Puerto Pr¨ªncipe, una metr¨®polis abandonada
Cuando el desarrollo de los servicios de agua y saneamiento se ve frenado por la falta de una pol¨ªtica de desarrollo urbano.
Por Sarah Matthieussent (*)
Puerto Pr¨ªncipe, capital de la primera Rep¨²blica independiente negra del mundo (1804), concentra hoy d¨ªa 30% de la poblaci¨®n de Hait¨ª (m¨¢s de tres millones de habitantes). Casi el 70% de la poblaci¨®n vive en zonas desfavorecidas y s¨®lo el 7,5% de la poblaci¨®n tiene una conexi¨®n personal al servicio de agua convencional.
Ya en los a?os 90, mientras que algunas de sus vecinas del continente latinoamericano pod¨ªan ser consideradas ciudades "insignia" que encarnaban la "modernidad", Puerto Pr¨ªncipe daba la impresi¨®n de una ciudad sumida en el caos (Dollfus O. ? La ville et l¡¯Am¨¦rique latine ?, Probl¨¨mes d¡¯Am¨¦rique latine, n¡ã14, 1994). De identidad espacial con estatus legal inexistente, Puerto Pr¨ªncipe ha sido y es todav¨ªa inevitablemente foco de atracci¨®n. La expansi¨®n espacial y demogr¨¢fica de la capital haitiana plantea problemas cada vez m¨¢s agudos en temas como los servicios, las infraestructuras y la higiene. Desde finales de los a?os ochenta, el Estado ya no controla el crecimiento de la zona metropolitana, que se caracteriza por el deterioro de la infraestructura y de los servicios p¨²blicos. La capital es por desgracia una v¨ªctima de la mala o ausente gesti¨®n urbana (G¨¦rard Holly, Les probl¨¨mes environnementaux de la r¨¦gion m¨¦tropolitaine de Port-au-Prince, Commission pour la comm¨¦moration du 250¨¨me anniversaire de la fondation de la ville de Port-au-Prince, 1999). Se entiende por "gesti¨®n urbana" las actividades emprendidas por poderes p¨²blicos para planificar, enmarcar y supervisar el desarrollo de un territorio dado.
Desde los a?os 50, poco se ha hecho para que esta ciudad se desarrolle armoniosamente; las infraestructuras, creadas para apoyar a una poblaci¨®n de 100.000 habitantes en la primera mitad del siglo XX, no pueden satisfacer actualmente las necesidades de una capital de m¨¢s de tres millones. La falta de una pol¨ªtica de desarrollo urbano explica muchos de los problemas que ahora enfrenta la zona metropolitana. Los edificios y casas son edificados sin ning¨²n plan previo, sin respetar siquiera las normas m¨¢s elementales de construcci¨®n, de alineamiento, de saneamiento o drenaje (su cumplimiento sigue sin ser sistem¨¢tico, a pesar de las diversas iniciativas lanzadas despu¨¦s del terremoto de enero de 2010 que conllev¨® tanta destrucci¨®n y p¨¦rdida de vidas humanas). Asimismo, la falta de planificaci¨®n urbana hace a¨²n m¨¢s dif¨ªcil conectar los hogares a las redes ya existentes (agua, electricidad, etc.) adem¨¢s de aumentar su coste.
Los llamados 'barrios desfavorecidos¡± de Puerto Pr¨ªncipe no son uniformes y tienen tama?os muy dispares (desde menos de dos hect¨¢reas hasta m¨¢s de treinta, incluso en conurbaci¨®n). Est¨¢n ubicados en toda el ¨¢rea metropolitana en diferentes tipos de terreno: costa, barrancos de desag¨¹es, partes del centro hist¨®rico, colinas escarpadas, orilla y lechos de quebradas, terrenos intersticiales de la zona industrial, l¨ªmites internos de mercados etc. En ausencia de una pol¨ªtica de vivienda adecuada, contin¨²an su expansi¨®n sin un plan preestablecido. El resultado son barrios sin red vial jer¨¢rquica, inaccesibles a los medios de transporte motorizados. A menudo carecen de los servicios b¨¢sicos (agua, energ¨ªa, saneamiento, etc.). Se estima que los barrios de invasi¨®n ocupan casi una cuarta parte de la superficie construida del ¨¢rea urbana metropolitana al tiempo que concentran 70% de la poblaci¨®n. La proliferaci¨®n de los llamados barrios ¡°desfavorecidos¡± es un fen¨®meno contempor¨¢neo t¨ªpico de las ciudades en v¨ªas de desarrollo, donde se concentra un proletariado urbano. Todo ello es sintom¨¢tico de la falta de control del crecimiento urbano de la ciudad.
