¡®Old Men Boom¡¯
El crecimiento demogr¨¢fico producido desde la segunda mitad de los a?os 50 ser¨¢ pronto envejecimiento
En muy pocos a?os, el baby boom que tanto alegraba a los tecn¨®cratas de Franco se convertir¨¢ en el old men boom. El gran crecimiento demogr¨¢fico producido desde la segunda mitad de los a?os 50 ser¨¢ pronto el gran envejecimiento. Las familias numerosas de entonces, con premios a la natalidad y reportajes en el NODO, con un Chencho travieso y bondadoso, pero en la vida real sin padrino, eran fruto, por un lado, de un creciente desarrollo industrial que daba seguridad y optimismo; por otro lado, de las creencias religiosas y de la dificultad para acceder a los m¨¦todos anticonceptivos. En algunas memorias infantiles se conserva la imagen de la madre lavando un preservativo y enroll¨¢ndolo cuidadosamente, espolvoreado con talco, hasta la siguiente ocasi¨®n, sin que el ni?o que miraba supiera qu¨¦ era aquello.
Esta generaci¨®n, que alcanz¨® la juventud en la Transici¨®n y que en los a?os ochenta consolid¨® definitivamente la democracia en Espa?a y la llev¨® a la modernidad, tuvo que hacer un gran esfuerzo para dejar atr¨¢s antiguas creencias en las que hab¨ªamos crecido y para adaptarse a un brutal cambio de costumbres, de ideas, de valores, de avances tecnol¨®gicos.
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Y del mismo modo que con la generaci¨®n del baby boom mejor¨® la sanidad en la infancia, y con el aumento de la calidad de vida, de la higiene, de la generalizaci¨®n de las vacunas desapareci¨® la mortalidad infantil, tambi¨¦n ahora, con los avances de la geriatr¨ªa ha aumentado el tiempo de vida. Los ni?os de hace sesenta a?os seremos tambi¨¦n los ancianos m¨¢s longevos, con experiencia en lo que eso significa: esta generaci¨®n fue la primera a quien le toc¨® convencer a sus padres para que aceptaran el ingreso en residencias, lo que no siempre ha resultado f¨¢cil con unos progenitores que no entend¨ªan que entre cinco o seis hijos no fueran capaces de cuidar a una madre, cuando una madre sola cuid¨® a cinco o seis hijos.
Durante los a?os posteriores a la crisis, los funcionarios de este pa¨ªs han hecho un gran sacrificio y han soportado sobre sus espaldas los recortes de la administraci¨®n, la congelaci¨®n de sus sueldos y la p¨¦rdida de poder adquisitivo, aceptando con resignaci¨®n el esfuerzo y sin responder con huelgas generales y salvajes, conscientes de las dificultades que tambi¨¦n sufr¨ªan otros sectores de la poblaci¨®n.
La hucha de las pensiones se agotar¨¢ a principios de 2018
A pesar de eso, la hucha de las pensiones se est¨¢ vaciando de un modo imparable, hachazo tras hachazo, paga extra tras paga extra. Quedan 25.176 millones de euros de los 66.815 con que contaba en el a?o 2011, y todas las previsiones indican que se agotar¨¢ a principios del 2018, cuando ser¨¢ m¨¢s necesaria que ahora.
Y ahora sospechamos que ha llegado el momento en que a la generaci¨®n del baby boom se nos va a pedir un nuevo, y muy pol¨¦mico, sacrificio. Aunque no quieran decirlo, todos sabemos que esta legislatura va a ser la de la reforma de las pensiones. En los debates de la campa?a electoral de junio, cada vez que el moderador preguntaba sobre el tema, los candidatos sal¨ªan por la tangente, respond¨ªan con una vaga declaraci¨®n de intenciones y apelaban al Pacto de Toledo para abordar una reforma necesaria, pero que nadie concretaba, por miedo a perder el voto de los afectados, que en breve seremos millones. Y si al fin se repiten las elecciones en diciembre, es probable que las respuestas ¡ª?como los votos, ay!¡ª no variar¨¢n mucho.
Una peque?a contribuci¨®n de los 9 millones de pensionistas no desestabilizar¨ªa la econom¨ªa dom¨¦stica y supondr¨ªa mucho para el erario p¨²blico
Aunque poco, durante toda la crisis han aumentado las pensiones y se puede afirmar que, salvo las m¨¢s bajas, muchos jubilados mantienen un nivel de vida confortable y superior al de otras capas sociales, y en muchos casos son ellos quienes ayudan a hijos en paro a salir adelante. No es una locura suponer que en la siguiente legislatura se plantear¨¢n f¨®rmulas para que los pr¨®ximos pensionistas contribuyamos a la estabilidad de un sistema que entrar¨¢ en peligro en cuanto la hucha de los ahorros se haya vaciado.
Como, por otro lado, seremos la capa social m¨¢s amplia, con nueve millones de beneficiarios, una peque?a contribuci¨®n que no desestabilizara la econom¨ªa dom¨¦stica supondr¨ªa mucho dinero para el erario p¨²blico. Por supuesto, habr¨¢ que respetar escrupulosamente las pensiones de tres d¨ªgitos, pero quiz¨¢ el encanto de la vida no tenga que desaparecer por diez euros menos en una n¨®mina de mil.
Ser¨ªa el (pen)¨²ltimo ejemplo de solidaridad de una generaci¨®n a la que tanto se le debe.
Eugenio Fuentes es escritor. Su ¨²ltima novela es Mistralia (Tusquets Editores).
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