El apag¨®n de Internet, una violaci¨®n de los derechos humanos
#KeepItOn ha documentado 51 bloqueos en los diez primeros meses de 2016, 36 m¨¢s que en todo 2015
Las autoridades gabonesas inauguraron en septiembre una nueva modalidad de censura en Internet. Fueron los pioneros del toque de queda digital. Despu¨¦s del conflicto generado por los controvertidos resultados electorales, la red se volv¨ªa inaccesible en el pa¨ªs entre las seis de la tarde y las nueve de la ma?ana, precisamente el momento en el que supuestamente se intensifican los contactos y las pretendidas conspiraciones entre los activistas. Es el caso de bloqueo de Internet m¨¢s sibilino, pero no el ¨²nico, en un a?o en el que las autoridades se han centrado en control del entorno digital para acallar la contestaci¨®n a sus reg¨ªmenes.
La campa?a #KeepItOn ha documentado 51 cortes de Internet (en diferentes modalidades) durante los primeros 10 meses de 2016, mientras que durante todo 2015 se hab¨ªan constatado 15. Muchos de los pa¨ªses en los que se han confirmado estos apagones digitales son africanos, pero tambi¨¦n una buena parte de la lucha contra esta nueva forma de censura se desarrolla en el continente. Chad, Uganda, Etiop¨ªa, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Argelia, Libia, Zimbabue, Congo-Brazzaville o Gab¨®n son algunos de los que aparecen en esa larga lista.
La abogada camerunesa Julie Owono es la responsable de la delegaci¨®n africana de la organizaci¨®n Internet sans Fronti¨¨res, una de las participantes en la campa?a #KeepItOn y de las que han trabajado m¨¢s activamente en la denuncia de los bloqueos de las redes por parte de gobiernos africanos. ¡°Si las autoridades bloquean Internet lo hacen para ocultar atropellos. Intentan frenar el flujo de informaci¨®n, tanto dentro del pa¨ªs, como hacia el exterior y con eso se abre la posibilidad de violar derechos fundamentales. Ha ocurrido en la regi¨®n congole?a de Pool, un feudo de la oposici¨®n, donde el apag¨®n digital ha silenciado numerosas violaciones de los derechos fundamentales. Ha habido incluso bombardeos¡±, revela Owono. Deji Olukotun, activista de AccesNow y uno de los rostros m¨¢s visibles de #KeepItOn insiste en que ese es el motivo por el que los miembros de la campa?a tienen ¡°mucho cuidado en registrar, documentar y analizar minuciosamente cada apag¨®n¡±.
Estos apagones han presentado las caracter¨ªsticas m¨¢s diversas, desde esa restricci¨®n selectiva gabonesa hasta el bloqueo de las redes sociales en Chad, que ha durado m¨¢s de siete meses, hasta el pasado 3 de diciembre. En algunos lugares, s¨®lo el acceso a algunas aplicaciones ha sido barrado, en otros el apag¨®n afecta s¨®lo a unas regiones concretas. Pero en todo ellos, coincide el contexto de crisis, pueden ser provocados por unos controvertidos resultados electorales o por contestaciones de la sociedad civil.
Los apagones han presentado las caracter¨ªsticas m¨¢s diversas, desde la restricci¨®n selectiva gabonesa hasta el bloqueo de las redes sociales en Chad
Y estos recursos de las autoridades para preservar sus posiciones han puesto de manifiesto considerables paradojas. Las autoridades gabonesas impulsan desde 2012 el New York Forum Africa, un foro econ¨®mico centrado en la transformaci¨®n del continente y su desarrollo y que pone el acento en la ciudadan¨ªa. Las autoridades del pa¨ªs han desplegado durante las pasadas elecciones todo el cat¨¢logo de restricciones al acceso a Internet, desde la reducci¨®n del tr¨¢fico, hasta el corte total, pasado por los cortes puntuales y el mencionado e innovador toque de queda digital. Otro ejemplo curioso es el de la pujante Etiop¨ªa, sede de la Uni¨®n Africana. Muchos de los asistentes a los encuentros promovidos por la organizaci¨®n continental se han encontrado con que, por ejemplo, ni siquiera pod¨ªan tuitear. Julie Owono analiza estas situaciones parad¨®jicas: ¡°Los gobiernos intentan hacer un uso a conveniencia de Internet, quieren aprovecharse de los beneficios econ¨®micos que genera, pero no est¨¢n dispuestos a aceptar la apertura que trae consigo. No se han dado cuenta de que el entorno digital no funciona as¨ª. Son actitudes anacr¨®nicas que eran ¨²tiles en los tiempos de las fronteras f¨ªsicas, pero ahora, ya no¡±.
