Inclusi¨®n financiera y algo m¨¢s
Nuevos servicios de pago para peque?os depositantes est¨¢n surgiendo con ¨¦xito en todo el mundo
Como los servicios financieros tradicionales no est¨¢n dise?ados para peque?os depositantes y prestatarios, varios modelos no tradicionales han crecido r¨¢pidamente en este mercado no explorado. Pero, sin una hoja de ruta de pol¨ªticas estrat¨¦gicas que promuevan a¨²n m¨¢s el desarrollo de la tecnolog¨ªa financiera (fintech), estos nuevos modelos conectores seguir¨¢n siendo limitados en t¨¦rminos de los servicios que pueden ofrecer.
En Kenia, el ¨¦xito de M-Pesa, una aplicaci¨®n m¨®vil para realizar pagos, ha sido completamente transformacional. A PayPal le llev¨® dos cotizaciones en el Nasdaq y casi dos d¨¦cadas de operar en la econom¨ªa m¨¢s grande del mundo llegar a 188 millones de clientes activos y 282.000 millones de d¨®lares de pagos anuales. Si bien M-Pesa ha estado operando durante menos de diez a?os en un mercado de ingresos mucho m¨¢s bajos, el a?o pasado ten¨ªa casi 17 millones de usuarios activos que realizaron transacciones al contado por m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares.
De la misma manera, bKash hoy domina el sistema de pagos en Bangladesh hasta el punto de que bKashear se ha convertido en un vocablo bengal¨ª com¨²n, al igual que xeroxing, hoovering y googling en ingl¨¦s.
Otros modelos, como Microensure y Bima, tambi¨¦n han ganado terreno, ofreciendo soluciones de micro-seguros en pa¨ªses emergentes. Jan Dhan Yojana, un programa de alta prioridad del gobierno federal indio que ofrece a los pobres acceso al sector bancario, ha permitido la apertura de 250 millones de nuevas cuentas bancarias en menos de dos a?os.
Los nuevos productos de fintech tendr¨¢n que superar varios obst¨¢culos para avanzar m¨¢s all¨¢ de mejorar simplemente el acceso a los servicios financieros. Los servicios que fomentan la inclusi¨®n financiera deben ofrecer un alto volumen de producci¨®n de bajo valor, lo que significa que muchas veces tienen que depender de asociaciones para poder cumplir ciertas demandas de los consumidores. Los problemas aparecen cuando esos socios tienen sus propias limitaciones o diferentes prioridades.
?xitos como el keniano M-Pesa, una aplicaci¨®n m¨®vil para realizar pagos, han transformado por completo las finanzas de su entorno
Por ejemplo, Microensure y Bima han puesto soluciones de seguro al alcance de millones de personas; pero sus servicios en definitiva dependen de que aseguradoras independientes adjudiquen capital y respalden las p¨®lizas de seguro. De la misma manera, si bien hay indicios alentadores de crecimiento en la industria de seguros en regiones como el ?frica subsahariana, las aseguradoras globales deben adaptarse constantemente a cambios regulatorios en sus mercados principales o locales, y no resulta claro si tienen la capacidad para expandirse significativamente en pa¨ªses de bajos ingresos.
O consideremos el caso de la propia M-Pesa. Hace cuatro a?os, se asoci¨® con el Banco Comercial de ?frica para sumar una herramienta de pr¨¦stamo, M-Shwari, a su conjunto de productos. Desde entonces ha abierto m¨¢s cuentas de pr¨¦stamos que cualquier banco keniano. Pero esas cuentas todav¨ªa representan menos de la cuarta parte de los usuarios activos de M-Pesa, y M-Shwari todav¨ªa ofrece solamente peque?os pr¨¦stamos a 30 d¨ªas. M-Shwari no es una parte central del negocio de cada uno de los socios.
