?Se acab¨® la vida sexual en la pareja? Se puede recuperar
La rutina, el cansancio y los hijos hacen que se resienta la pasi¨®n de muchas parejas. La buena noticia es que se puede recuperar
Muchas veces se comenta con iron¨ªa que las pel¨ªculas de amor terminan siempre con la escena de la boda porque lo que viene despu¨¦s, pasado un tiempo prudencial, no es ya tan cinematogr¨¢fico. Al fin de las mariposas en el est¨®mago del inicio de cualquier relaci¨®n contribuyen la rutina y el desgaste de la convivencia. Y, con mucha frecuencia, pese a la felicidad que traen, los hijos dan la puntilla a la pasi¨®n y a las relaciones sexuales en la pareja. El verano y las vacaciones puede ser un momento propicio para volver a dedicarnos atenci¨®n y tiempo despu¨¦s de muchos meses de prisas. Pero tambi¨¦n es la ¨¦poca que trae m¨¢s rupturas, al pasar muchas horas juntos y darse cuenta de que la relaci¨®n est¨¢ rota. ?Qu¨¦ se puede hacer para evitarlo? ?Se puede recuperar la pasi¨®n?
Para empezar, ?qu¨¦ es la pasi¨®n? ¡°Si entendemos por pasi¨®n el p¨¢lpito veloz cuando ves a tu pareja o el hormigueo en el est¨®mago, entonces lo normal es que dure d¨ªas o semanas. Y m¨¢s vale, porque si no acabar¨ªamos todos con cardiopat¨ªas¡±, explica el mediador de familia Ignacio Tornel. Este experto en parejas se?ala que ¡°la pasi¨®n es otra cosa, estar apasionado por alguien es preferir a esa persona frente a cualquier plan alternativo, es mirar a ese alguien y sentirte afortunado, es querer estar siempre a su lado, y eso puede y debe durar para siempre¡±. Sin embargo, ?ngeles Sanz, psic¨®loga cl¨ªnica experta en parejas del centro madrile?o Cinteco, no est¨¢ de acuerdo con esta premisa ya que para ella ¡°la pasi¨®n es esa intensa emoci¨®n que moviliza los sentimientos, los pensamientos y la conducta hacia el otro, al disfrute del y con el otro, y que dura poco tiempo¡±. Las parejas ¨Cen su experiencia en consulta- hablan de hasta un a?o, ¡°pero no podemos olvidar que son muchos y muy variados los aspectos que entran a formar parte de que se mantenga viva¡±, matiza.
Tornel cree que ¡°cuando el paso del tiempo se lleva esa mirada y esa voluntad de estar juntos es porque hemos descuidado la relaci¨®n, hemos dejado de invertir nuestro tiempo, nuestra energ¨ªa y nuestros recursos en cuidarnos el uno al otro, lo que lleva a la rutina¡±. A esta realidad ¨Csostiene Sanz- hay que a?adir la existencia de problemas graves en la propia relaci¨®n. Aunque no es excluyente, no parece muy frecuente que una pareja que est¨¢ discutiendo tenga un encuentro pasional en su intimidad.
Si los dos se unen en un intento de encontrarse de nuevo libres de cargas, con una actitud positiva y activa hacia el otro, pueden recuperar esa chispa que parec¨ªa perdida
En lo que ambos expertos coinciden es en que, de alguna manera, s¨ª es recuperable. ¡°Si los dos se unen en un intento de encontrarse de nuevo libres de cargas, con una actitud positiva y activa hacia el otro, pueden recuperar esa chispa que parec¨ªa perdida y que abre las puertas a un posible encuentro m¨¢s motivador y, probablemente, m¨¢s pasional que lo que ven¨ªan viviendo antes¡±. Posiblemente no se sientan tan atra¨ªdos como al principio de su relaci¨®n, pero si cuidan los detalles que agradan al otro, la caricia sentida, la dedicaci¨®n al placer por el propio placer por y para uno mismo compartido con el otro, es muy probable que poco a poco la pasi¨®n, esa atracci¨®n por el otro, vaya siendo cada vez mayor.
Los hijos, un cambio radical en la vida en pareja
La escena se repite en casi todos los hogares ante la llegada de un hijo. Al margen de los sentimientos nuevos que aparecen con la llegada del nuevo miembro, normalmente, los progenitores est¨¢n muy pendientes de ¨¦l; la madre pasa su puerperio con unas ganas volcadas en su cr¨ªa y la lactancia y, en general, todo se pone patas arriba, incluida la pasi¨®n. ¡°Los hijos nos llenan la vida, nos hacen luchar y estar en guardia, nos hacen trabajar m¨¢s, nos hacen muy felices y nos agotan¡±, sostiene Ignacio Tornel, y ¡°por eso restan energ¨ªa y vigor a la relaci¨®n, sobre todo en el aspecto m¨¢s f¨ªsico". "De alg¨²n modo es ley de vida, el apetito sexual es distinto cuando uno duerme una media de cuatro a cinco horas al d¨ªa¡±, explica.
Tornel insiste en que es normal que remita la pasi¨®n entendida como reacci¨®n som¨¢tica (no tener hambre ni sue?o¡). Pero considera "una desgracia" que se pierda el sentirse apasionado por una persona. "Debemos luchar para evitar que se instale el aburrimiento, la falta de planes y proyectos, el enfoque plano de nuestra existencia juntos. Ese estar acostumbrados a lo malo puede ser fatal. Es un craso error actuar dando por hecho que la otra persona va a estar ah¨ª siempre¡±, advierte.
