?Grifos de oro en un avi¨®n? Air Force One versus Trump Force One
Trump no ha podido esperar a ser el hombre m¨¢s poderoso del mundo. Comparamos su avi¨®n con el del presidente Obama
Donald Trump (Nueva York, 70 a?os) no puede esperar a ser el hombre m¨¢s poderoso de la Tierra y del aire (lo ser¨ªa en caso de ganar las elecciones del 8 de noviembre) y acaba de remodelar su avi¨®n privado para que ya tenga esp¨ªritu presidencial. O al menos lo que ¨¦l entiende por ello. Su avi¨®n privado ya ha recibido el sobrenombre de Trump Force One, algo que probablemente haya sido idea suya porque Donald se caracteriza por su afici¨®n a poner su nombre en todas partes: los edificios que posee, las botellas de agua para su equipo de trabajo y hasta el exterior del avi¨®n privado en cuesti¨®n.
Lo que quiere Trump es competir desde ya con el avi¨®n del presidente de los Estados Unidos, un emblema de la identidad nacional. Conocido como Air Force One (aunque los controladores a¨¦reos emplean el nombre en clave Angel), esta aeronave tiene muchas m¨¢s funciones que las de llevar al presidente de un pa¨ªs a otro desde que en 1962, en plena Guerra Fr¨ªa, John Fitzgerald Kennedy mand¨® construir su propio m¨¦todo de trasporte.
El Air Force One actual es un infranqueable fuerte militar con alas que est¨¢ protegido con un sistema electromagn¨¦tico en caso de ataque nuclear. Si gana las elecciones, el por ahora candidato republicano tendr¨¢ que dejar aparcado el Trump Force One durante los que sin duda ser¨ªan los 4 a?os m¨¢s impredecibles y medi¨¢ticos de la pol¨ªtica mundial reciente. ?Saldr¨¢ ganando con este cambio de aviones? Vamos a compararlos...
El m¨¢s caro
Donald Trump compr¨® su avi¨®n privado por 90 millones de euros en 2009. Se trata de un Boeing 757-200 y est¨¢ considerado uno de los mejores aviones privados del mundo. El anterior due?o de la aeronave (construida en 1991 para una aerol¨ªnea mexicana) fue el co-fundador de Microsoft, Paul Allen. La construcci¨®n del Air Force One, estimada en unos 300 millones euros, no saque¨® los bolsillos de ning¨²n presidente: fue costeada con fondos p¨²blicos. Adem¨¢s, hay que tener en cuenta que en realidad hay dos Air Force One id¨¦nticos, para as¨ª asegurar su disponibilidad en todo momento. Con este coste total de 600 millones entre los dos aviones, el del presidente es el segundo avi¨®n privado m¨¢s caro del mundo (el Trump ser¨ªa el sexto), s¨®lo por detr¨¢s de los 660 millones que cuesta el avi¨®n militar B-2 Spirit, capaz de neutralizar armas nucleares. Estados Unidos tiene 20 de estos.
La hora de vuelo m¨¢s prohibitiva
Cada hora en el aire le cuesta a Trump algo m¨¢s de 7.000 euros, calderilla considerando que su fortuna se estima en casi 10.000 millones. Pero la envergadura y recursos del Air Force One (un Boeing 747-200B) requiere una inversi¨®n mucho mayor: 160.000 euros por cada hora de vuelo. La ventaja, obviamente, es que el coste de mantenimiento, al igual que el de construcci¨®n, sale del dinero del contribuyente.
El m¨¢s r¨¢pido
Aunque por poco, el Air Force One supera en velocidad al fastuoso Trump Force One. El avi¨®n de la Casa Blanca puede alcanzar una velocidad m¨¢xima de 1.136 km/hora, mientras la aeronave de Trump no tiene capacidad para pasar de los 1.062 km/hora. 74 km/hora son los que marcan la diferencia entre ser el presidente de Estados Unidos y ser el aspirante a gobernarlo.
El m¨¢s lujoso
Sin duda el Trump Force One es mucho m¨¢s ostentoso que el Air Force One. Donald Trump lo considera una extensi¨®n de la marca Trump y por eso no repar¨® en gastos para instalar cinturones de seguridad de oro de 24 quilates, a juego con los grifos del ba?o, los pomos de las puertas y la cadena del v¨¢ter. El escudo de los Trump decora todas las puertas y la cara de Donald aparece hasta en las botellas de agua. Las cortinas son de seda, los muebles de madera de nogal y los motores de Rolls Royce. El Air Force One es algo m¨¢s minimalista, aunque la encargada de decorarlo (la por entonces primera dama Nancy Reagan) se inspir¨® en estilos sure?os con el consiguiente gusto por lo recargado. Los muebles, hechos de madera de grano fino, reciben una capa de cera a la semana para que esta Casa Blanca en las alturas vuele como la insignia de la potencia norteamericana que en realidad es.
El que m¨¢s tiempo aguanta en el aire
El Air Force One tiene un plus con el que no cuenta el Trump Force One: ofrece la posibilidad de repostar en el aire, tal y como descubrimos en aquella pel¨ªcula con Harrison Ford titulada muy elocuentemente Air Force One. El avi¨®n del presidente (Wolfgang Petersen, 1997). Esta capacidad permite al Air Force One volar sin aterrizar durante 11.000 kil¨®metros. Sin embargo, el equipo de seguridad del presidente prefiere hacer paradas para reorganizarse, como sucedi¨® en el 11 de septiembre de 2001. George Bush fue escoltado de la escuela infantil de Florida donde se encontraba leyendo un cuento a unos ni?os y aterriz¨® de forma preliminar primero en Louisiana y despu¨¦s en Nebraska (donde ley¨® su comunicado a la naci¨®n) antes de volar a Washington.
El m¨¢s grande
Los 70 metros de largo del Air Force One no s¨®lo son m¨¢s impresionantes que los 47 del Trump, sino que permiten que el interior albergue un total de 270 metros cuadrados h¨¢biles divididos en tres niveles. Esto le convierte en uno de los aviones m¨¢s grandes del mundo. El Air Force One tiene capacidad para albergar 70 pasajeros, evidentemente en absoluto hacinados como en una low-cost sino bien c¨®modos, aunque no tanto como los del Trump. Los invitados del candidato republicano pueden convertir su asiento en una cama y ver lo que quieran en las pantallas individuales. Dadas sus enormes dimensiones, cuando Donald viaja a Nueva York el Trump Force One s¨®lo puede aterrizar en el aeropuerto de La Guardia, en Queens, que el candidato republicano defini¨® como "tercermundista". Y ¨¦l debe de saberlo bien porque naci¨® en ese barrio neoyorquino.
El mejor equipado
El presidente gana otra vez al, de momento, aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos. En el Air Force One, Obama tiene a su servicio un gimnasio, un hospital y dos cocinas equipadas para preparar 100 men¨²s distintos, adem¨¢s de un cableado de 238 kil¨®metros para mantener las 80 l¨ªneas telef¨®nicas distintas que incluye. El Trump, por su parte, tiene un dormitorio principal, otro de invitados, una sala de reuniones, un bar y una zona de esparcimiento que incluye una televisi¨®n de 52 pulgadas con las pel¨ªculas favoritas de Donald Trump. Entre ellas se encuentran dos que definen su personaje a la perfecci¨®n: Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941) y Contacto sangriento (Newt Arnold, 1988). S¨ª, la de Van Damme.
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