Desarrollo y lucha contra el cambio clim¨¢tico pueden ir (o no) de la mano
Los pa¨ªses del sur tienen a su alcance satisfacer sus necesidades con las energ¨ªas renovables
Hogares de todo el este de ?frica iluminados con linternas recargadas con energ¨ªa solar. Empresas que crean redes para producir y distribuir energ¨ªa de forma local. Gobiernos, como el tanzano, que las promocionan para extender la electricidad a todo el pa¨ªs. Estos son los caminos que emprenden algunos pa¨ªses en desarrollo para satisfacer sus necesidades, sin aumentar sus emisiones de di¨®xido de carbono. Ejemplos de lo que puede suponer el futuro si se a¨²na el cumplimiento del Acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico con los Objetivos de Desarrollo Sostenible ¨Cque marcan a los pa¨ªses de Naciones Unidas la pauta a seguir para lograr un mundo mejor¨C. Esta alianza, sin embargo, no siempre es evidente. Los expertos reunidos la semana pasada en la conferencia Climate futures: vincular el Acuerdo de Par¨ªs a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, organizada por el centro de investigaci¨®n Cidob, recuerdan que las econom¨ªas emergentes necesitan satisfacer las necesidades de una poblaci¨®n en r¨¢pido crecimiento. Y a?aden que el modo en que esto se haga depende de si Gobiernos, empresas y sociedad civil apuestan por las energ¨ªas renovables.
?C¨®mo evitar que el desarrollo conlleve m¨¢s emisiones? Varias econom¨ªas emergentes han logrado que (casi) toda su poblaci¨®n tenga acceso a la red el¨¦ctrica. La cifra de personas sin este servicio en Brasil ha descendido de dos millones a 700.000 habitantes, entre 1990 y 2010. El cambio ha sido a¨²n m¨¢s abrupto en Vietnam: del 14% al 97% de la poblaci¨®n, seg¨²n informes del Overseas Development Institute (ODI), un centro de investigaci¨®n afincado en Londres. En los dos casos, sin embargo, el peso de las energ¨ªas renovables en la producci¨®n de energ¨ªa ha descendido. Los mismos documentos ilustran, sin embargo, que el recurso a los combustibles f¨®siles es tambi¨¦n una elecci¨®n pol¨ªtica. Si en el pa¨ªs latinoamericano el descubrimiento de reservas de petr¨®leo mar¨ªtimas aumenta el atractivo de este recurso; Han¨®i ha optado por aumentar su producci¨®n de gas. ¡°Los pa¨ªses en desarrollo tienen la oportunidad de proporcionar a su poblaci¨®n m¨¢s pobre un estilo de vida basado en las energ¨ªas renovables; uno que sea distinto al que estamos acostumbrados, aqu¨ª en occidente¡±, asegura Andrew Scott, investigador sobre clima y medio ambiente del ODI.
?De qu¨¦ depende que el desarrollo se base en las energ¨ªas renovables? En buena medida, de si los Gobiernos apuestan por favorecerlas
?En qu¨¦ podr¨ªa consistir esta alternativa? No existe una v¨ªa ¨²nica. Ni los puntos de partida son los mismos. En ?frica 600 millones de personas no tienen acceso a la luz. El 48% de la poblaci¨®n mundial, seg¨²n un documento del ODI. Y, ante la falta de infraestructura, el recurso a las linternas solares o la instalaci¨®n en casa de peque?as instalaciones fotovoltaicas se ha convertido en una alternativa. Sobre todo, en pa¨ªses del Este del continente como Kenia, Tanzania y Etiopia. Lo que empez¨®, explica Scott, como proyectos de demostraci¨®n impulsados por ONG, hace 15 o 20 a?os, se ha convertido en un servicio que llega a cerca del 20% de los hogares sin luz. ¡°Buena parte del negocio est¨¢ en manos de empresas de Europa y el norte de ?merica¡±, aunque han aparecido firmas locales. El reto para estas compa?¨ªas, sin embargo, est¨¢ ¡°en el acceso a la financiaci¨®n, porque los bancos locales a¨²n ven arriesgado invertir en este tipo de actividades¡±; y en la extensi¨®n de su red de comercializaci¨®n, m¨¢s all¨¢ de las zonas donde ya son conocidas.
Los pa¨ªses del norte de ?frica y Oriente Medio, en cambio, cuentan con una red el¨¦ctrica m¨¢s extensa. Y sus Gobiernos han apostado por grandes proyectos. Marruecos es uno de los pa¨ªses que lidera la carrera, con la primera fase de un complejo solar en la regi¨®n de Ouarzazate. La instalaci¨®n, con una capacidad de 160 megavatios, deber¨ªa alcanzar los 580 en 2018, una vez completada. ¡°En Marruecos hay una estrategia clara de apoyo a las renovables, y se ha adaptado la normativa para favorecer su desarrollo¡±, explica Luigi Carafa, investigador sobre energ¨ªa y cambio clim¨¢tico del CIDOB. Egipto, por su parte, ¡°intenta ponerse al d¨ªa¡± despu¨¦s de que los conflictos derivados de la Primavera ?rabe detuvieran este tipo de proyectos.
