¡°No vale con llevar m¨¢quinas si no hay para combustible¡±

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Desde muy joven, el mexicano Joaqu¨ªn Lozano ya ocupaba posiciones relevantes en la Administraci¨®n federal de su pa¨ªs trabajando en pol¨ªticas p¨²blicas para el desarrollo. "De siempre me gust¨® la actividad en favor de la causa social, y la formaci¨®n siempre estuvo enfocada a ese tema", apunta el director para Am¨¦rica Latina y el Caribe del Fondo Internacional para el Desarrollo Agr¨ªcola (FIDA).

Y ?qu¨¦ es el FIDA? Pues es (junto a la FAO y el Programa Mundial de Alimentos), una de las tres agencias de Naciones Unidas con sede en Roma, es decir, una de las tres centradas en temas de alimentaci¨®n y agricultura. "Pero nosotros no hacemos programas asistencialistas", aclara Lozano. "Ese no es nuestro mandato: somos una agencia financiera y los pa¨ªses se endeudan con nosotros" para poner en marcha programas de desarrollo rural. Esos proyectos suelen ser agr¨ªcolas, pero no solo, y aspiran a que los habitantes de zonas rurales pasen de subsistir con lo que producen a tener excedentes que les permitan obtener ingresos adicionales en su camino, "para dejar atr¨¢s la pobreza".

Aunque el FIDA no solo pone los fondos. Tambi¨¦n aporta asistencia t¨¦cnica, cooperaci¨®n Sur-Sur o lecciones aprendidas en otros lugares. Que a veces sirven, y otras no. "La ruralidad tiene que verse desde un enfoque cada vez m¨¢s territorial y debemos adaptarnos no ya a la regi¨®n o al pa¨ªs, sino al lugar concreto en el que intervenimos", sostiene Lozano.?

Y pone como ejemplo Am¨¦rica Latina, la regi¨®n de la que se ocupa. "Aunque son en su mayor¨ªa econom¨ªas de renta media, las desigualdades tanto entre pa¨ªses como dentro de un pa¨ªs son muy grandes", indica. Lo que, en su opini¨®n, deber¨ªa llevara a revisar el concepto de pa¨ªs de renta media. "Esa categor¨ªa abarca de Brasil a Bangladesh, y mete en el mismo grupo a pa¨ªses peque?os y grandes, con instituciones m¨¢s o menos fuertes, con problemas clim¨¢ticos...", ilustra.

El cambio clim¨¢tico ¡ª"que, insisto, no podemos dejar de lado"¡ª es (pobreza y desigualdad aparte) el gran reto para la regi¨®n, y Lozano llama a adaptarse, y no solo mitigar. Para ello, hay que dejar de lado el toque alarmista y empezar a pensar a a?os o d¨¦cadas vista, algo que no siempre es f¨¢cil cuando se trabaja con Gobiernos sujetos a los vaivenes electorales. "Esa es parte de nuestra labor, incidir en que adopten una visi¨®n a largo plazo independientemente del ciclo pol¨ªtico". No es tarea f¨¢cil, confiesa, pero es vital porque "si solo atacamos la emergencia, iremos de emergencia en emergencia".

¡°Si solo atacamos la emergencia, iremos de emergencia en emergencia¡±

Por eso, ante la prisa de los Gobiernos, ante esa "buen¨ªsima idea que hay que implementar ma?ana", el FIDA trata de pasar el mensaje de la prudencia y evaluar el proyecto, sus costes y beneficios y si las comunidades est¨¢n preparadas para llevarlo a cabo. Porque a veces, las prisas por inversiones medi¨¢ticas pueden acabar en fracaso. "Ha ocurrido que se han llevado m¨¢quinas y en las comunidades no sab¨ªan ni c¨®mo encenderlas. O las llevaron, pero no hab¨ªa dinero para combustible. ?Esas cosas suceden!". El tambi¨¦n excoordinador para M¨¦xico del Banco Interamericano de Desarrollo cree que los proyectos dise?ados desde un escritorio no sirven. Las comunidades tienen que participar en ellos, y el FIDA cada vez trabaja m¨¢s con t¨¦cnicos locales. "Muchas veces las soluciones las tienen en ellos. Solamente que no ten¨ªan los medios para ponerlas en pr¨¢ctica".

De hecho, hace autocr¨ªtica por haber estado demasiados a?os enfocados en su oficina central en Roma. "Eso est¨¢ cambiando. Queremos incrementar nuestra presencia en el terreno, abriendo oficinas en los pa¨ªses, yendo a los sitios", asegura. Ese trato personal, seg¨²n ¨¦l, es clave para que las comunidades se impliquen en los programas. "No vale con poner el logotipo de la agencia, hay que ir all¨ª para generar confianza, porque ellos tambi¨¦n est¨¢n invirtiendo su tiempo y arriesgando sus peque?¨ªsimos recursos".

Esa, la de ir a los lugares y estar con los beneficiares, es una de las grandes satisfacciones que le aporta su labor. "Nuestro trabajo tiene caras. Detr¨¢s de todos estos mecanismos, pol¨ªticas, planificaciones, instrumentos y discursos, hay gente". Y agradece que en un mismo d¨ªa pueda estar con el presidente de un pa¨ªs y con los campesinos de una comunidad remota, "gente noble que te recibe con el coraz¨®n abierto. Eso es lo m¨¢s bonito".

Junto a las satisfacciones, est¨¢ la responsabilidad por el tama?o del desaf¨ªo. Uno que tendr¨¢n que afrontar con decisi¨®n las nuevas generaciones, tanto urbanas como rurales. ?Los ve Joaqu¨ªn Lozano concienciados y preparados para ello? "Sin duda, las peticiones para trabajar con nosotros e involucrarse en programas de desarrollo son constantes", comenta. La importancia de que j¨®venes de las zonas menos desarrolladas se involucren es capital. "Tienen que moverse. A veces se trata de mirar cosas que ya hac¨ªan sus abuelos y transformarlas en otras de mayor valor agregado que abran oportunidades", explica. Y que as¨ª no tengan que migrar obligatoriamente a las ciudades donde, por otro lado, podr¨ªan ser m¨¢s pobres de lo que ya eran en el campo. El director del FIDA para Am¨¦rica Latina insiste en que los programas que han dado oportunidades a los j¨®venes de la regi¨®n han sido "superexitosos". "Hay un apetito por implicarse en el desarrollo. Al menos yo lo veo".