Yo s¨ª puedo acabar con el analfabetismo
Casi 10 millones de personas de m¨¢s de 30 pa¨ªses aprenden a leer con un programa cubano
En 1959 hab¨ªa en Cuba cerca de un mill¨®n de personas que no sab¨ªan leer o escribir, es decir, pr¨¢cticamente uno de cada cuatro cubanos ¡ªel 23,59%¡ª era analfabeto, seg¨²n la Asociaci¨®n de Pedagogos de Cuba. En 1961, apenas dos a?os despu¨¦s del triunfo de la revoluci¨®n castrista, se lanz¨® una campa?a que Fidel Castro lleg¨® a denominar como ¡°una de las m¨¢s grandes batallas por la cultura que haya librado ning¨²n pueblo¡±.
Comenz¨® oficialmente el 1 de enero de aquel a?o y moviliz¨® a cerca de 270.000 alfabetizadores entre ciudadanos voluntarios, maestros, y alumnos. Se lleg¨® a interrumpir el a?o escolar para volcar en el proyecto todos los esfuerzos humanos de cualquier persona que supiera leer y escribir. Incluso los ni?os a partir de nueve a?os. El 22 de diciembre de aquel 1961 hab¨ªan sido alfabetizados 707.000 cubanos. El ¨ªndice qued¨® reducido al 3,9% de su poblaci¨®n total y la isla fue declarada el primer territorio libre de analfabetismo en Am¨¦rica Latina, como reconocer¨ªa la Unesco un a?o m¨¢s tarde. Hoy, tambi¨¦n seg¨²n la Asociaci¨®n de Pedagogos de Cuba, la tasa en el pa¨ªs es del 0,2% frente a la media del 11,7% entre los dem¨¢s pa¨ªses de habla hispana del continente.
La Campa?a de Alfabetizaci¨®n permiti¨® erradicar de Cuba esta lacra y facilitar el acceso a los distintos niveles educativos de manera gratuita y universal ¡°en un contexto de necesidad y aspiraci¨®n social¡±, argumenta Luisa Campos, directora del Museo Nacional de la Campa?a de la Alfabetizaci¨®n, ¨²nico en el mundo en su g¨¦nero. Fundado en La Habana en 1964, tiene su sede en un antiguo cuartel militar del r¨¦gimen de Fulgencio Batista.
Georgina Arias fue una de las alumnas que participaron en aquella operaci¨®n contra el analfabetismo. Con 23 a?os recorri¨® gran parte de las zonas rurales al sur de La Habana, algunos de los n¨²cleos con los mayores ¨ªndices de pobreza. ¡°Fue un a?o duro pero lleno de ilusi¨®n. Nos ¨ªbamos fuera de casa durante meses para alfabetizar a la poblaci¨®n que lo necesitara. Por las ma?anas ayud¨¢bamos a sembrar o recolectar, preparar la comida o a realizar las tareas de la casa para que los campesinos pudieran tener las tardes libres para las clases sin perjudicar su rendimiento econ¨®mico¡±, recuerda Georgina en la escuela de Habana Vieja donde sigue dando clases a sus 78 a?os. ¡°Al final del periodo educativo de cada alumno les ped¨ªamos que escribieran una carta a Fidel Castro de su pu?o y letra. ?Les llenaba de orgullo escribir por primera vez una carta y que su destinatario fuera nuestro comandante!¡±, apunta.
Casi 40 a?os despu¨¦s, en 2001, el Estado cubano comenz¨® a trabajar en un proyecto de cooperaci¨®n internacional para luchar contra el analfabetismo, enfocado, sobre todo, a Am¨¦rica Latina, aunque preparado para ser adaptado a diferentes realidades sociales y lenguas. Tiene como objetivo fundamental la participaci¨®n activa de los alumnos en el tejido social, econ¨®mico y pol¨ªtico de la comunidad donde viven. Su base es una cartilla, de no m¨¢s de cinco p¨¢ginas, que utiliza la asociaci¨®n de n¨²meros con letras para ense?ar a leer y a escribir a personas mayores de 15 a?os que nunca asistieron a la escuela o que solo cursaron algunos a?os. La pedagoga Leonela Relys, que hab¨ªa participado en la hist¨®rica campa?a de 1961 y en el desarrollo de un m¨®dulo de alfabetizaci¨®n a trav¨¦s de la radio en Hait¨ª, fue la elegida para llevar a cabo semejante labor.
