De dormir entre cartones a abrir un restaurante
La ONG Friends forma a los ni?os de Camboya en actividades con demanda, como cocina, mec¨¢nica o peluquer¨ªa, para sacarlos de la calle
Sopeak, de 25 a?os, se fue de la que era su casa cuando era un hu¨¦rfano de 14. Dorm¨ªa en la calle, cerca del r¨ªo Tonle Sap, el n¨²cleo tur¨ªstico de Nom Pen, la capital de Camboya. Como muchos otros ni?os, j¨®venes y familias del pa¨ªs. Sobre cartones. Rodeado de restaurantes que ofrec¨ªan jarras de cerveza a 50 c¨¦ntimos de d¨®lar, happy pizzas (con marihuana), salones de masaje y extranjeros sin prisa, con pantalones cortos y c¨¢mara al cuello. Un d¨ªa, alguien le habl¨® de una organizaci¨®n llamada Friends (Amigos, en ingl¨¦s), que ayudaba a los j¨®venes de entornos dif¨ªciles. Y se acerc¨® a ver qu¨¦ era.
"Aqu¨ª me formaron, me orientaron y me dieron un trabajo", recuerda Sopeak, 11 a?os despu¨¦s, en los fogones de la ONG Friends International. Viste un polo de color pistacho y lleva una mochila. Ahora es profesor de cocina. "Soy feliz haciendo por otros lo que hicieron por m¨ª". A su lado, tres j¨®venes con gorro azul pelan patatas con ma?a y otro grupo fr¨ªe pescado.
La cocinera, Nina, les aconseja amable y explica que esta es uno de los oficios que prefieren aprender los j¨®venes que llegan a la organizaci¨®n. "En Nom Pen hay muchos restaurantes y por tanto, muchas posibilidades de empleo¡±.
Los aprendices de corte y confecci¨®n cosen uniformes escolares para los ni?os de familias que no pueden adquirirlos
En la capital de Camboya, casi todos conocen el edificio de colores de Friends, a unos pasos del Museo Nacional. Uno de los principales programas de esta "empresa social", como se autodefine, es el denominado ¡°Mith Samlanh¡± (en jemer, ¡°Buenos amigos¡±). La iniciativa se ocupa de formar en actividades con demanda como cocina, mec¨¢nica o peluquer¨ªa y buscar empleo a los j¨®venes de la calle para que se reintegren en la sociedad. Su objetivo es que sean independientes: ¡°Capacitarlos para que puedan continuar su camino solos¡±, explica Kanha, del departamento de Comunicaci¨®n de la organizaci¨®n. Entre los casos de ¨¦xito m¨¢s destacado se encuentra el de Daring, de 27 a?os, que acaba de abrir su propio restaurante. Cuando lleg¨® a la ONG, vend¨ªa flores en la calle.
En Camboya, hay 180.000 ni?os en edad escolar que no asisten al colegio y la mitad (47%) de los ni?os del pa¨ªs no llegan a sexto curso, seg¨²n datos de Unicef. Entre 10.000 y 20.000 ni?os trabajan en las calles de la capital. 1.200 de ellos viven solos en la calle.
¡°All¨ª te hacen sentir bien, a m¨ª me ayudaron mucho¡±, reconoce Siem, una joven de 32 a?os, que estudi¨® cocina en Friends y ahora trabaja en un restaurante. ¡°Te ense?an todo el proceso, la higiene, a elaborar gastronom¨ªa local y occidental...¡±. Su sue?o es ser dise?adora. As¨ª que trabaja para sacar adelante a sus dos hijos mientras sigue form¨¢ndose ¡°Antes no ten¨ªa expectativas¡±.
Un Mercedes y una familia sobre cartones
La idea de estos Amigos se gest¨® en abril de 1994, cuando S¨¦bastien Marot, un joven franc¨¦s graduado en Ciencias Pol¨ªticas viaj¨® a Camboya. A¨²n no hab¨ªan cicatrizado el genocidio del r¨¦gimen de los jemeres rojos (1975-1979), ni tampoco las dos d¨¦cadas posteriores de estancamiento econ¨®mico. Hab¨ªa muchas familias durmiendo en la calle.
Una noche que Marot regresaba de cenar, cerca del mercado central, un lujoso Mercedes pas¨® ante de ¨¦l, a unos metros de unos ni?os que dorm¨ªan sobre cartones. Fue esa imagen la que le motiv¨®, y empez¨® a llevar comida a los chavales. Entonces se dio cuenta de que no era el ¨²nico. Dos amigos, Barbara y Mark, tambi¨¦n estaban dispuestos a ayudar. Juntos abrieron un refugio para ni?os de la calle. Empezaron con 17 y ahora ayudan a miles.