Eso es lo que intenta la campa?a #KeepItOn. M¨¢s de un centenar de organizaciones de todo el mundo se han unido para denunciar lo que consideran que es una deriva preocupante de la censura en la red, como demuestra el incremento del n¨²mero de apagones. Uno de los ¨¦xitos m¨¢s medi¨¢ticos de la campa?a ha sido conseguir atraer la atenci¨®n de las instituciones internacionales. De hecho, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU elev¨® el acceso libre a Internet a la categor¨ªa de Derecho Humano. La resoluci¨®n emitida en junio, inclu¨ªa una frase contundente: ¡°Condena inequ¨ªvocamente las medidas destinadas a impedir o interrumpir intencionalmente el acceso a la informaci¨®n online o su difusi¨®n, lo que supone una violaci¨®n de la legislaci¨®n internacional en materia de derechos humanos, y pide a todos los Estados que se abstengan de aplicar esas medidas¡±. De la misma manera, la resoluci¨®n deja claro que ¡°los mismos derechos que los ciudadanos tienen offline, deben ser protegidos tambi¨¦n online¡±. Olukotun, que se ha encargado personalmente de promover esta declaraci¨®n dentro de la campa?a, echa en falta el reconocimiento de organizaciones como la Uni¨®n Africana, la Uni¨®n Europea o la Organizaci¨®n de Estados Americanos, para que la protecci¨®n sea m¨¢s amplia.
El primer paso de la lucha contra los cortes de internet y la defensa de este reci¨¦n reconocido derecho pasa por la sensibilizaci¨®n. Owono, la activista de Internet Sans Fronti¨¨res, se?ala que uno de los retos fundamentales de la campa?a era mostrar que estas medidas de las autoridades son un problema. ¡°Necesitamos que un dirigente que corte el acceso a Internet a sus ciudadanos sea mal visto, que sea reprobado, que no le salga gratis¡±, se?ala la activista, que recuerda una y otra vez que cuando las autoridades apagan las redes es siempre ¡°para ocultar atropellos¡±. Por ello, el reconocimiento de las Naciones Unidas a la necesidad de preservar los derechos online, refuerza una lucha que hasta hace poco era una pr¨¦dica en el desierto. La declaraci¨®n del Consejo de Derechos Humanos, ha encontrado eco en organizaciones internacionales, como por ejemplo, la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE). No hay que perder de vista que, como destacan los activistas, muchos de estos dirigentes africanos dependen enormemente de su prestigio internacional, ¡°a pesar de la imagen de despreocupaci¨®n que pretendan dar¡±, se?ala Owono. Por ello, la presi¨®n internacional acaba teniendo resultados, aunque a veces en plazos demasiado largos.
Una censura que afecta directamente a la econom¨ªa
Una parte de la campa?a #KeepItOn ha insistido en el precio de los cortes de Internet. Evidentemente, los activistas han puesto por delante, el precio en vidas humanas, en respeto a las libertades fundamentales y en defensa de los derechos b¨¢sicos. Pero, seguramente para movilizar a los gobiernos, no han perdido de vista el impacto de estos apagones en la econom¨ªa de los pa¨ªses.
Deji Oukotun, activista de AccessNow, remite por ejemplo a estudios recientes en los que se calcula en 2.400 millones de d¨®lares las p¨¦rdidas provocadas por los apagones entre mediados de 2015 y mediados de 2016. En esta cifra, el Center for Technology Innovation at Bookings s¨®lo contempla el impacto en el PIB, pero no entra en otros conceptos de microeconom¨ªa que aumentar¨ªan la cantidad. Por ejemplo, en quince d¨ªas de apag¨®n, la RDCongo dej¨® de generar 72,5 millones de d¨®lares, mientras que Etiop¨ªa perdi¨® en un mes 8,5 millones. Las diferencias dependen de si el bloqueo ha afectado s¨®lo a aplicaciones concretas o si ha sido un apag¨®n de Internet completo. Otro reciente estudio de la consultora Deloitte avala esta teor¨ªa. En este caso, el informe no precisa el coste para pa¨ªses concretos, pero pormenoriza las p¨¦rdidas que ocasionan las diferentes modalidades de apag¨®n, seg¨²n la conectividad del pa¨ªs.