?De qu¨¦ depende que el desarrollo se base en las energ¨ªas renovables? En buena medida, de si los Gobiernos apuestan por favorecerlas. En los pa¨ªses del ?frica subsahariana, las instalaciones fotovoltaicas no conectadas a la red se concentran en Kenia, Tanzania y Etiopia. Fuera de este grupo, solo el 3% de los hogares sin luz cuenta con este tipo de equipos. Ello tiene que ver con la pol¨ªtica de estos pa¨ªses, asegura Scott: ¡°[Ah¨ª donde ha funcionado] los Gobiernos tienen en cuenta este tipo de energ¨ªas. No hay restricciones a la importaci¨®n de estos equipos, y se han retirado subsidios a los combustibles f¨®siles¡±. El Gobierno tanzano, adem¨¢s, ha apoyado la construcci¨®n de mini-redes, que permiten que una comunidad se pueda abastecer de energ¨ªa por s¨ª misma. ¡°Es el pa¨ªs que lidera la creaci¨®n de estas instalaciones, con 104 de ellas¡±, explica. Los ejemplos del norte de ?frica y Oriente Medio apuntan en una direcci¨®n parecida. Marruecos, explica Carafa, es el pa¨ªs que ¡°cuenta con la mejor normativa¡± para que las empresas inviertan en el uso de las energ¨ªas renovables.
M¨¢s all¨¢ de estas elecciones, algunos expertos se muestran esc¨¦pticos acerca de la capacidad del Acuerdo de Par¨ªs y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para lograr sus fines. Y, sobre todo, para ayudar a los pa¨ªses del sur global a tomar una senda libre de emisiones. Susana Borr¨¤s, investigadora de la Universitat Rovira i Virgili, cree que ¡°las dos agendas no tienen en cuenta el modo en el que producimos y consumimos¡±, factores que considera ¡°las causas del problema¡±. Tampoco dan suficiente importancia ¡°a la contribuci¨®n hist¨®rica del mundo desarrollado al calentamiento global¡±, aunque los pa¨ªses desarrollados se hayan comprometido a donar, de aqu¨ª a 2025, 100.000 millones de d¨®lares a sus vecinos del sur global ¨Cel objetivo de esta financiaci¨®n es ayudarles a adaptarse a los efectos del cambio clim¨¢tico, y a reducir sus emisiones¨C. Y, a diferencia del Protocolo de Kioto, ¡°no hay mecanismos para asegurar el complimiento de los acuerdos¡±.
Si el aumento de la temperatura global supera los dos grados, argumenta, no ser¨¢ posible conseguir dos tercios de los ODS
Sin embargo, existen instrumentos para presionar a los pa¨ªses que vean en los combustibles f¨®siles la ¨²nica v¨ªa al desarrollo. ¡°Por primera vez, existen instrumentos para monitorizar los cambios en las emisiones de di¨®xido de carbono¡±, explica Pep Canadell, director ejecutivo del Global Carbon Project. Este centro es, precisamente, una de las Instituciones que coordinan los esfuerzos de la comunidad cient¨ªfica para medir los efectos del cambio clim¨¢tico. La idea, explica Canadell, es que los datos publicados por organizaciones como la suya ayuden a ¡°ver qui¨¦n no est¨¢ haciendo el trabajo, cada a?o¡±. Para este investigador, adem¨¢s, cumplir con el acuerdo de Par¨ªs es una condici¨®n imprescindible para el desarrollo sostenible. Si el aumento de la temperatura global supera los dos grados, argumenta, ¡°no ser¨¢ posible conseguir dos tercios de los ODS¡±. Los efectos del calentamiento global pondr¨¢n en serias dificultades el acceso de parte de la poblaci¨®n a una vida digna.
El ¨¦nfasis de los ODS en el medio ambiente ¨Ca diferencia de sus antecesores, los Objetivos de Desarrollo del Milenio¨C tambi¨¦n deber¨ªa ayudar. Carafa destaca que ¡°10 de los objetivos est¨¢n relacionados con el cambio clim¨¢tico¡±. Entre ellos, el acceso universal al agua o a la energ¨ªa sostenible. Sin embargo, Scott a?ade un matiz: ¡°Hay tres o cuatro objetivos cuyo cumplimiento depender¨¢ de las medidas que ahora toman los pa¨ªses¡±. ¡°El v¨ªnculo [de los ODS] con la Agenda de Par¨ªs depende de c¨®mo desarrollemos nuestras infraestructuras, de si optamos por aumentar la productividad¡±, a?ade el investigador. Carafa a?ade un ejemplo. ¡°Narenda Modi [primer ministro de la India] est¨¢ decidido a reducir la pobreza energ¨¦tica en su pa¨ªs. Si lo hubiera hecho con centrales de carb¨®n, esto supondr¨ªa depender entre 10 y 20 a?os de estas instalaciones. Por suerte, ha optado por la energ¨ªa solar¡±. Sin embargo, el investigador del Cidob recuerda que el coste de las energ¨ªas renovables se ha reducido substancialmente en los ¨²ltimos a?os, aumentando su atractivo.
Algunos pa¨ªses del sur global, adem¨¢s, pueden optar por adaptarse al cambio clim¨¢tico. Nicol¨¢s Debaisieux, especialista en cambio clim¨¢tico de la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo, explica que los Estados de Oriente Medio y el norte de ?frica han concentrado sus esfuerzos en este campo. ¡°Algunos pa¨ªses y ciudades podr¨ªan priorizar proporcionar comida y trabajo a su poblaci¨®n¡±, recuerda. Por este motivo, Borr¨¤s cree que el sur global deber¨ªa contar con financiaci¨®n a?adida. ¡°El da?o ambiental es especialmente acuciante en los pa¨ªses en desarrollo. Ser¨ªa necesario cancelar sus deudas¡±, asevera.
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