienso que esto cambia la mirada de la gente. Puedo asegurarle que, cuando vuelven a sus casas, ven decenas de plantas salvajes en las calles¡±, dice la ide¨®loga de este proyecto. La municipalidad de Nantes en cuanto tuvo constancia de esta iniciativa no dud¨® en apoyarla subvencionado parte de la misma e instando a los trabajadores pertinentes del consistorio a que no borren los nombres escritos sobre el asfalto. Y es que la pol¨ªtica del Ayuntamiento de Nantes en cuanto a la biodiversidad tiene como objetivo transformar la ciudad en un refugio que proteja a la naturaleza organizando su cohabitaci¨®n con el espacio urbano.
La medida propicia el retorno de la biodiversidad urbana, proporcionando un h¨¢bitat potencial para una fauna espec¨ªfica, la creaci¨®n de corredores y v¨ªas verdes, el resurgimiento de los ecosistemas urbanos y tiene una funci¨®n descontaminante
Los nombres que se pueden leer son los comunes de cada una de las plantas, no los cient¨ªficos. Fr¨¦d¨¦rique Soulard lo justifica diciendo que es m¨¢s f¨¢cil recordar diente de le¨®n que taraxacum officinale, o la hierba carnicera que vergerette, por citar dos ejemplos. De esta manera los transe¨²ntes que recorren diariamente las calles de Nantes van aprendiendo un poco m¨¢s sobre su flora y hacen de su ruta cotidiana una amena lecci¨®n de bot¨¢nica callejera. As¨ª pueden aprender que la mayor¨ªa de ellas son medicinales y otras comestibles.
Este tipo de iniciativas en Francia hacen que tengan eco en las altas esferas y se llegue a la adopci¨®n por parte del Parlamento del Z¨¦ro phytosanitaire ¡ªTolerancia cero¡ª en enero de 2014 y que supuso la prohibici¨®n del uso de los pesticidas en las zonas verdes ¡ªaplicable a partir de enero de 2017¡ª. La misma ley incluye exenciones: por ejemplo, s¨ª se puede hacer uso de los pesticidas en la red de ferrocarriles, las pistas de los aeropuertos y las carreteras, as¨ª como en caso de emergencia de la salud p¨²blica. Un proyecto de ley del senador ecologista Joel Labb¨¦. Y es que Francia es uno de los pa¨ªses europeos que m¨¢s uso de los pesticidas hace, a pesar de la Ecophyto que puso en marcha en 2008. En Nantes el porcentaje de reducci¨®n en el uso de pesticidas ha sido de un 97,5% en 13 a?os, seg¨²n el Service Presse Ville de Nantes et Nantes M¨¦tropole: en 2002 se usaron fue de 4.147 litros para una superficie de 850 hect¨¢reas a¨¦reas verdes, mientras en 2015 fueron 104 litros para 1.070 hect¨¢reas.
En la actualidad, los jardineros y dem¨¢s trabajadores a la hora de cuidar las zonas verdes de la ciudad se valen de t¨¦cnicas alternativas al uso de los pesticidas, as¨ª como limitar el riego: ejecutan un control sistem¨¢tico de la maleza, en vez de su erradicaci¨®n; establecen un plan de gesti¨®n espec¨ªfico en cada sitio; restablecen la vegetaci¨®n provocada o espont¨¢nea.
Las consecuencias de estos nuevos h¨¢bitos derivan en que en vez abusar del riego se valen de una molienda de vegetales o empajado para conservar la humedad. Por otro lado, han sustituido los herbicidas por insectos para erradicar las plagas que provocan los ¨¢fidos o pulgones.
?Qu¨¦ beneficios le reportan a Nantes y a sus habitantes todas estas medias, cuidados y sensibilidad hacia las malas hierbas? Tiphaine habla de un valor a?adido en el paisaje, de una floraci¨®n natural, el retorno de la biodiversidad urbana, proporcionando un h¨¢bitat potencial para una fauna espec¨ªfica, la creaci¨®n de corredores y v¨ªas verdes y el resurgimiento de los ecosistemas urbanos, adem¨¢s de una funci¨®n descontaminante. A todos estos, Fr¨¦d¨¦rique a?ade que alegran la ciudad y la vuelven viva. Por consiguiente, no entiende por qu¨¦ habr¨ªa que deshacerse de las plantas silvestres. A pesar de que no hay datos que justifiquen el impacto positivo de las plantas silvestres desde el Service Presse Ville et Nantes M¨¦tropole dicen que la contaminaci¨®n fitosanitaria es menor.
Fr¨¦d¨¦rique, que tiene un perfil en Facebook con las malas hierbas y sus nombres en las aceras, apunta que la vida no ha esperado al hombre para comenzar. ¡°Ellas [las malas hierbas] llegan sin que se lo pida nadie. Crecen sin que se les siembre, all¨¢ donde el viento ha dejado una semilla. Solo necesitan el agua de la lluvia y se alimentan de las heces de los perros¡±. Y a continuaci¨®n argumenta la idea de que si las plantas silvestres desaparecieran ser¨ªa el fin de la vida sobre la tierra ya que sin ellas no hab¨ªa alimento para los herb¨ªvoros, ni para los carn¨ªvoros y ni para los humanos.
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