Esa inexistente gesti¨®n urbana afecta a las condiciones de acceso al agua y saneamiento. La empresa p¨²blica, el CTE RMPP (siglas en franc¨¦s para Centro t¨¦cnico operativo de la regi¨®n metropolitana de Puerto Pr¨ªncipe) debe hacer frente regularmente a la destrucci¨®n de las redes. Esto se debe a que no hay ning¨²n trabajo de planificaci¨®n intersectorial para las intervenciones viales (por falta de coordinaci¨®n a escala de la ciudad). Se estim¨® que en los ¨²ltimos meses de 2015 las p¨¦rdidas en la infraestructura de agua alcanzaban los 5 millones de d¨®lares US. El servicio p¨²blico es igual de deficiente en los barrios pobres -a pesar del establecimiento de quioscos de acceso- que en los barrios m¨¢s ricos.
Este d¨¦ficit de servicios se explica por las restricciones mismas de la empresa responsable, sobre todo por su baja capacidad de inversi¨®n para fortalecer la producci¨®n, la renovaci¨®n y la ampliaci¨®n de la infraestructura. La empresa se ve tambi¨¦n impactada por la ausente gesti¨®n integral que hace muy dif¨ªcil acompa?ar el desarrollo urbano con el impulso de las redes de agua y saneamiento. La situaci¨®n es tal que ricos y pobres viven en condiciones precarias similares en cuanto a acceso al servicio p¨²blico se refiere: todos tienen que recurrir a medios alternativos a los proveedores p¨²blicos (perforaci¨®n privada, camiones de suministro para los m¨¢s ricos, compra de galones de agua tratada para consumo, suministro aprovechando las fugas o el acceso del vecino, compra de cubos de agua m¨¢s o menos tratada a vendedores privados y agua en bolsa para los m¨¢s pobres).
Por lo tanto, todo aquel que busca entender la situaci¨®n actual de la aglomeraci¨®n termina confundido. Bien es cierto que Puerto Pr¨ªncipe tiene muchos aspectos t¨ªpicos de las ciudades de los pa¨ªses en desarrollo, entre otros un fuerte crecimiento demogr¨¢fico y espacial as¨ª como concentraci¨®n de barrios improvisados. Sin embargo, la pr¨¢ctica ausencia de una segregaci¨®n espacial convencional entre barrios de ricos y pobres (as¨ª como su com¨²n ¡°destino¡± al sufrir la deficiencia de las infraestructuras y servicios p¨²blicos por igual) lleva a la conclusi¨®n de que la regi¨®n metropolitana de Puerto Pr¨ªncipe est¨¢ a la deriva. Todo ello mientras que parad¨®jicamente sigue siendo el principal foco de atracci¨®n del pa¨ªs.
La mejora de la tasa de acceso a los servicios p¨²blicos de agua y saneamiento no se puede lograr sin que las autoridades competentes tomen las riendas y haya una gesti¨®n urbana de la capital. Hay algunos intentos del Estado haitiano (especialmente con el Comit¨¦ interministerial para la ordenaci¨®n del territorial ¨C CIAT en franc¨¦s) para controlar mejor la gesti¨®n urbana. No obstante, estos intentos solo pueden desarrollarse teniendo en cuenta los problemas y desaf¨ªos que enfrentan las propias instituciones p¨²blicas encargadas de prestar los servicios urbanos (agua, electricidad, transporte).
Sarah Matthieussent es especialista en agua y saneamiento en el Banco Interamericano de Desarrollo en Puerto Principe.
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