?Por qu¨¦ no podemos acabar con la polio?
Se han invertido miles de millones en erradicar la enfermedad, pero no hacerlo ser¨ªa m¨¢s caro
El 24 de octubre de 2016 tendr¨ªa que haber sido un hito en la historia de la polio. Si todo va seg¨²n lo planeado, habr¨ªa sido el ¨²ltimo D¨ªa Mundial de la Lucha contra Poliomielitis antes de la erradicaci¨®n de esta enfermedad. Pero no son momentos de celebrar ni ser complacientes: si bien sabemos c¨®mo eliminarla, a¨²n no hemos acabado de hacerlo.
Pi¨¦nsese en lo siguiente: en agosto de 2014 la Organizaci¨®n Mundial de la Salud declar¨® la crisis del ¨¦bola en ?frica Occidental una Emergencia de Salud P¨²blica de Importancia Internacional (ESPII); levant¨® ese estado en marzo de 2016. En mayo de 2014, la OMS tambi¨¦n declar¨® como ESPII la propagaci¨®n del poliovirus, y ese estado sigue activo al d¨ªa de hoy, lo que hace que nos preguntemos si los l¨ªderes mundiales le est¨¢n prestando suficiente atenci¨®n.
Deber¨ªan hacerlo. La continuidad de la ESPII por la polio est¨¢ poniendo en peligro el logro de la Iniciativa de Erradicaci¨®n Global de la Polio (IEGP), en la que el mundo ha invertido15.000 millones de d¨®lares desde su lanzamiento en 1988, y amenaza la salud global en general.
Para comenzar, la iniciativa IEGP de interrumpir la transmisi¨®n del poliovirus podr¨ªa no cumplir su fecha objetivo; lamentablemente, no ser¨ªa la primera vez. Para la fecha de inicio original de 2000, la incidencia de la polio se hab¨ªa podido reducir en m¨¢s de un 99% con respecto a una estimaci¨®n de 350.000 casos en 1988. Sin embargo, desde entonces ha persistido una larga y terca ¡°cola¡± de la infecci¨®n, principalmente en regiones remotas y pobres y en zonas de conflicto. A pesar del estado de ESPII, los esfuerzos por hacer frente a estos casos persistentes son complejos y siguen siendo incompletos.
En el a?o 2000 la enfermedad se hab¨ªa reducido en un 99%, pero est¨¢ costando la erradicaci¨®n total
No hay duda de que ha habido algunos ¨¦xitos, como en India, que se certific¨® libre de polio en 2014, y Nigeria, que pudo interrumpir la transmisi¨®n ese mismo a?o. Pero tambi¨¦n ha habido retrocesos: en 2016 hubo repentinamente dos nuevos casos entre ni?os de un ¨¢rea que se acababa de liberar del grupo fundamentalista Boko Haram.
Afganist¨¢n y Pakist¨¢n, los otros dos pa¨ªses donde la polio es end¨¦mica, no lograron su objetivo de erradicaci¨®n del a?o 2015 y han debido ampliarlo un a?o a un coste de 1.500 millones de d¨®lares. Para solucionar sus causas ser¨¢ necesario un manejo pol¨ªtico delicado y h¨¢bil, pues tienen que ver con conflictos que impiden el acceso de los ni?os a los profesionales m¨¦dicos, la oposici¨®n de algunos l¨ªderes religiosos y la desconfianza p¨²blica hacia los gobiernos nacionales y las iniciativas internacionales.
Erradicar la polio es caro, pero luchar contra ella a perpetuidad costar¨ªa miles de millones de d¨®lares m¨¢s. Los pol¨ªticos y las autoridades deber¨ªan tener en mente que un mundo libre de polio ser¨ªa un bien p¨²blico global, que la erradicaci¨®n es sin ninguna duda la mejor soluci¨®n y que para garantizar el logro de la IEGP es necesario contar con una financiaci¨®n continua y apoyo pol¨ªtico.
