Tengo m¨¢s de 9 a?os y me cuesta diferenciar izquierda y derecha. ?Es grave?
Hay quien ha salido del quir¨®fano sin el ri?¨®n equivocado. En el d¨ªa a d¨ªa, sin embargo, las implicaciones son menores
Para algunas personas, que alguien les pare por la calle para preguntarle una direcci¨®n es una dura prueba de la que dif¨ªcilmente salgan airosos. Puede suceder (y es altamente probable que suceda) que, mientras la mano se?ale claramente a la derecha, por ejemplo, de su boca salga un "siga recto y, m¨¢s adelante, gire a la izquierda...", ante lo que el interlocutor seguramente se quede a cuadros y elija preguntarle a alguien con un discurso m¨¢s coherente.
Son muchos los que no pueden discernir con facilidad entre la izquierda y la derecha, y no nos referimos a la pol¨ªtica (que tambi¨¦n tiene su aquel), sino a las coordenadas espaciales. Se hace dif¨ªcil alcanzar esos ba?os que est¨¢n al fondo a la derecha o encontrar la ¨²ltima casa a la izquierda. Dudan de d¨®nde se encuentra el h¨ªgado y d¨®nde el coraz¨®n. Est¨¢n acostumbrados a escuchar: ¡°esa izquierda no: ?la otra izquierda!¡±. ?A qu¨¦ responde esta incapacidad?
Aunque la ciencia ha estudiado el fen¨®meno, a¨²n no tiene claras las respuestas. Seg¨²n explica Joan Deus Yela, profesor de Psicolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, la orientaci¨®n izquierda-derecha tiene dos fases: la intrapersonal, que permite diferenciar dentro del propio esquema corporal, y la extrapersonal, encargada de discriminar estos dos lados en otras personas, como en un espejo. La primera se desarrolla alrededor de los cinco a?os, asociada al aprendizaje de la lectura y la escritura y, durante esta ¨¦poca, es normal ¡°que los profesores observen casos de inversi¨®n en la graf¨ªa de letras y n¨²meros¡±, dice el profesor. La segunda, mucho m¨¢s tarde, alrededor de los nueve a?os. Igual que el tartamudeo, que tambi¨¦n es com¨²n en la infancia y luego, por norma general, se supera, esta confusi¨®n propia de la ni?ez puede persistir en algunos adultos.
"La orientaci¨®n izquierda-derecha tiene dos fases: la intrapersonal, que permite diferenciar dentro del propio esquema corporal, y la extrapersonal, encargada de discriminar estos dos lados en otras personas", Joan Deus Yela
La cosa no es nada sencilla. Mientras que el norte est¨¢ siempre al norte y el sur siempre al sur, la izquierda y la derecha, como un sistema de coordenadas que va pegado a nosotros, cambia cada vez que nos movemos. Seg¨²n asegura Deus, a m¨¢s de 15% de la poblaci¨®n le cuesta aclararse en estos t¨¦rminos espaciales, confusi¨®n que puede ir asociada a patolog¨ªas como el s¨ªndrome Gerstmann, una enfermedad rara neurol¨®gica que afecta al l¨®bulo parietal y tambi¨¦n produce afasia o acalculia (imposibilidad de hablar o calcular). La agnosia espacial, la imposibilidad de orientarse en el espacio, tambi¨¦n podr¨ªa provenir de un da?o cerebral producido, por ejemplo, por un accidente. Pero, por lo general, la dificultad de distinguir una mano de la otra, no tiene ninguna causa m¨¦dica.
¡°Igual que existe una inteligencia num¨¦rica o ling¨¹¨ªstica, existe una espacial y no todos tenemos la misma. El GPS del cerebro, la capacidad de orientarse, est¨¢ en el l¨®bulo parietal, y no es igual de potente para todas las personas¡±, explica Jos¨¦ Antonio Portellano, profesor de Neuropsicolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid. ¡°M¨¢s que un d¨¦ficit, hablamos, en este caso, de una dishabilidad. Los que la padecen son conscientes de sus dificultades y las reconocen. Normalmente, es un problema de automatizaci¨®n: se sabe d¨®nde est¨¢ la izquierda y la derecha, pero no autom¨¢ticamente, hay que pensar antes de responder¡±, a?ade Deus.
Extirpar el ri?¨®n equivocado
Para Deus Yela, este proceso de discriminaci¨®n izquierda-derecha es muy complejo e involucra muchas funciones como la memoria, la habilidad para procesar informaci¨®n visual, la conciencia espacial y la habilidad para rotar mentalmente objetos en el espacio tridimensional. Seg¨²n los expertos, la estad¨ªstica dice que esta dishabilidad aparece m¨¢s en zurdos, en mujeres y en personas con alto coeficiente intelectual; adem¨¢s, el ruido del ambiente o las distracciones la complican. Los inconvenientes en la vida cotidiana no son especialmente graves, pero quienes lo sufren pueden encontrar problemas a la hora de sacarse el carnet de conducir o de manejar cualquier veh¨ªculo o m¨¢quina.
El asunto cobra importancia en el caso de los m¨¦dicos, que podr¨ªan encontrarse en la tesitura de no saber qu¨¦ pierna amputar, con resultados potencialmente catastr¨®ficos. ?No se lo cree? Esto fue lo que se plante¨® el doctor Gerard Gormley, de la Queen¡¯s University en Belfast (Reino Unido), uno de los investigadores m¨¢s citados en este campo. ¡°Algunos de los errores m¨¢s infames en medicina han sido casos de cirug¨ªa en el lado err¨®neo, como la extirpaci¨®n del ri?¨®n que no es, o la operaci¨®n del lado del cerebro equivocado¡±, declar¨® Gormley al diario canadiense National Post. Ocurre una de cada 113.000 intervenciones.
"Cuando aprendemos algo, la estructura cerebral cambia, as¨ª que con algo de gimnasia mental podr¨ªan verse avances¡±, Jos¨¦ Antonio Portellano
?Se podr¨ªa entrenar esta habilidad? Los expertos no tienen claro que pueda curarse, pero Portellano cree que pueden conseguirse mejoras: ¡°Es debido a la neuroplasticidad del cerebro: cada vez que aprendemos algo, la estructura neuronal cambia, as¨ª que con algo de gimnasia mental podr¨ªan verse avances¡±. Sin embargo, al no tener esta dishabilidad un gran efecto en la vida cotidiana, no se suele tratar de superar.
Para desenvolverse mejor en el espacio, no faltan estrategias: algunos se ponen una pulsera o un reloj para identificar uno de los dos lados; hay quien se palpa el coraz¨®n (est¨¢ ligeramente inclinado hacia el lado izquierdo del t¨®rax) o utiliza cualquier regla mnemot¨¦cnica. El truco de quien escribe, es tratar de recordar el piso de su madre en Oviedo, donde se cri¨®, que era un 4? izquierda. As¨ª, la direcci¨®n a la que giraba cuando sal¨ªa del ascensor para entrar en casa era la izquierda (los problemas surgen cuando te mudas a un 5? derecha). Pero, claro, todo este proceso mental lleva su tiempo y normalmente, la velocidad de respuesta deja mucho que desear. Pero si se empe?a, quiz¨¢ la pr¨®xima vez no entre en el almac¨¦n del bar y elija la puerta correcta, la del ba?o, al fondo a la derecha.
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