Exactamente lo contrario a la ¡®paleodieta¡¯ es lo mejor para vivir m¨¢s a?os

Habr¨¢ o¨ªdo hablar de la dieta paleol¨ªtica. Su nombre no es aleatorio: est¨¢ basada en los alimentos disponibles en la ¨¦poca de las cavernas (carne, pescado, frutas y verduras) y supone una ingesta alta de prote¨ªnas y muy pobre en carbohidratos. Sus defensores afirman que a¨²n estamos dise?ados para comer como nuestros antepasados m¨¢s lejanos y que, por tanto, lo m¨¢s saludable es hacerlo. Pero m¨¢s all¨¢ de alejarse rotundamente del ideal de alimentaci¨®n equilibrada, con los efectos en la salud que eso conlleva, privarse de hidratos de carbono podr¨ªa tambi¨¦n estar quit¨¢ndole a?os de vida.

Un estudio realizado con ratones en la Universidad de S¨ªdney (Australia) ha revelado que las dietas bajas en prote¨ªnas y altas en carbohidratos aumentan en el organismo los niveles de FGF21, una hormona segregada por el h¨ªgado a la que se le atribuyen m¨²ltiples efectos saludables, entre ellos, el de contribuir a la longevidad. La raz¨®n es su efecto protector sobre el sistema inmunol¨®gico, seg¨²n un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale (EE UU). Comprobaron que, aumentando los niveles de producci¨®n de esta sustancia, la vida de los roedores se alargaba un 40%, porque la funci¨®n inmune del timo (un ¨®rgano que?se atrofia con la edad y pierde su funcionamiento, dando lugar a un aumento del riesgo de infecciones) estaba preservada por la hormona.

¡°Ya se sab¨ªa que FGF21 se estimulaba con la dieta pobre en prote¨ªnas, que indirectamente suele ser una dieta rica en carbohidratos. Pero la importancia que tiene este trabajo es que se han utilizado mil ratones alimentados con 25 dietas elaboradas con diferentes proporciones de nutrientes", explica Francesc Villarroya, investigador del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red-Fisiopatolog¨ªa de la Obesidad y la Nutrici¨®n (CIBERobn) del Instituto de Salud Carlos III y catedr¨¢tico de bioqu¨ªmica en la Universidad de Barcelona. Lo complicado en estos temas es probar estos efectos en humanos: "Los resultados son v¨¢lidos, aunque hay que tomarlos con precauci¨®n¡±, advierte el experto.

Riesgos del exceso de prote¨ªnas

Al margen de los beneficios de mantener altos los niveles de FGF21, lo que s¨ª parece claro es que ingerir principalmente prote¨ªnas durante largos periodos de tiempo entra?a riesgos para la salud. Una investigaci¨®n de la Universidad de Granada prob¨® que una dieta hiperproteica destinada a la p¨¦rdida f¨¢cil y r¨¢pida de peso aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades de ri?¨®n a largo plazo. ¡°Este ¨®rgano necesita trabajar m¨¢s para excretar el exceso de urea proveniente de las altas dosis de este nutriente¡±, comentaba a BUENAVIDA Virginia Aparicio Garcia-Molina, autora principal del estudio. Y el bioqu¨ªmico Francesc Villarroya, a?ade que fuerza mucho el trabajo del h¨ªgado, el ¨®rgano que procesa las prote¨ªnas para que sean eliminadas a trav¨¦s de la orina. Seg¨²n el Grupo de Revisi¨®n, Estudio y Posicionamiento de la Asociaci¨®n Espa?ola de Dietistas-Nutricionistas, todav¨ªa hay m¨¢s consecuencias de un exceso de prote¨ªnas: debilidad, riesgo de fractura ¨®sea, ganancia de peso a largo plazo, s¨ªndrome metab¨®lico, da?o renal, des¨®rdenes gastrointestinales, p¨¦rdida de la autoestima, depresi¨®n y alteraciones en el comportamiento alimentario.

?Un arma para combatir la obesidad?

Pero los beneficios de la hormona son m¨¢s amplios: Villarroya lleva a?os estudi¨¢ndola y ha descubierto que estimula la grasa parda para quemar glucosa y grasa de la sangre, lo cual es una buena noticia de cara a buscar tratamientos para combatir la obesidad y la diabetes. Actualmente, existen estudios piloto con humanos para ver los efectos de suministrar la hormona en personas con obesidad y diabetes, pero los resultados a¨²n no son del todo esperanzadores: ¡°Tras un mes de tratamiento con la FGF21, parece que disminuye el peso y las grasas en sangre, pero no se ven buenos resultados en glucosa", dice el experto.

La hormona de la longevidad tambi¨¦n puede estimularse con una alimentaci¨®n rica en ¨¢cidos grasos omega -3, presentes en el pescado azul (salm¨®n, at¨²n o sardinas), tal y como confirma Villarroya: ¡°Hemos descubierto que este ¨¢cido act¨²a como un regulador clave de la s¨ªntesis de la hormona en el organismo¡±.