Pero es tambi¨¦n importante asegurarse de que con el tiempo la IEGP vaya generando recursos y pr¨¢cticas valiosas que no se pierdan una vez desaparezca la polio. Por ejemplo, cadenas de fr¨ªo para preservar las vacunas durante el transporte desde las f¨¢bricas hacia los pacientes, ¡°d¨ªas de vacunaci¨®n¡± espec¨ªficos y ¡°d¨ªas de tranquilidad¡± negociados en zonas de conflicto a fin de que se pueda vacunar, trabajadores de la salud bien capacitados, y sistemas de seguimiento, an¨¢lisis de laboratorio y respuesta r¨¢pida. Son recursos que han demostrado su val¨ªa en la lucha contra otras enfermedades: Nigeria pudo detener la propagaci¨®n del ¨¦bola durante el brote en ?frica Occidental gracias a la eficiencia de su sistema de seguimiento de la polio.
Sin embargo, la realidad es que los pa¨ªses podr¨¢n absorber los recursos de la IEGP en sus sistemas sanitarios solamente si cuentan con apoyo financiero, log¨ªstico y pol¨ªtico. Ser¨¢ necesario un esfuerzo importante para hacer llegar los materiales a donde m¨¢s se necesiten, as¨ª como coordinar las operaciones de seguimiento y laboratorio. Si se hace as¨ª no solo se impulsar¨ªan la seguridad y la resistencia sanitarias globales para los pr¨®ximos brotes, sino que adem¨¢s nos ayudar¨ªa a lograr la cobertura sanitaria universal, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Tras a?os de esfuerzos, hoy est¨¢ claro que solo un compromiso s¨®lido, constante y mundial por la erradicaci¨®n total puede poner fin a la emergencia de la polio
En t¨¦rminos m¨¢s generales, no se deben olvidar las lecciones de la IEGP y otras campa?as de erradicaci¨®n. En 1980, la viruela se convirti¨® en la primera enfermedad en ser erradicada con ¨¦xito, y antes se hab¨ªan realizado campa?as infructuosas para acabar con el anquilostoma, el pian, la fiebre amarilla y la malaria. Pero muchas de las lecciones que ya hab¨ªamos aprendido para los a?os ochenta se hab¨ªan ignorado durante demasiado tiempo, como la importancia de abordar los reservorios m¨¢s remotos de la infecci¨®n y mantener altos niveles de vacunaci¨®n en todos los lugares, de modo que los sistemas de salud no acaben sobrecargados.
Las lecciones que aprendamos de la historia y los objetivos de salud global que nos planteemos dependen de una compleja serie de presiones pol¨ªticas, motivos y aspiraciones. En la lucha contra la polio, el mundo depende en gran medida de la generosidad de Estados Unidos, Rotary International, la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates, y pa¨ªses europeos como Alemania, Noruega y el Reino Unido (con apoyo pol¨ªtico adicional de otros como M¨®naco). Otros pa¨ªses europeos, y la Comisi¨®n Europea misma, deber¨ªan hacer m¨¢s para contribuir al esfuerzo de erradicaci¨®n.
Si bien los estados miembro del G7 renovaron su compromiso de eliminar la polio en una cumbre en Jap¨®n este a?o, no se hizo referencia a ella en una cumbre del G20 subsiguiente que se celebr¨® en Hangzhou, China, donde estaban representados dos tercios de la poblaci¨®n mundial, ni tampoco en la ¨²ltima reuni¨®n del grupo G77 de 134 pa¨ªses en desarrollo.
No basta con eso. Tras a?os de esfuerzos, hoy est¨¢ claro que solo un compromiso s¨®lido, constante y mundial por la erradicaci¨®n total puede poner fin a la emergencia de la polio.
Traducido del ingl¨¦s por David Mel¨¦ndez Tormen
Ilona Kickbusch es directora del Centro Mundial de Salud y profesora adjunta del Instituto de Posgrado de Estudios Internacionales y del Desarrollo, Ginebra. Stephen Matlin es investigador s¨¦nior del Centro Mundial de Salud en el Instituto de Posgrado de Estudios Internacionales y del Desarrollo, Ginebra. Michaela Told es directora ejecutiva del Centro Mundial de Salud en el Instituto de Posgrado de Estudios Internacionales y del Desarrollo, Ginebra.
Copyright: Project Syndicate, 2016.
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