Una filosof¨ªa para su presente
La filosof¨ªa es hoy como un adorno de Lladr¨® y tenemos parte de responsabilidad
Hace unos a?os fui invitado a un programa divulgativo de la televisi¨®n p¨²blica para reflexionar sobre la sugerente cuesti¨®n de ¡°?Por qu¨¦ no nos rebelamos?¡±. Antes de entrar en plat¨®, el productor nos prepar¨® para lo que iba a venir con una sonrisa c¨®mplice: ¡°Es una tertulia filos¨®fica, ya sab¨¦is¡ No es algo que deba servir para hablar de la coyuntura pol¨ªtica¡¡±. El mensaje tuvo sentido poco despu¨¦s. Cuanto m¨¢s trataba de aterrizar la cuesti¨®n y dar ejemplos concretos de c¨®mo la gente se estaba efectivamente rebelando (desahucios, protestas de Gamonal, ley del aborto, etc.), m¨¢s insist¨ªa, inc¨®modo, el moderador con preguntas muy generales: ?"ha muerto el hombre rebelde"?; "?qu¨¦ es rebelarse?"). Por lo visto, por no elevar la pregunta a respuestas muy generales y no comprometidas con la actualidad, no era para ¨¦l suficientemente fil¨®sofo.
La pol¨¦mica de la filosof¨ªa
?Por qu¨¦ sobra la filosof¨ªa? Por Fernando Savater y Jos¨¦ Luis Pardo
Como se lee a Plat¨®n Por C¨¦sar Rendueles
Nadie quiere a los fil¨®sofos Por Yordi Llovet
Las humanidades fabrican in¨²tiles Por Alejandro Prada V¨¢zquez
A favor de la filosof¨ªa Por Carlos Andradas
Filosof¨ªa imprescindible Por Adela Cortina
Profesionales y ciudadanos, Por Javier Gom¨¢
Si traigo a colaci¨®n esta an¨¦cdota para contestar a la pregunta de si est¨¢ perdiendo la filosof¨ªa el lugar que merece en nuestra sociedad es porque creo que, independientemente de su indudable desvalorizaci¨®n como disciplina en una sociedad regida unilateralmente por criterios instrumentales, est¨¢ siendo a su vez reducida a un valor de adorno. Un adorno anacr¨®nico pero abrillantador. Como una figurita de Lladr¨®. Y parte de responsabilidad es nuestra.
Es un secreto a voces que nuestra labor como profesores de filosof¨ªa est¨¢ siendo amenazada por una burocratizaci¨®n absurda y unas exigencias kafkianas de evaluaci¨®n que nada tienen que ver con lo que deber¨ªa ser nuestra funci¨®n social y pedag¨®gica, pero es preciso hacer autocr¨ªtica y escapar de la tentaci¨®n corporativista. Si en otros tiempos el gran enemigo de la filosof¨ªa era el desconocimiento, hoy lo son el ruido y la sobresaturaci¨®n informativa. Frente a ellos, la filosof¨ªa no puede ser otra cosa que hija de su tiempo y sus deseos. Su existencia depende de las carencias que siempre existen en la realidad.
Si la filosof¨ªa es parasitaria de su presente, ?por qu¨¦ no hacerla intervenir en ¨¦l contamin¨¢ndose con sus problemas aparentemente m¨¢s concretos? O hacemos ¡°pensamiento del presente¡±, dej¨¢ndonos llevar y motivar por los movimientos o deseos de las luchas sociales y saboteamos la usual compartimentaci¨®n y divisi¨®n acad¨¦mica entre disciplinas del saber ejerciendo un trabajo de traducci¨®n interdisciplinar entre materias haci¨¦ndolas comprensibles o los fil¨®sofos y fil¨®sofas mereceremos morir de inanici¨®n. Nuestras Facultades est¨¢n llenas de zombies y moribundas por la entronizaci¨®n de criterios empresariales, pero tambi¨¦n por esta desvinculaci¨®n de nuestro presente.
Germ¨¢n Cano es profesor de filosof¨ªa de la UAH.
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