El programa planteado por Relys, bautizado como Yo, s¨ª puedo, utiliza recursos audiovisuales como v¨ªdeo y televisi¨®n y n¨²meros para facilitar el proceso de aprendizaje de la lectura y escritura. ¡°Se asocian los n¨²meros con las letras y as¨ª se parte de lo conocido para alcanzar lo desconocido, ya que todos usan los n¨²meros y peque?as operaciones de aritm¨¦tica para sus necesidades diarias como ir a la compra", explica. El sistema docente lo integran la cartilla, el manual y 17 v¨ªdeos que incluyen las 65 clases. "Adem¨¢s, se utiliza la figura de un intermediario o facilitador que se encarga de transmitir los conocimientos y es el v¨ªnculo entre la clase audiovisual y el participante", explica Miriam Fresneda, directora de la Casa del Pedagogo. ¡°El tiempo de duraci¨®n es variable ya que el m¨¦todo es muy flexible dependiendo del tiempo que apliquen los alumnos. Pueden ser desde las siete semanas de manera intensiva hasta un m¨¢ximo de 12¡±, concluye.
Yo s¨ª puedo ha llegado a lugares como Canad¨¢, Australia, Nueva Zelanda o Espa?a
Hasta el momento han logrado leer y escribir con este m¨¦todo 9,8 millones de personas en unos 30 pa¨ªses de Am¨¦rica, como Venezuela, M¨¦xico, Brasil, Bolivia o Argentina ¡ªen donde incluso se puso en marcha en los centros penitenciarios¡ª y otras partes del mundo como Angola y Mozambique. Adem¨¢s, se suman a los casi 800.000 alumnos que hoy d¨ªa reciben clases por este procedimiento, seg¨²n la ministra de Educaci¨®n cubana Ena Elsa Vel¨¢zquez.
En el caso de Venezuela, declarada libre de analfabetismo en 2005, se logr¨® alfabetizar a un mill¨®n de personas en menos de seis meses en las 34 lenguas y etnias que existen en el pa¨ªs, ya que el propio programa tiene una etapa previa de preparaci¨®n y adecuaci¨®n al lugar donde se va a ejecutar. ¡°Hay que adaptarlo a la realidad y contexto de la propia sociedad que va a recibir el beneficio¡±, indica el pedagogo Jaime Canfux.
¡°En ning¨²n sentido contextualizar significa solo traducir. Cada vez que se lleva el m¨¦todo a un nuevo pa¨ªs, exige un aprendizaje de la idiosincrasia, de las maneras de expresarse, pensar o creer que tiene ese pueblo. Eso nos obliga no solo a filmar las clases televisivas con educadores de ese pa¨ªs, rehacer la cartilla y preparar a los que trabajaran como intermediarios o facilitadores, incluso se ha desarrollado en sistema Braille para sordos y personas con problemas intelectuales leves.¡±, explica Canfux.
Yo s¨ª puedo ha llegado a lugares como Canad¨¢, Australia y Nueva Zelanda, donde en los ¨²ltimos a?os se utiliz¨® este m¨¦todo para instruir a comunidades abor¨ªgenes. Y tambi¨¦n a Espa?a, donde el Ayuntamiento de Sevilla lo comenz¨® a aplicar en 2007 en algunas zonas y barriadas en las que el organismo municipal Fundaci¨®n DeSevilla estimaba que unas 35.000 personas no sab¨ªan leer ni escribir.
Desde su implementaci¨®n en 2002, el modelo ha sido adaptado a los idiomas ingl¨¦s, franc¨¦s, portugu¨¦s, y tambi¨¦n a lenguas ind¨ªgenas como el quechua, aymara o el suahili. Es considerado uno de los principales programas de cooperaci¨®n de la isla y ha sido reconocido con dos menciones honor¨ªficas en 2002 y 2003 y el Premio Alfabetizaci¨®n 2006 Rey Sejong de la Unesco, organismo que recuerda que a¨²n existen 781 millones de personas analfabetas en el mundo.
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