?ngeles Sanz, por su parte, confirma que es cierto que la llegada de los hijos supone un cambio radical en la relaci¨®n de la pareja, ¡°pero como ocurre en otros aspectos de la relaci¨®n, los cambios m¨¢s radicales son temporales y si la pareja se cuida el uno al otro, si se mantienen las costumbres gratificantes entre ambos y, sobre todo, si no se entran en las interacciones conflictivas frecuentemente, la pareja puede sentirse viva y con vida independiente de su papel de padres¡±, explica. ¡°Es muy f¨¢cil caer en dedicar al hijo todo el cuidado y es cierto que durante un tiempo es as¨ª, pero hay que esforzarse en no olvidar que si se olvidan del disfrute mutuo, al final s¨ª que se pierden aspectos ¨ªntimos y muy potentes del v¨ªnculo de la relaci¨®n¡±, recuerda.
Cuando es a ellos a quienes les ¡°duele la cabeza¡±
Siempre se habla de la falta de ganas de las mujeres cuando llega la rutina y poco de cuando es a ellos a qui¨¦n no les apetece. ?Estamos a la par hombres y mujeres en apetencia sexual?
Es cierto que se cae en los clich¨¦s: parece que el hombre siempre tiene ganas, pero no siempre es as¨ª. ¡°Todo lo que hemos dicho antes del cansancio, del desgaste y del estr¨¦s juega su papel", explica el mediador familiar. Por otro lado, el consumo de contenidos sexuales en Internet, buscando la excitaci¨®n, tiene que ver, en ocasiones, con la falta de inter¨¦s en la cama. La vivencia de la sexualidad en solitario a trav¨¦s del autoerotismo resta sin duda intensidad a lo que deber¨ªa ser una experiencia de dos, entre los dos y altamente gratificante, y "el desinter¨¦s de la mujer sigue teniendo mucho que ver con el modo de vivir la sexualidad de ambos¡±, agrega.?
El estereotipo que, sin embargo, parece que s¨ª se cumple es el del hombre buscando ¨²nicamente la satisfacci¨®n sexual sin atender a los preliminares: ¡°Sigo viendo muy a menudo en consulta a muchos hombres que se acercan buscando sexo sin haber hecho ninguna preparaci¨®n previa, habiendo descuidado la atenci¨®n, el cari?o y la ternura¡±, explica Tornel. Lo cierto es que esta suma de factores suele llevar muchas veces a la p¨¦rdida de la pasi¨®n.
En este escenario, Sanz a?ade tambi¨¦n la parte hormonal. ¡°Es cierto que desde el punto de vista de las hormonas y social, hombres y mujeres funcionan de manera diferente y es cierto que las fluctuaciones de estas, en el caso de las mujeres, son un factor a tener en cuenta, mientras que en los hombres no se produce casi ninguna variaci¨®n, pero salvando esta diferencia, en nuestra pr¨¢ctica cl¨ªnica no observamos que esta diferencia en cuanto al deseo sexual se mantenga tan marcada como hace algunos a?os¡±, explica la psic¨®loga.
Cada vez m¨¢s parejas acuden a terapia por el bajo deseo sexual del hombre
"Hoy d¨ªa la mujer quiere disfrutar de su sexualidad y percibe su deseo sexual con claridad", explica Sanz, pero sigue reclamando una actividad sexual con una carga emocional clara, con un juego, con una dedicaci¨®n que en muchos casos no es la que recibe de su pareja. Este hecho le lleva a irse abandonando en la actividad sexual, y termina perdiendo motivaci¨®n y deseo. En definitiva, cada vez tiene menos ganas¡±.
Y sobre si ellos tienen menos ganas, la psic¨®loga explica que cada vez se encuentra m¨¢s con hombres con ¡°bajo deseo sexual¡±. Varones que no manifiestan unas ganas tan altas como cabr¨ªa esperar de tener relaciones. Esto trae un problema porque culturalmente (y de manera err¨®nea) se ha cre¨ªdo que el hombre siempre est¨¢ dispuesto a tener sexo. ¡°Se sienten como anormales, y al no cumplir con los est¨¢ndares que se espera de ellos por ser hombres, se hace un mayor problema del que realmente es¡±. La psic¨®loga explica que en los ¨²ltimos a?os se ha producido un aumento en la asistencia a terapia en estos casos, debido a que la mujer lo demanda cuando no puede llevar una vida sexual plena.
La pasi¨®n se puede recuperar
La pasi¨®n puede ser rescatada. Sin embargo, no hay f¨®rmulas m¨¢gicas ya que, como corresponde a dos, no tiene reglas claras y es imposible establecer un cat¨¢logo sobre c¨®mo recuperarla. Son much¨ªsimos los factores que inciden en ella. ¡°Si los miembros de una pareja sometida a un mont¨®n de presiones, de manera excepcional, se encuentran solos, tranquilos, descansados y dedicados el uno al otro, pueden redescubrir esa pasi¨®n. Eso es tan real como el sol que les ilumina, lo otro es la carga pesada del d¨ªa a d¨ªa. El secreto est¨¢ en saber hacer que brille el sol, a pesar de tantos nubarrones que se nos echan encima¡±, concluye el mediador familiar Ignacio Tornel.
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