Salvados de acabar en el vertedero
Un iniciativa en Cardiff da una segunda oportunidad a dos toneladas de objetos y ayuda a concienciar a los vecinos sobre la acumulaci¨®n innecesaria de pertenencias
Lo que para algunos son pertenencias que acumulan polvo y ocupan espacio en garajes o armarios predestinados a acabar en el vertedero, para otros pueden ser un tesoro. La soluci¨®n parece sencilla: intercambiar objetos que ya no usamos por otros con el objetivo de darles una nueva vida. En la actualidad existen decenas de webs donde anunciar y vender aquello a lo que ya no le das uso, pero tambi¨¦n crecen las iniciativas ciudadanas en las que no interviene el factor econ¨®mico.
Los vecinos de Roath, un barrio al nordeste de Cardiff (Gales), junto con el proyecto social Green City y Cynefin Wales organizaron un evento en el que se pudieron intercambiar los muebles, ropa, libros, juguetes, bicicletas, aparatos electr¨®nicos y otros enseres que ya no utilizaban. Pero el objetivo de este iniciativa fue mucho m¨¢s amplio, ya que no solo se quer¨ªa evitar que cientos de objetos acabaran en la basura, sino tambi¨¦n invitar a la reflexi¨®n sobre la cantidad de enseres que compramos y acumulamos, sometiendo al medioambiente a un estr¨¦s innecesario.
El proyecto naci¨® de una serie de reuniones y talleres ligados al programa Cynefin, palabra galesa que se traduce como h¨¢bitat o lugar al que perteneces. ¡°Lo que hicimos fue unir a diferentes actores de la comunidad ¡ªvecinos, grupos comunitarios, negocios locales, grupos juveniles y otras organizaciones¡ª con el objetivo de mejorar el barrio llevando a cabo efectivos y duraderos proyectos de sostenibilidad local. La gente manifest¨® que quer¨ªa m¨¢s proyectos relacionados con el reciclaje y vimos que esta era una buena manera de hacerlo¡±, as¨ª cuenta Luke Rice, coordinador del proyecto en la capital galesa, como surgi¨® Exchange in Roath (intercambiar en ingl¨¦s). Se empez¨® a tejer desde ese momento una red con m¨²ltiples actores y dando especial voz a los vecinos del barrio que de forma participativa proponen los temas, actividades y eventos que quieren llevar a cabo.
Durante una semana un grupo de voluntarios se encarg¨® de recoger, organizar y clasificar alrededor de dos toneladas de objetos inutilizados hasta ese momento. En el lugar de recogida ¡ªun gran contenedor ubicado frente a un centro social del barrio¡ª al dejar sus pertenencias, los vecinos recib¨ªan una tarjeta de puntos los cuales pudieron utilizar el d¨ªa del evento. Decidieron que todos los objetos tendr¨ªan el mismo valor; una cafetera, un libro, un carrito de beb¨¦ o una bicicleta, todo se podr¨ªa conseguir por un punto.
En la segunda edici¨®n del evento, celebrada en octubre de 2015, m¨¢s de 800 personas participaron y dos toneladas de art¨ªculos encontraron casa, bajo el concepto reuse-relove (reusar y volver a amar). ¡°Mi hijo y yo pasamos un d¨ªa fant¨¢stico. Uno de los mejores momentos fue ver como la gente cog¨ªa las cosas que d¨ªas antes nosotros hab¨ªamos donado y que ya no utiliz¨¢bamos¡±, se?ala Bernadette una vecina asistente al evento.
Seg¨²n datos de la Uni¨®n Europea cada ciudadano genera al a?o de media 481 kilos de residuos. Dinamarca y Luxemburgo lideran la lista de los pa¨ªses que producen m¨¢s cantidad de basura, mientras que en el otro lado de la balanza se encuentran Rumania, Estonia y Polonia. El problema de los residuos tiene mayor impacto en las ciudades, ya que un urbanita genera hasta cuatro veces m¨¢s basura que un residente en el ¨¢mbito rural.
El problema de los residuos tiene mayor impacto en las ciudades ya que un urbanita genera hasta cuatro veces m¨¢s basura que un residente en el ¨¢mbito rural
En la sociedad del comprar, tirar y volver a comprar, la iniciativa social Green City tambi¨¦n propone a los vecinos de la capital galesa talleres para aprender a reparar bicicletas u otros utensilios, o a trav¨¦s de la costura creativa, volver a reutilizar la ropa.
¡°Creo que este tipo de proyectos son exportables a cualquier ciudad, adem¨¢s de darle una segunda vida a cosas que ya no utilizas te das cuenta de todo lo que compras y acumulas sin necesitarlo. Estas iniciativas ciudadanas crean barrios mucho m¨¢s unidos, tejen una red social muy fuerte¡±, afirma ?ngela Gurruchaga, una joven espa?ola residente en Cardiff que trabaja en proyectos de sostenibilidad ambiental desde hace dos a?os.
Pero no solo se busca concienciar sobre los objetos que se tiran a diario, sino tambi¨¦n sobre las toneladas de alimentos que terminan en la basura. Tal y como denuncia la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO), en el mundo se desperdician m¨¢s de 1.300 millones de toneladas de alimentos cada a?o y de media cada espa?ol tira unos 63 kilos de comida. Con el slogan Love Food Hate Waste (amamos la comida, odiamos que se desperdicie) los vecinos tambi¨¦n aprenden a trav¨¦s de talleres a c¨®mo cocinar sin generar desperdicios, trucos para que los alimentos duren mucho m¨¢s tiempo frescos e incluso a saber leer bien las fechas de caducidad y su significado.
¡°Si trabajas en y con las comunidades es muy importante involucrarlas en las decisiones de todo el proceso del proyecto. Te aseguras que son los proyectos que quiere la gente y justificas el tiempo y el dinero invertido. Adem¨¢s eso ayuda a que la gente se organice, eche una mano a su propia comunidad y se empodere¡±, se?ala Luke Rice qui¨¦n dice estar sorprendido y contento de la gran aceptaci¨®n del proyecto y de la participaci¨®n ciudadana en este tipo de iniciativas.
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