Acusar a Greenpeace de ¡°crimen contra la humanidad¡± es rid¨ªculo (y peligroso)
En una carta publicada hace unos d¨ªas, m¨¢s de 100 premios Nobel critican a Greenpeace por su postura contra el uso de organismos modificados gen¨¦ticamente (OGM) y espec¨ªficamente por su posici¨®n cr¨ªtica contra la eficiencia del arroz dorado como recurso para atajar la deficiencia de vitamina A. En su documento usan un lenguaje particularmente duro, llegando a acusar a la ONG de ¡°crimen contra la humanidad¡±. Es indiscutible que los nobeles son personas sumamente capacitadas que han ayudado a la humanidad por medio de su ciencia. Sin embargo, ello no los convierte necesariamente en personas especialmente sensibles, bien informadas o suficientemente cr¨ªticas como para abordar asuntos tan complejos como la malnutrici¨®n humana o el desarrollo sostenible.
Existen pruebas abundantes sobre los efectos potenciales del uso de los organismos modificados gen¨¦ticamente sobre el medio ambiente. Est¨¢ bien documentado que es frecuente la contaminaci¨®n involuntaria del genoma de especies silvestres (por ejemplo, CN Stewart y col, Transgene introgression from genetically modified crops to their wild relatives Nature Rev Genetics, 2003), aunque los efectos a largo plazo de dicha contaminaci¨®n no son siempre obvios. Por otra parte, los indicios sobre los efectos directos de los OGM sobre la salud humana son, en efecto, muy limitadas o inexistentes. Esta carencia de pruebas en humanos podr¨ªa ser debida, en parte, a la falta de estudios que examinen los potenciales efectos sobre la salud con el transcurso del tiempo. En realidad es muy dif¨ªcil hacer predicciones a largo plazo y a gran escala de los efectos potenciales de los OGM sobre el medio ambiente y la salud humana (D Caruso, Intervention: Confronting the Real Risks of Genetic Engineering and Life on a Biotech Planet, Hybrid Vigor Institute, 2006).
Es muy dif¨ªcil hacer predicciones a largo plazo y a gran escala de los efectos potenciales de los OGM sobre el medio ambiente y la salud humana
Desde este punto de vista, la posici¨®n global adoptada por Greenpeace contra el uso de biotecnolog¨ªa moderna parece obsoleta. Por otra parte, aceptar de manera acr¨ªtica ¨Ccomo creo que est¨¢n haciendo los premios Nobel- argumentos propuestos principalmente por la industria agroalimentaria sobre los beneficios de las nuevas tecnolog¨ªas y de soluciones que no han demostrado ser ni sostenibles ni efectivas tampoco parece la m¨¢s sabia de las aproximaciones. Por ejemplo los beneficios de la aplicaci¨®n de cultivos OGM en la agricultura de peque?a escala que proporciona la inmensa mayor¨ªa de productos alimentarios en Asia o ?frica no se ha comprobado nunca (no me refiero aqu¨ª a productos como el algod¨®n). Agencias especializadas de la ONU como el International Fund for Agricultural Development (IFAD) u otras instituciones independientes no se cansan de repetir que las nuevas tecnolog¨ªas, por s¨ª mismas, no son suficientes para lograr el desarrollo rural sostenible y la eliminaci¨®n de la pobreza rural, y que no existe una soluci¨®n ¨²nica o m¨¢gica para solucionar problemas complejos como la malnutrici¨®n.
Acusar de ¡°crimen contra la humanidad¡± a una organizaci¨®n que tiene un historial admirable en la defensa del medio ambiente en tiempos de cambios clim¨¢ticos es indicativo de una visi¨®n sesgada de la realidad global. Ciertamente, debemos valorar las contribuciones cient¨ªficas de los nobeles, pero ellos har¨ªan mejor en centrar sus cr¨ªticas y acciones en prevenir las numerosas actividades que est¨¢n produciendo la destrucci¨®n en masa del medio ambiente y la salud en nuestro planeta. Las posturas extremas, como la que han adoptado contra Greenpeace, no solo no ayudan, sino que adem¨¢s son peligrosas.
Manolis Kogevinas es doctor en Medicina, investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y presidente de la Sociedad Internacional de Epidemiolog¨ªa Ambiental (ISEE).
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