?Qu¨¦ deben decir los padres a sus hijos sobre Pap¨¢ Noel?
Los psic¨®logos debaten si es saludable permitir que los ni?os tengan fe en seres sobrenaturales
Santa Claus es la mayor mentira colectiva del planeta. Cientos de millones de padres enga?an a sus hijos para que crean que hay un viejo obeso que los esp¨ªa las 24 horas del d¨ªa y se cuela en sus casas en Navidad para premiarlos con regalos o castigarlos con carb¨®n, en funci¨®n de su conducta. La revista m¨¦dica The Lancet Psychiatry cree que ha llegado el momento de lanzar un debate: ?Deben los padres mentir a los ni?os sobre Santa Claus?
¡°La moralidad de hacer que los ni?os crean en estos mitos debe cuestionarse¡±, plantean en sus p¨¢ginas la experta en salud mental Kathy McKay y el psic¨®logo Christopher Boyle. Los autores sostienen que la idea de que exista una agencia de espionaje mundial en el Polo Norte, de la que ninguna criatura puede escapar, es ¡°aterradora¡±, si se analiza con ojos de adulto. Y que descubrir la mentira puede minar la confianza entre los ni?os y sus padres.
¡°Si los adultos han estado mintiendo sobre Santa Claus, aunque haya sido de manera bienintencionada, ?qu¨¦ m¨¢s es mentira? Si Santa Claus no es real, ?las hadas son reales? ?Es real la magia? ?Existe Dios?¡±, prosiguen los autores, meti¨¦ndose en un cerebro infantil.
"Si los adultos ridiculizan a los ni?os por haber cre¨ªdo en Santa Claus, ?en qu¨¦ lugar deja esto a los adultos creyentes en dioses?", se preguntan los psic¨®logos Boyle y McKay
El art¨ªculo publicado en The Lancet Psychiatry equipara a un ni?o que cree en Pap¨¢ Noel con un adulto que adora a un dios de cualquiera de las 4.200 religiones diferentes e incompatibles entre s¨ª que existen en el planeta. ¡°Si los adultos ridiculizan a los ni?os por haber cre¨ªdo en Santa Claus, ?en qu¨¦ lugar deja esto a los adultos creyentes en movimientos espirituales basados en dioses y otras magias terrestres¡±, argumentan. ¡°?Es correcto o saludable permitir que los ni?os tengan fe en seres sobrenaturales?¡±.
El debate es un cl¨¢sico cuando se acerca la Navidad. En su libro Los mitos que robaron la Navidad, el fil¨®sofo estadounidense David Kyle Johnson intenta ¡°desmentir el mito de que la mentira de Santa Claus es inofensiva". En el volumen, Johnson, profesor en la escuela universitaria King¡¯s College de Pensilvania, expone que es una mentira injustificada, que degrada la confianza en los padres, que estimula la credulidad, que no espolea la imaginaci¨®n y que los regalos de Pap¨¢ Noel funcionan como un soborno para que los hijos se porten bien.
A juicio de Johnson, la soluci¨®n no es exterminar a Santa Claus, sino dejar claro que es una tradici¨®n, un juego. "Si tu hijo va corriendo por casa con una toalla atada al cuello proclamando que puede volar porque es Superman, piensas que es genial, porque sabes que est¨¢ jugando a que lo es. Sin embargo, si se sube al tejado y lo proclama, deber¨ªas corregirle r¨¢pidamente. No quieres que crea literalmente que puede volar", ilustr¨® el fil¨®sofo en su blog.
El fil¨®sofo David Kyle Johnson cree que la mentira de Santa Claus degrada la confianza en los padres y estimula la credulidad
En su ensayo El espejismo de Dios, el bi¨®logo evolutivo brit¨¢nico Richard Dawkins compara la fe en cualquier dios con la fe en Santa Claus, pero matiza que descubrir la farsa navide?a ayuda a los ni?os a entender que no todas las historias que cuentan los adultos son ciertas. Pap¨¢ Noel ayudar¨ªa, al fin y al cabo, a promover un sano escepticismo en los ni?os.
La psiquiatra finlandesa Tuula Tamminen, presidenta de honor de la Asociaci¨®n Mundial para la Salud Mental Infantil, public¨® hace m¨¢s de una d¨¦cada una reflexi¨®n sobre el personaje que supuestamente vive en su pa¨ªs, en la regi¨®n de Laponia. ¡°Uno de los pilares m¨¢s importantes del desarrollo mental es el hecho de que todos los padres, en todo el mundo, juegan con sus hijos¡±, explica Tamminen a Materia. ¡°En los primeros meses de vida de un ni?o, sus padres pueden simular que una cuchara es un avi¨®n cuando le dan de comer. Pero muy pronto el ni?o se da cuenta de que la cuchara es una cuchara y adem¨¢s puede ser algo m¨¢s¡±, razona. ¡°Y muy pronto el ni?o tambi¨¦n entiende lo que sus padres tienen en la cabeza. Este es un paso enorme en la madurez cerebral¡±.
Tamminen cree que Pap¨¢ Noel, como los cuentos de hadas, apoyan ese desarrollo mental durante la infancia. Adem¨¢s, la psiquiatra aplaude el ¡°proceso de maduraci¨®n¡± que supone descubrir la verdad sobre Santa Claus. ¡°Cuando este proceso va bien, el ni?o practica c¨®mo superar el sentimiento de decepci¨®n y se enorgullece al saber que tiene edad suficiente para saber m¨¢s que los ni?os m¨¢s peque?os¡±, se?ala.
McKay, de la Universidad de Nueva Inglaterra (Australia), y Boyle, de la Universidad de Exeter (Reino Unido), concluyen su art¨ªculo en The Lancet Psychiatry con otra perspectiva: el posible beneficio que sacan los adultos con la farsa navide?a. ¡°Podr¨ªa ser que la dureza de la vida real requiera crear algo mejor, algo en lo que creer, algo en lo que tener esperanza o que sirva para regresar a una infancia perdida hace mucho tiempo¡±.
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