La lactancia materna, desde el punto de vista de un hombre
Despu¨¦s de promover durante d¨¦cadas el amamantamiento, este experto explica por qu¨¦ es un apasionado de la materia. "Ser var¨®n no me descalifica en absoluto"
Nadie discutir¨ªa que la lactancia materna es un acto femenino por antonomasia. Sin embargo, algunos puede que se pregunten c¨®mo un hombre puede ser tan apasionado y estar tan comprometido con el tema. En varias ocasiones he escrito acerca de la dimensi¨®n sociocultural de la lactancia sin identificar expl¨ªcitamente la fuente de mi pasi¨®n y compromiso. En este texto voy a intentar aclarar esas razones.
Comenzar¨¦ con mis tres credenciales m¨¢s importantes: soy mam¨ªfero desde mi nacimiento en 1944, padre desde 1974 y abuelo desde el a?o 2000. Ah, y cuando me retir¨¦ del empleo asalariado en 2004, hab¨ªa trabajado tres d¨¦cadas en el ¨¢rea de la nutrici¨®n dentro de la salud p¨²blica internacional.
Viv¨ª mis dos primeras d¨¦cadas en Estados Unidos y llegu¨¦ a la mayor¨ªa de edad en un ambiente muy ambivalente hacia el placer. Esto coincidi¨® con una tasa de iniciaci¨®n a la lactancia de s¨®lo el 25% para el per¨ªodo 1946-1950 (su punto m¨¢s bajo en la historia fue del 22% en 1972). La desconfianza, e incluso el temor, hacia el cuerpo humano contrastaba con la obsesi¨®n m¨®rbida por la sexualidad, frecuente en esa ¨¦poca, acompa?ada por varios niveles de negaci¨®n, hipocres¨ªa y culpa.
Deber¨ªamos ser capaces de hacer las cosas mejor, me dije. Fue la comunidad de campesinos agricultores en Camer¨²n donde trabaj¨¦ durante varios a?os en mi veintena la que me mostr¨® c¨®mo. Evocando su m¨¢xima pasada de moda de que los ni?os deben ser vistos y no o¨ªdos, no recuerdo haber escuchado a ning¨²n ni?o llorar en esa ¨¦poca. Las madres cargaban rutinariamente a sus ni?os peque?os, el contacto f¨ªsico era continuo, y amamantar era tan com¨²n que pasaba desapercibido.
A esta formativa experiencia intercultural se sumaron otros factores, que incluyen mi persistente inter¨¦s en la motivaci¨®n humana; en las influencias culturales sobre el comportamiento de los diversos ambientes donde he vivido y trabajado (aparte de EE UU y Camer¨²n, tambi¨¦n Turqu¨ªa, Hait¨ª y Suiza); en las implicaciones de actuar, o de no actuar de manera coherente con nuestra naturaleza; y en c¨®mo la norma biol¨®gica universal para alimentar y criar a nuestros beb¨¦s ha sido moldeada de diversas maneras en cada sociedad.
A?adid mi curiosidad persistente, desde la adolescencia, acerca de c¨®mo se define el "comportamiento anormal" en un contexto sociocultural dado; qui¨¦n va a prisi¨®n y por cu¨¢nto tiempo (Estados Unidos tiene la tasa documentada de poblaci¨®n en prisi¨®n m¨¢s alta del mundo), y el abandono demasiado frecuente de la prevenci¨®n del crimen en favor de encerrar a los criminales. Aunque se ha de interpretar con precauci¨®n, es instructivo comparar las tasas de lactancia y de poblaci¨®n reclusa en un ambiente determinado.
"Mis credenciales: soy mam¨ªfero desde mi nacimiento en 1944 y padre desde 1974"
Hace a?os observ¨¦ que los pa¨ªses con los ¨ªndices m¨¢s bajos de encarcelamiento tienen a menudo tasas altas de lactancia y viceversa. No estoy sugiriendo que la lactancia materna mantenga a las personas fuera de prisi¨®n, aunque las investigaciones sugieren que esto podr¨ªa ser cierto de varias maneras significativas. Lo que estoy diciendo, sin embargo, es que la lactancia es una forma de medir c¨®mo de efectiva es una sociedad criando, en un sentido amplio, a sus miembros m¨¢s vulnerables.
Consideremos el impacto de la leche materna y de la lactancia en la cognici¨®n; en el funcionamiento educativo, mental, psicomotor y del comportamiento; en la disminuci¨®n del riesgo de d¨¦ficits neuropsicol¨®gicos; y en la puesta de cimientos para relaciones significativas. Los mam¨ªferos han evolucionado durante 260 millones de a?os o algo as¨ª, y hoy d¨ªa existen unas 5.400 especies, cada una con su leche ¨²nica e inimitable. De hecho, los seres humanos tienen la leche materna m¨¢s compleja de todos los mam¨ªferos. No necesitamos ser cient¨ªficos para concluir que no alcanzaremos nuestro potencial de desarrollo si no consumimos el primer y ¨²nico alimento dise?ado a medida para nosotros.
