¡°Ahora empieza el trabajo duro¡±
Los firmantes del acuerdo de control en puerto de la pesca ilegal encaran el reto de ponerlo en pr¨¢ctica
Hasta 26 millones de toneladas y 23.000 millones de d¨®lares. Son las cifras aproximadas de lo que mueve al a?o la pesca ilegal. Toda una industria paralela que a veces lleva aparejados otros delitos, como tr¨¢fico de personas o explotaci¨®n de las tripulaciones. Y los peores efectos, claro, se los llevan los pa¨ªses en desarrollo. Un informe del Overseas Development Institute y la Fundaci¨®n PorCausa alertaba la semana pasada de que esta actividad il¨ªcita ahoga a Estados costeros como los de ?frica Occidental, a los que priva de recursos y oportunidades de empleo mientras amenaza su seguridad alimentaria. El acuerdo internacional auspiciado por la FAO (agencia de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura) que entr¨® en vigor el pasado 5 de junio aspira a acorralar a los piratas del pescado y reforzar a los Estados m¨¢s d¨¦biles en la lucha contra quienes esquilman sus mares.
"El problema persiste porque sigue habiendo mercado para la pesca ilegal. Y el camino a ese mercado pasa por los puertos", reflexionaba este lunes Jo?o Aguiar Machado, director general de Pesca de la Comisi¨®n Europea en un acto de reconocimiento a los m¨¢s de 30 firmantes (la Uni¨®n Europea firm¨® como uno solo) del tratado, m¨¢s conocido por sus siglas en ingl¨¦s (PSMA). La idea, por tanto, es establecer controles portuarios eficaces que dejen sin posibilidad de refugio a las embarcaciones piratas, como una forma m¨¢s de estrechar el cerco sobre ellas.
La otra pata del convenio es que los Estados compartan informaci¨®n para identificar a los sospechosos y conseguir que est¨¦n fichados en todo el mundo. Pero aunque la firma del pacto internacional es un paso, poner en pr¨¢ctica el sistema requerir¨¢ muchos esfuerzos, como apuntaba?este lunes David Balton, subsecretario adjunto de Estados Unidos. "Ahora llega el trabajo duro".
Faltan por sumarse al acuerdo gigantes como China o Rusia, pero tambi¨¦n pa¨ªses de ?frica Occidental que sufren los efectos de la pesca ilegal
El primer reto es conseguir que todos los firmantes ¡ªtambi¨¦n y sobre todo, aquellos con menos medios¡ª puedan aplicar esos controles de forma efectiva. Para eso hace falta formaci¨®n de inspectores y funcionarios, reformas legislativas, medios t¨¦cnicos y, claro est¨¢, financiaci¨®n. "Sin asistencia no podremos implementar este acuerdo", reconoc¨ªa Saboto Caesar, ministro de Pesca del archipi¨¦lago caribe?o de San Vicente y las Granadinas. "Pero estamos tranquilos porque el propio acuerdo contempla ese apoyo", a?ad¨ªa. Efectivamente, el texto prev¨¦ fondos (Corea del Sur ya ha confirmado su contribuci¨®n) y tambi¨¦n una formaci¨®n t¨¦cnica sobre c¨®mo realizar las inspecciones que la FAO ya ha comenzado a impartir. Pero Caesar ped¨ªa m¨¢s ¡ª"hay que extender la ayuda"¡ª mientras se felicitaba por la cooperaci¨®n entre esta agencia de la ONU y Google. "Habr¨¢ que recurrir a la tecnolog¨ªa para ir un paso por delante de los pescadores ilegales", apuntaba.
La evaluaci¨®n de da?os es demoledora en ?frica Occidental, pero no solo all¨ª. En Indonesia, un pa¨ªs que se ha mostrado firme en la guerra contra quienes faenan en sus aguas de forma il¨ªcita?¡ªllegando a hundir pesqueros¡ª el n¨²mero de peque?os pescadores se ha reducido a la mitad desde 2003, obligando a cientos de miles de familias a buscar otros medios de vida. El pa¨ªs ha dejado de ingresar 20.000 millones de d¨®lares, seg¨²n Susi Pudjiastuti, la ministra del ramo, y afronta encontronazos con pa¨ªses con gran volumen de pesca como China, que no se ha sumado al acuerdo.
Porque esa es la otra parte por donde puede hacer aguas la red de puertos seguros que propone el acuerdo: que a¨²n queden muchos Estados por sumarse, algunos tan relevantes como la mencionada China, Rusia o Jap¨®n. Pero es que tambi¨¦n faltan algunos de los m¨¢s afectados por las consecuencias de las capturas ilegales o no declaradas.
En toda la costa de ?frica Occidental solo se han adherido Gab¨®n, Cabo Verde, Sud¨¢frica y Guinea. Esto quiere decir que, entre otras cosas, el resto de pa¨ªses de la zona no acceder¨¢ por ahora a la mejora de capacidades de control que incluye el acuerdo. El presidente de Guinea, Alpha Cond¨¦, recordaba la importancia del pescado y su industria para todo el continente africano y hac¨ªa un llamamiento a sus vecinos para proteger el sector pesquero.?
Peque?os Estados insulares y otros pa¨ªses en desarrollo reconocen la dificultad de poner en pr¨¢ctica el acuerdo si no reciben asistencia
Mientras se preparan los fondos y se desarrollan los programas de asistencia, y a la espera de nuevas adhesiones, los Estados que s¨ª est¨¢n a bordo ya tienen deberes para casa, como recordaba en el evento celebrado este lunes en el marco del 32? Comit¨¦ de Pesca de la FAO la ministra indonesia Pudjiastuti.? "Gran parte de la pesca ilegal no pasa por puerto, sino que se transfiere del buque pesquero a otro lejos de las costas", evitando muchas veces este ¨²ltimo las sospechas de las autoridades portuarias. Intensificar las inspecciones y compartir m¨¢s y mejor informaci¨®n (hay varios proyectos en marcha) son otras de las tareas que quedan y que los representantes de firmantes y no firmantes podr¨¢n discutir durante el Comit¨¦ esta semana.
Parece claro que el acuerdo, titulado "de medidas del Estado rector del puerto", no resolver¨¢ por s¨ª solo la complejidad del problema, como reconoc¨ªa Pudjiastuti. Pero, en palabras del director general de la agencia, Jose Graziano da Silva, la colaboraci¨®n entre pa¨ªses puede ser "el comienzo de una nueva era" en la lucha por atrapar a los culpables de pesca ilegal, no regulada o no declarada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.