Con este enfoque econ¨®mico, la campa?a #KeepItOn pretende atraer hacia sus reivindicaciones de un acceso libre a Internet a los actores econ¨®micos.
Por ello, una parte de la campa?a se ha centrado en desmentir las excusas ofrecidas por las autoridades a trav¨¦s de investigaciones t¨¦cnicas. ¡°A menudo, ante un apag¨®n, las autoridades dicen que no saben qu¨¦ ha pasado, que ellas no han hecho nada. Otras veces, simplemente aseguran que hay un problema t¨¦cnico. Y cuando reconocen haber intervenido, afirman que lo han hecho para mantener el orden¡±, dice la activista de Internet Sans Fronti¨¨res. En uno de los recientes cortes de internet en Etiop¨ªa, las autoridades llegaron a asegurar que lo hac¨ªan para evitar fraudes en un examen nacional.
En todo caso, los datos recogidos por la campa?a arrojan un balance preocupante en lo que se refiere al acceso libre a Internet. Los 51 cortes que ya se han documentado en 2016 suponen una deriva negativa, para el activista de AccessNow, Deji Olukotun. ¡°Los ciudadanos est¨¢n disfrutando de la libertad y las oportunidades que ofrece Internet, lo que les permite organizarse y lanzar sus reivindicaciones. Como respuesta, los gobiernos est¨¢n bloqueando la red, para intentar evitar esa din¨¢mica, a un coste tremendo¡±, advierte Olukotun.
Pero al mismo tiempo, nunca antes hab¨ªa habido una conciencia tan amplia de la necesidad de garantizar el acceso libre a Internet. Nunca antes se hab¨ªa lanzado una campa?a tan global y diversa como #KeepItOn, en la que un centenar de organizaciones de 50 pa¨ªses (algunos afectados por los bloqueos y otros no) han unido sus fuerzas. Nunca antes hab¨ªa habido un reconocimiento tan inequ¨ªvoco por parte de las organizaciones internacionales de la necesidad de preservar los derechos fundamentales, tambi¨¦n en el entorno digital. Y nunca antes la solidaridad hab¨ªa sido tan evidente e intensa para hacer frente a estos cortes.
Cuando Internet se bloquea, se multiplican las instrucciones para burlar los apagones. Ocurri¨® en Mali, durante el pasado mes de agosto, cuando un oportuno corte de la red coincidi¨® con una manifestaci¨®n multitudinaria. A trav¨¦s de diferentes hashtags se ofrec¨ªan f¨®rmulas para acceder a internet. El uso de navegadores que escapan del control convencional como Tor u Orbot para los m¨®viles o de herramientas que ayudan a escapar de la censura como Psiphon. Julie Owono prefiere no concretar algunos sistemas m¨¢s elaborados y recuerda que lo importante es contar con estas herramientas antes de que se produzcan los apagones. ¡°Despu¨¦s todo se hace mucho m¨¢s complicado¡±, se lamenta la activista. En todo caso, Internet Sans Fronti¨¨res, como otras organizaciones, colabora con los activistas africanos, para ayudarles a salvaguardar su seguridad y esquivar la censura.
Owono, advierte que las restricciones ahora est¨¢n afectando a pa¨ªses africanos y de otras regiones del mundo, pero recuerda que la excusa de la seguridad puede traer alguna modalidad de corte tambi¨¦n a Europa. Por eso, recomienda mantener la atenci¨®n, porque el derecho a un internet libre se defiende (y se amenaza) a escala global. ¡°Lo peor que podemos hacer es sentarnos y no hacer nada¡±, asegura Olukotun. ¡°Hemos hecho muchos progresos en la lucha contra la censura online, pero para encontrar una soluci¨®n definitiva, los usuarios, los gobiernos, las empresas de tecnolog¨ªa y los investigadores tienen que trabajar juntos¡±, a?ade el activista de AccessNow. Y Olukotun sentencia de manera severa, ¡°la pr¨¢ctica de los cortes de internet deber¨ªa proscribirse por completo, como la tenencia de armas qu¨ªmicas, y el que la practique deber¨ªa rendir cuentas por ello¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.