"Los beb¨¦s humanos nunca alcanzar¨¢n su potencial gen¨¦tico ingiriendo comida r¨¢pida pedi¨¢trica ¨Cme refiero a la leche de f¨®rmula¨C"
La prote¨ªna principal de la leche humana, la alfa-lactoalbu?mina, juega un rol esencial en la producci¨®n de lactosa al tiempo que protege el intestino del reci¨¦n nacido de las enfermedades. El potencial terap¨¦utico de la prote¨ªna se descubri¨® tambi¨¦n en 1995, como un detonante para la autodestrucci¨®n de las c¨¦lulas cancer¨ªgenas de un tumor. Esto fue seguido, en 2013, por el descubrimiento de que la misma prote¨ªna pod¨ªa tener la clave para vencer las infecciones mortales de estafilococos contagiadas en los hospitales. Las c¨¦lulas madre se detectaron por primera vez en 2007 en la leche humana. Hoy d¨ªa, pueden ser dirigidas para convertirse en otro tipo de c¨¦lulas corporales como las de los huesos, grasa, h¨ªgado o cerebro. S¨®lo recientemente hemos comenzado a entender que m¨¢s de 200 de los complejos carbohidratos de la leche humana no est¨¢n ah¨ª para alimentar a los beb¨¦s. Su labor es alimentar a los miles de millones de microorganismos que constituyen una flora intestinal saludable y protegen contra las infecciones y enfermedades. Sumado a esto, otras mol¨¦culas en la leche materna ayudan a dar forma a las respuestas inmunol¨®gicas de un ni?o a lo largo de su vida, y promueven la tolerancia a microbios al mantenerlos en la flora intestinal y lejos del resto del cuerpo. Descubrimientos de este tipo dan una idea de todo lo que a¨²n tenemos que aprender acerca de la leche humana ¨Clos cient¨ªficos lo han llamado la medicina personalizada definitiva¨C, y de su impacto en el crecimiento y desarrollo del ni?o, y en la salud y bienestar del ser humano en general.
As¨ª, como yo lo veo, ser un var¨®n no me descalifica para adoptar una perspectiva a favor de la lactancia. Por el contrario, dado que la leche materna y dar de mamar son lo mejor para mujeres y ni?os, son inevitablemente lo mejor para los hombres tambi¨¦n. Adem¨¢s, el apoyo de los hombres, y de los padres en particular, valida el tiempo y el esfuerzo que las mujeres invierten en dar el pecho, e incluso aumenta las expectativas de ¨¦xito.
Sin embargo, no hace falta ser padre para apreciar las m¨²ltiples recompensas de rodearnos de personas saludables, equilibradas e?inteligentes que comienzan su camino en la vida siguiendo el plan de la madre naturaleza. Pero dejemos claras las implicaciones aqu¨ª:
"Elogiar los 'beneficios de la lactancia' tiene tanto sentido como publicitar los 'beneficios de caminar erguidos y usando nuestras dos piernas'. Ambos son caracter¨ªsticas que definen al ser humano
Tomar el pecho no nos hace m¨¢s inteligentes; m¨¢s bien, no hacerlo tiene como consecuencia no alcanzar nuestro potencial intelectual. Los beb¨¦s humanos nunca alcanzar¨¢n su potencial gen¨¦tico ingiriendo una comida r¨¢pida pedi¨¢trica ¨Cme refiero a la leche de f¨®rmula¨C preparada con leche de una especie que no tiene nada que ver con la nuestra.
La lactancia materna no tiene beneficios, sino que no amamantar conlleva varios niveles de riesgo para la salud de madres e hijos. De hecho, elogiar los "beneficios de la lactancia" tiene tanto sentido como publicitar los "beneficios de caminar erguidos y usando nuestras dos piernas". Ambos son caracter¨ªsticas que definen ¨Cni m¨¢s ni ciertamente menos- lo que significa ser humanos.
Y hablando de caminar erguidos,?es poco probable que la promoci¨®n del ejercicio f¨ªsico regular se interprete como un intento de humillar a aquellos que est¨¢n confinados en una silla de ruedas. Y sin embargo algunos observadores se oponen a la promoci¨®n de la lactancia materna, alegando que su objetivo real es avergonzar a los que alimentan a sus beb¨¦s con leche de f¨®rmula.
Tengamos en cuenta que las f¨®rmulas l¨¢cteas fueron creadas originalmente para intervenir en caso de emergencia nutricional. As¨ª, comercializar las leches de f¨®rmula como algo adecuado para el consumo rutinario las priva de su ¨²nico argumento leg¨ªtimo, ser un producto que salva la vida de los ni?os que no tienen acceso a la leche humana.
?Cu¨¢l ser¨ªa el mundo ideal? Aquel en el que todas las personas, correctamente informadas, cuidadosas y comprensivas, no solo esperen que las madres alimenten a sus hijos con leche humana, sino que adem¨¢s den los pasos necesarios, como parte de un comportamiento normalizado, para asegurarse de que lo puedan hacer.
Por todas estas razones, mi conclusi¨®n es que la lactancia materna no es un asunto ni de mujeres ni de hombres. La lactancia materna es un asunto humano de importancia fundamental para todos.
James Akr¨¦ es soci¨®logo de formaci¨®n. Ha trabajado casi 30 a?os en Unicef y en la OMS en proyectos relacionados con la nutrici¨®n en el marco de la pol¨ªtica sanitaria. Es fundador del Colectivo Internacional de Apoyo a la Lactancia Materna, y miembro del consejo editorial del International Breastfeeding Journal. Este art¨ªculo fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la edici¨®n estadounidense de The Huffington Post.
Traducido por Hanny Ghazi (agradecimientos a la doctora Sof¨ªa Quintero Romero y a Jeanette Panchula (IBCLC) por su relectura y comentarios a esta traducci¨®n).
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