Tampoco es el ¨²nico producto de su tipo en el mercado. El competidor m¨¢s reciente que desafi¨® a M-Pesa es mVisa, una sociedad entre Visa Inc. y otros dos bancos kenianas. Con 400 millones de d¨®lares de ingresos en 2016 en riesgo, Safaricom ¡ªla casa matriz de M-Pesa¡ª probablemente se concentre en defender su oferta central antes de intentar introducir nuevos productos. En la lista actual de prioridades de nuevos productos de Safaricom para expandir la inclusi¨®n financiera, los productos de ahorro y pr¨¦stamo se ubican casi al final.
Hace falta una innovaci¨®n y un esp¨ªritu emprendedor sin restricciones para conectar a los pobres al sistema financiero formal; pero, desde una perspectiva de pol¨ªticas y desarrollo, necesitamos enfocar nuestros esfuerzos en mejorar el ecosistema m¨¢s amplio para alcanzar el pleno potencial de los nuevos productos fintech.
Por ejemplo, las transacciones al contado de M-Pesa est¨¢n respaldadas por efectivo que aportan sus clientes, que se mantiene en un fideicomiso durante un tiempo dado. El ingreso por intereses que generan estos fondos hoy en d¨ªa se paga a trav¨¦s de la Fundaci¨®n M-Pesa. Con un sistema construido cuidadosamente, este dinero podr¨ªa destinarse a un uso productivo a¨²n mayor. El programa Jan Dhan Yojana de la India ha movilizado alrededor de 6.000 millones de d¨®lares de clientes recientemente adquiridos, que podr¨ªan utilizarse para ofrecer productos personalizados adicionales.
El acceso a servicios financieros es un punto de partida muy necesario, pero debe conducir a otra parte
Los nuevos servicios fintech pueden aprender una lecci¨®n de la compa?¨ªa de comercio electr¨®nico Alibaba de China, que supo potenciar r¨¢pidamente su plataforma de pagos, Alipay. Despu¨¦s de que Alibaba lanz¨® su fondo de mercado monetario, Yu'e Bao, en junio de 2013, comenz¨® a reinvertir los micro-dep¨®sitos improductivos de los clientes de Alipay.
Para fines de 2015, el gerente del fondo Yu'e Bao supervisaba 165.000 millones de d¨®lares en activos y hab¨ªa convertido a millones de ahorristas peque?os y financieramente poco sofisticados de Alipay en inversores que recib¨ªan retornos respetables. Para desarrollar su plataforma, Alibaba se bas¨® en una base de datos para gestionar la din¨¢mica de liquidez ¨²nica del fondo; y se benefici¨® del marco regulatorio indefinido de China, aunque esto podr¨ªa cambiar en el futuro.
El contexto chino puede ser ¨²nico; y, en verdad, existen crecientes temores sobre los riesgos inherentes al modelo de Yu'e Bao. Pero los reguladores y las firmas fintech deber¨ªan tomar nota de ejemplos como el de Alipay para desarrollar posibilidades estrat¨¦gicas racionales para este sector emergente. M¨¢s importante, deber¨ªan recordar que el acceso a las finanzas no es un fin en s¨ª mismo, sino un medio para progresar.
Una reciente investigaci¨®n de Indian Express revel¨® lo que puede suceder cuando el acceso a los servicios financieros se ofrece en un vac¨ªo. El peri¨®dico descubri¨® varias instancias en las que las autoridades de los bancos p¨²blicos de la India depositaban una rupia en las cuentas de los clientes sin que ellos estuvieran al tanto. Estos funcionarios, aparentemente, estaban bajo presi¨®n para reducir la cantidad de cuentas con saldo cero, las cuales, resulta ser, estaban ligadas al programa Jan Dhan Yojana.
Una artima?a similar, ahora sabemos, era una pr¨¢ctica com¨²n en el banco Wells Fargo de Estados Unidos. La diferencia es que los clientes en la base de la pir¨¢mide tienen pocas alternativas bancarias. El acceso a servicios financieros es un punto de partida muy necesario, pero debe conducir a otra parte.
Anshul Krishan es miembro s¨¦nior de la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard y fue jefe de personal de la Corporaci¨®n Financiera Internacional.
Copyright: Project Syndicate, 2016. www.project-syndicate.org
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