Donde ser grosero con las mujeres se paga
En Quezon City (Filipinas), el Ayuntamiento acaba de aprobar una ordenanza que sanciona el acoso callejero, ya sea f¨ªsico o verbal
En tagalo, el idioma mayoritario en Filipinas, magastos mambastos significa algo as¨ª como: portarse mal (o ser grosero, rudo, maleducado) sale caro. Esta peque?a rima es el eslogan que usa la ciudad m¨¢s poblada del cintur¨®n metropolitano de Manila, Quezon City (2,7 millones de habitantes), para luchar contra el acoso callejero a las mujeres; un goteo diario de comentarios, silbidos y tocamientos m¨¢s o menos sutiles que se suceden en los lugares p¨²blicos.
Detr¨¢s de la rima, que evoca a las palabras espa?olas gastos y bastos ¡ªreminiscencia de un pasado colonial que salpic¨® la lengua local de vocablos castellanos¡ª, existe todo un programa que no solo busca penalizar a quienes molesten a las mujeres, sino tambi¨¦n concienciar tanto a ellas como a los hombres de que ciertos comportamientos deben ser desterrados de calles, mercados, transportes...
¡°Gritar algo a una mujer en funci¨®n de su aspecto o su vestimenta en mitad de la calle no es un piropo; por su puesto, que te toquen el culo en el metro o en un jeepney [el transporte p¨²blico m¨¢s popular y caracter¨ªstico de Filipinas: todoterrenos adaptados para albergar a una docena de pasajeros que hacen peque?as rutas urbanas] tampoco¡±, reclama Cookee Belen, responsable en el pa¨ªs Safe Cities, una iniciativa de ONU Mujeres en una veintena de ciudades.
Se trata de un programa dirigido tanto a pa¨ªses ricos como pobres ¡ªhay ejemplos desde Nueva York hasta Bruselas, Kigali y Nueva Delhi¡ª que pretende fomentar espacios urbanos donde las mujeres est¨¦n seguras. En cada lugar tiene un foco diferente, en funci¨®n de la realidad local, adapt¨¢ndose a los problemas concretos de las zonas donde se implementa y a la vez tratando de sacar conclusiones que sean exportables a otras. Por eso, aunque el plan cuenta con el soporte de las Naciones Unidas y la financiaci¨®n de distintas organizaciones ¡ªla Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n (Aecid) en el caso de Quezon¡ª, la implicaci¨®n de los ayuntamientos es fundamental.
El alcalde de Quezon, Herbert M. Bautista, es desde hace a?os un convencido de la lucha por la igualdad en su pa¨ªs. El trabajo con ONU Mujeres fue fluido desde el principio y el pasado marzo, tras menos de un a?o de trabajo conjunto, el consistorio ya hab¨ªa aprobado la norma que penaliza a los infractores con multas de entre 1.000 y 5.000 pesos filipinos (entre 20 y 100 euros, aproximadamente). En un pa¨ªs con un salario m¨ªnimo de algo m¨¢s de 200 euros ¡ªque es m¨¢s una aspiraci¨®n que un punto de partida para la mayor¨ªa¡ª, efectivamente sale caro.
Pero tanto el alcalde como los promotores del proyecto saben que las multas tienen un componente casi m¨¢s simb¨®lico que punitivo. Porque no es sencillo denunciar a alguien que grita o silba a una mujer por la calle y, por m¨¢s que sea una agresi¨®n desagradable, son una minor¨ªa las que se van a tomar la molestia de identificarlo, recabar testigos y poner la correspondiente denuncia.
¡°Habr¨¢ que evaluar el resultado en un tiempo para medir si ha descendido el acoso en las calles, pero lo que ya sabemos es que hemos conseguido generar un debate p¨²blico, todo el mundo habla sobre magastos mambastos e incluso hace bromas: muchos hombres exageran haciendo reverencias a las mujeres en signo de respeto para que no les denuncien¡±, cuenta Bautista.
La campa?a tiene un componente casi m¨¢s simb¨®lico que punitivo y ha generado un enorme debate en las redes sociales
Este pulso de la opini¨®n p¨²blica se puede tomar en las redes sociales. En Facebook ¡ªque tiene una penetraci¨®n de m¨¢s del 50% en Filipinas, situ¨¢ndolo como el sexto pa¨ªs por usuarios del mundo en t¨¦rminos brutos¡ª la campa?a ha generado miles de comentarios. ¡°L¨®gicamente no todos son a favor, muchas personas han criticado la norma, pero es bueno que exista este debate¡±, contin¨²a el alcalde.
Para saber si esa conversaci¨®n fructifica, ONU Mujeres hizo una encuesta antes de comenzar la implementaci¨®n del plan y har¨¢ otra pasados unos meses. "Sabemos el tama?o del problema", resalta Belen. Y es este: tres quintas partes de las encuestadas hab¨ªa sufrido alg¨²n tipo de acoso; una s¨¦ptima parte, al menos una vez por semana. De ellas, el 38% en sus peores versiones (tocamientos) y un 70% de forma verbal. Entre las j¨®venes de entre 18 y 24 a?os, casi el 90% lo ha vivido alguna vez. Tambi¨¦n se pregunt¨® a los hombres: tres de cada cinco admite este comportamiento y uno de cada siete reconoce que lo hace al menos una vez al d¨ªa. Entre ellos no hab¨ªa diferencias significativas en las cifras seg¨²n el nivel de estudios o la ocupaci¨®n.
"Es muy com¨²n que te suceda, a casi todas mis amigas, incluida a m¨ª, nos han acosado alguna vez por la calle. Pero te averg¨¹enzas de ello. No quieres que las personas de tu alrededor se enteren y comiencen a hablar a tus espaldas, as¨ª que ni lo cuentas ni lo denuncias. Es un problema silenciado", relata Gigile Saguran, de 36 a?os. Ella participa como consejera comunitaria en el asesoramiento de sus conciudadanos sobre la campa?a y en la concienciaci¨®n para que tanto ellas como ellos perciban el acoso callejero como un problema con soluciones.
Como ella, que muestra en su camiseta la leyenda Free of fear (Sin miedo) son decenas de voluntarios los que se han implicado en la lucha contra el acoso. Realizan talleres, tanto para mujeres como para hombres, en los que explican la nueva normativa y en qu¨¦ consiste la campa?a. Ponen el foco en los colectivos m¨¢s problem¨¢ticos, como pueden ser los conductores de triciclos, otro popular sistema de transporte, consistente en peque?as motos con sidecar que hacen las veces de taxi. A los propietarios, que no siempre son los conductores, les instan a dejar de contratar a aquellos trabajadores que incurran en esta conducta agresiva con las mujeres.
La campa?a ha empezado como programa piloto en dos barangays, que son los niveles m¨ªnimos de organizaci¨®n municipal en Filipinas, algo as¨ª como un distrito, pero con sus propias elecciones. Son Payatas, de 200.000 habitantes, y Bagong Silangan, de 100.000. Poco a poco, la idea es extenderlo a los 142 barangays de Quezon y que, con el tiempo, sirva de ejemplo para toda el ¨¢rea metropolitana de Manila. "Una mujer normalmente recorre para ir y volver a trabajar varias ciudades en transporte p¨²blico. De poco sirve que estemos muy concienciados aqu¨ª si el acoso contin¨²a a solo unos kil¨®metros", reflexiona Belen que aspira a que Quezon no solo sea un referente en su pa¨ªs, sino que su modelo se pueda exportar tambi¨¦n a otros.
Planeta Futuro / El Pa¨ªs forma parte del proyecto de periodismo Habitat III.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.