Solo en 2015, en Nom Pen, Friends contribuy¨® a que 5.000 ni?os asistieran a colegios p¨²blicos; formaron y encontraron empleo a 1.500 j¨®venes y ayudaron a 8.000 padres en el cuidado de sus hijos. Est¨¢n presentes en otras localidades de Camboya (Siem Reap, Kampong Cham y Kampong Speu) y cuentan con proyectos de desarrollo en Laos, Indonesia, Tailandia y en Suiza, donde desde 2014, trabajan en actividades sobre el turismo responsable.
Su actuaci¨®n empieza en la calle. Hablan con los ni?os y las familias para que vayan en la escuela. ¡°Convencer a los padres a veces es lo m¨¢s dif¨ªcil¡±, admite Khana. En el caso de los ni?os de hasta 15 a?os, el programa se ocupa de los gastos del colegio. ¡°En Camboya hay colegios p¨²blicos, pero no son gratis, que es distinto¡±, reconoce Kanha, que asegura que, ¡°entre materiales, libros, uniformes y dem¨¢s, hace falta una inversi¨®n de unos 200 d¨®lares. Y eso, para estas familias es mucho dinero¡±, aclara.
Actividades que se retroalimentan
Los programas de la ONG est¨¢n interconectados.Todo lo que se hace aqu¨ª sirve para otros. En el taller de costura, en una mesita, junto a una m¨¢quina de coser, una de las estudiantes dobla y coloca un mont¨®n de uniformes de colegio. Los aprendices de corte y confecci¨®n cosen uniformes para los ni?os de familias que no pueden adquirirlos; lo que se prepara en la cocina durante las clases, sirve de almuerzo para los alumnos del centro y las familias que quieran venir de la calle. ¡°Cuando vienen aqu¨ª a comer hablamos con los padres, para que env¨ªen a los ni?os al colegio¡±, explica Kanha. Y en la peluquer¨ªa ponen a punto a los que asisten a una entrevista de trabajo.
Adem¨¢s, todos los j¨®venes que participan en actividades de formaci¨®n profesional deben recibir dos horas al d¨ªa de clases de Matem¨¢ticas, Lengua e Ingl¨¦s y cuando finalizan el curso, aprenden a preparar un curr¨ªculum y lecciones b¨¢sicas sobre c¨®mo comportarse en el lugar de trabajo.
Los extranjeros que visitan Nom Pen, si acaso, conocen la organizaci¨®n por sus restaurantes, de cocina creativa y cocteler¨ªa, como el restaurante de tapas Friends o el Romdeng. Lo que puede que todos no sepan es que su personal procede de entornos desfavorecidos. Muchos de ellos directamente de la calle. Estos establecimientos pertenecen a la red ¡®Tree-Aliance¡¯, un alianza de restaurantes de alta calidad, cuya particularidad es que su personal son j¨®venes que viv¨ªan de la calle y han sido formados y empleados por el restaurante para garantizarles un futuro. De estas y otras actividades, la ONG obtiene fondos para financiarse. Pero el grueso principal de sus ingresos procede de donantes. El principal es Unicef, seguido de Global Fund.
Autobuses llenos de turistas llegan todos los d¨ªas a cenar al restaurante de colores. A ellos se dirige el Movimiento ChildSafe, que pretende movilizar a todos los actores para proteger a los ni?os vulnerables. Una de las campa?as del movimiento se titula Los ni?os no son una atracci¨®n tur¨ªstica, que recuerda el derecho a la intimidad de los menores. Para llamar la atenci¨®n de los visitantes, utilizan una imagen de unos ni?os tristes con harapos, dentro de lo que parece la vitrina de museo, frente a una masa de turistas apuntando con sus c¨¢maras.
Tambi¨¦n tienen reservas sobre el voluntariado para trabajar ni?os en vacaciones: ¡°El trabajo con ni?os en instituciones como orfanatos deben hacerlo expertos locales. Los ni?os merecen algo m¨¢s que buenas intenciones¡±. La Unesco calcula que unos 150 millones de ni?os viven en la calle en todo el mundo y sostienen que ¡°la educaci¨®n es el m¨¦todo m¨¢s eficaz de reintegraci¨®n en la sociedad¡±. ¡°Sin un tipo de educaci¨®n b¨¢sica, su futuro es sombr¨ªo y su esperanza de vida aterradoramente baja¡±, afirman en su secci¨®n de lucha contra la discriminaci¨®n.
La camboyana Siem dice que nunca da dinero a los ni?os, sino solo "a los ancianos y a las personas con discapacidad" de la calle. ¡°Puedes sentirte bien haci¨¦ndolo, pero con ello, haces m¨¢s mal que bien, el lugar de un ni?o es el colegio, si le das dinero, seguir¨¢ pidiendo y perpetuando el c¨ªrculo de la pobreza¡±, conviene Kanha, de Friends Internacional. ¡°Hay mejores formas de ayudar, como ir a un restaurante social o donar a una organizaci¨®n que apoya a los ni?os¡±, explica. ¡°Si a Sopeak, en vez de una formaci¨®n y un trabajo, le hubiesen dado dos d¨®lares, posiblemente, seguir¨ªa en la calle¡±, concluye.
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