Mujeres que cuentan mujeres

Un fotograma de La belle saison, de Catherine Corsini.

La belle saison, tan est¨²pidamente estrenada en Espa?a como Un amor de verano, es una de esas pel¨ªculas que de vez en cuando nos sorprenden en un mundo, el cinematogr¨¢fico, tan absolutamente dominado por los creadores masculinos y por una mirada por lo tanto androc¨¦ntrica. M¨¢s all¨¢ de sus m¨¦ritos estrictamente art¨ªsticos, que por supuesto tambi¨¦n los tiene, la pel¨ªcula de Catherine Corsini merece verse y disfrutarse por todo lo que cuenta y por c¨®mo lo cuenta. La historia de amor de dos mujeres, Delphine (Izla Higelin) y Carole (C¨¦cile de France), en la Francia de los primeros 70 del pasado siglo, sirve a las creadoras de la pel¨ªcula para recordarnos las luchas feministas de un momento hist¨®rico en el que tantos cimientos se tambalearon, incluidos tambi¨¦n los del patriarcado, y que sin embargo siguen siendo contados desde una mirada parcial, es decir, desde los ojos dominantes del sujeto de sexo var¨®n que es el que mayoritariamente decide qu¨¦ y c¨®mo merece contarse.

En este sentido, la pel¨ªcula nos recuerda la lucha de las mujeres por el reconocimiento de sus derechos sexuales y reproductivos, los cuales, como bien ha explicado Marcela Lagarde, se inscriben en la definici¨®n de su ciudadan¨ªa y suponen un cambio de paradigma democr¨¢tico.Al mismo tiempo, Corsini nos adentra en las dificultades de dos mujeres para proyectar libremente su afectividad y su sexualidad en un mundo estrictamente controlado por las reglas heteronormativas. Un mundo que vemos perfectamente descrito en el contexto rural de Delphine, en el que el peso de las tradiciones y de la familia concebida en un sentido tradicional hac¨ªa entonces, y no s¨¦ si ahora tambi¨¦n, mucho m¨¢s complicado para una mujer escapar de las expectativas que el g¨¦nero marcaba para ellas desde que nac¨ªan y les hac¨ªan, como bien cuenta la fil¨®sofa Ana de Miguel en su libro Neoliberalismo sexual, unos agujeros en las orejas. Adem¨¢s, la pel¨ªcula tambi¨¦n se atreve a plantearnos el que hoy por hoy contin¨²a siendo uno de los grandes dilemas desde el punto de vista de la acci¨®n pol¨ªtica para la igualdad: el de la conexi¨®n entre las reivindicaciones feministas y las del colectivo LGTBI.

Al igual que ocurre con la pel¨ªcula Sufragistas, estrenada al final del pasado a?o, La belle saison es una pel¨ªcula necesaria porque nos ayuda a recuperar una parte de la genealog¨ªa feminista que sigue sin estar presente en los libros de historia, en las asignaturas de las facultades y no digamos en el imaginario colectivo. La perspectiva androc¨¦ntrica de la cultura contin¨²a ofreci¨¦ndonos solo una mirada y, de esa manera, continuamos siendo socializados no solo en los binomios jer¨¢rquicos del patriarcado sino tambi¨¦n en el protagonismo casi absoluto de lo masculino en la construcci¨®n de los relatos que ayudan a definirnos como individuos. De ah¨ª la necesidad de que todas y todos, y muy especialmente las chicas y los chicos m¨¢s j¨®venes, vean pel¨ªculas como la de Catherine Corsini, porque solo de esa manera podremos empezar a construir otra memoria y, en consecuencia, otra manera de situarnos en un presente en el que, lamentablemente, ellas contin¨²an teni¨¦ndolo m¨¢s complicado que nosotros para ejercer con plenitud la ciudadan¨ªa.

Cuenta Corsini que los nombres de las protagonistas est¨¢n inspirados en dos de esas mujeres que forman parte de ese telar que ha hecho que el feminismo remueva tantos cimientos. Se trata de un homenaje a la cineasta Delphine Seyrig y a la videocreadora Carole Roussopoulos, que codirigieron en 1976 la pel¨ªcula Scum manifiesto, basada en el libro de Valerie Solanas, la mujer que dispar¨® a Andy Warhol. Nombres de mujeres que abren grietas en un contexto, el de la creaci¨®n art¨ªstica, que todav¨ªa hoy las sigue situando en las afueras. Tirando pues del hilo de La belle saison es posible poner rostro de mujer a la historia que siempre fue contada por nosotros y, en consecuencia, empezar a crear unos imaginarios en los que ellas tambi¨¦n aparezcan como sujetos con vida propia y con capacidad para transformar el mundo. Unos imaginarios en los que ellas pueden ser las hero¨ªnas, en lo personal y en lo pol¨ªtico, en los que las veamos decidir sobre s¨ª mismas y sobre sus cuerpos, en los que al fin hayan superado el infierno que acaba suponiendo el ser para otros.

En estos momentos de neoliberalismo rampante, y de peligrosas posiciones antifeministas que en muchos casos nos llegan disfrazadas de transgresi¨®n, es m¨¢s necesario que nunca que las pantallas nos ofrezcan pel¨ªculas hechas por mujeres y sobre mujeres. Que pongan el foco sobre esa parte de la realidad que nosotros no hemos querido ver. Que nos demuestren que el presente imperfecto en todo caso tenemos ha sido el resultado de luchas previas protagonizadas por hero¨ªnas que no aparecen en los manuales. Que nos hagan part¨ªcipes de las m¨²ltiples maneras de amar, desear y so?ar. Que, en definitiva, nos permitan superar los estrechos m¨¢rgenes de una cultura androc¨¦ntrica en la que contin¨²a privilegi¨¢ndose la mirada masculina. Por todo ello, pero tambi¨¦n porque es una preciosa historia de amor, porque las actrices est¨¢n magn¨ªficas y porque hay emoci¨®n y verdad en sus im¨¢genes, merece la pena no perderse y recomendar mucho esta Belle saison. En recuerdo y en homenaje a mujeres como Delphine y Carole, con la mirada puesta en las que hoy podr¨ªan ser sus hijas y sus nietas.