Hay algunas personas que no deber¨ªan madrugar nunca (y los jefes tienen que entenderlo)

Antes del primer rayo de luz de la ma?ana, hay personas que ya han hecho el desayuno, limpiado la casa y tachado la mitad de quehaceres de su agenda. Sin embargo, despertarse no es algo tan sencillo para la mayor¨ªa de los mortales. De hecho, es una actividad tortuosa para los que pertenecen al otro extremo: aquellos que no quieren ver las ma?anas ni en pintura, pero a cambio, se van a la cama cuando la mayor¨ªa lleva unas horas durmiendo. Tanto estos ¨²ltimos, llamados vespertinos o b¨²hos, como los primeros, matutinos o alondras, han sido durante mucho tiempo los dos cronotipos que determinaban las horas del d¨ªa en las que nuestro rendimiento aumenta o disminuye. Pero lo cierto es que (como pasa con la gran mayor¨ªa de etiquetas), es dif¨ªcil encajar plenamente en cualquiera de estos dos grupos.?

El investigador ruso Arcady Putilov, en un intento por determinar categor¨ªas intermedias, realiz¨® un experimento con 130 individuos sanos a los que mantuvo despiertos durante 24 horas para analizar su nivel de energ¨ªa. En su estudio, adem¨¢s de los nombrados perfiles av¨ªcolas, encontr¨® dos divisiones m¨¢s: los que mostraban un nivel de energ¨ªa bajo durante todo el d¨ªa, que denomina aletargados, y los que estaban ligeramente m¨¢s activos la mayor parte del tiempo, energ¨¦ticos. As¨ª que, seg¨²n este cient¨ªfico, si usted es de los que, pese a gozar de buena salud, se considera bajo de energ¨ªas la mayor¨ªa del tiempo, no piense que le puede la pereza, la culpa de es de su cronotipo.

Sincronizarse con la luz solar

Los nuevos conjuntos abarcan a personas que, pese a tener cierta tendencia a la matutinidad y la vespertinidad, no se pueden definir como b¨²hos o alondras puros. ¡°En el caso de los que tienen menos energ¨ªa, posiblemente su ritmo circadiano no est¨¦ sincronizado con el ciclo luz¨Coscuridad y con el horario social: pueden ser personas con tendencia vespertina, que retrasan la hora de acostarse porque est¨¢n m¨¢s activos por la tarde, y probablemente, su horario laboral les obligue a madrugar. Y lo mismo ocurrir¨¢ con los que tienen tendencia matutina y funcionan con un horario de tarde¡±, explica Juan Francisco D¨ªaz Morales, profesor en la Facultad de Psicolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid. ?Y los energ¨¦ticos? ¡°Es posible que sean individuos con una mayor sincronizaci¨®n con el ciclo luz-oscuridad. Pero hay que tener en cuenta que determinados factores psicosociales inciden en ambos casos¡±, argumenta.

La luz solar funciona como el principal factor de sincron¨ªa: estimula al organismo para que deje de producir melatonina (la hormona que favorece el sue?o) durante el d¨ªa para mantener un nivel adecuado de alerta; cuando cesa la luz, nuestro organismo vuelve a producirla para que entremos paulatinamente en el sue?o. Pero la producci¨®n de la hormona tambi¨¦n se puede retrasar con luz artificial, como la de las l¨¢mparas fluorescentes y la que proyectan las pantallas de aparatos electr¨®nicos, como la televisi¨®n y el ordenador. Como la sincron¨ªa con el ciclo luz-oscuridad en los madrugadores es mayor, su pico de energ¨ªa llega a mediod¨ªa; sin embargo, los vespertinos, al no tener un ritmo circadiano tan relacionado con los ciclos de luz natural, van aumentando su rendimiento paulatinamente a lo largo del d¨ªa.

Por qu¨¦ los ritmos circadianos funcionan de manera diferente en cada individuo aunque los factores ambientales sean los mismos, podr¨ªa deberse a nuestro ADN, seg¨²n una investigaci¨®n del Centro Nacional de Neurolog¨ªa y Psiquiatr¨ªa de Tokio (Jap¨®n) publicado en 2014 en Nature. Seg¨²n este estudio, el gen PER-3 (uno de los llamados clock genes, o genes del reloj biol¨®gico) est¨¢ relacionado con los ciclos de sue?o y, por lo tanto, con la propensi¨®n individual a las ma?anas o las noches.

Hacerle caso a nuestro cronotipo

Aunque parezca un simple juego de rol, conocer el cronotipo al que pertenecemos podr¨ªa ser ¨²til para mejorar nuestra salud. Saber c¨®mo funcionan nuestros ritmos circadianos podr¨ªa llevar a una sincronizaci¨®n ¨®ptima de los mismos con los horarios laborales y sociales. ¡°Cuando hay un desajuste del ritmo circadiano, se realiza un tratamiento cronobiol¨®gico para ajustarlo con las necesidades laborales y sociales que consiste en medidas de reeducaci¨®n, terapia lum¨ªnica y la administraci¨®n de melatonina¡±, se?ala el doctor Javier Albares, coordinador de Grupo de Cronobiolog¨ªa de la Sociedad Espa?ola del Sue?o. Para el experto, las medidas de reeducaci¨®n son lo primero: para los vespertinos, no tomar sustancias estimulantes por la noche para favorecer el sue?o, no realizar ejercicio f¨ªsico justo antes de acostarse porque eleva la temperatura del organismo y evitar realizar tareas cognitivas o estar delante de pantallas (ordenador, televisi¨®n) a ¨²ltima hora de la noche.

Adem¨¢s de suministrar melatonina como medicamento, otra manera de regular la secreci¨®n de esta hormona es la terapia lum¨ªnica: ¡°Los vespertinos, por ejemplo, se exponen a una luz progresiva con l¨¢mparas de fluorescentes programables minutos antes de la hora a la que quieren despertarse. Despu¨¦s de un tiempo, acabar¨¢n regulando naturalmente su producci¨®n de melatonina, estar¨¢n m¨¢s sincronizados con el ciclo de luz natural y lograr¨¢n ser m¨¢s funcionales durante el d¨ªa. No obstante, tiene que acompa?arse de un cambio de h¨¢bitos: deben ir adelantando poco a poco sus horarios, para llegar a acostarse y levantarse antes¡±, explica D¨ªaz Morales.

Este descubrimiento abre la puerta a nuevas investigaciones: ¡°Es muy posible que al diferenciar m¨¢s cronotipos, tengan un peso mucho m¨¢s importante los factores psicosociales: horarios laborales, tipo de trabajo, h¨¢bitos de ejercicio f¨ªsico o alimentaci¨®n que hay que estudiar, adem¨¢s del binomio luz-oscuridad¡±, cuenta el psic¨®logo. Adecuar los horarios laborales al cronotipo de cada persona es algo que ya reclaman especialistas e iniciativas ciudadanas, como la Reforma Horaria, en Catalu?a. ¡°Lo importante es poder adaptar el horario laboral al ritmo circadiano de cada persona y esto se consigue con mayor flexibilidad de horarios¡±, reclama Javier Albares. Pero lo cierto es que la ciencia a¨²n est¨¢ dando los primeros pasos en este campo. ¡°Este trabajo tiene insuficiente peso te¨®rico para reconocer las nuevas categor¨ªas como tipos diferenciados. Hay que seguir investigando con muestras m¨¢s amplias¡±, concluye Ana Adan Puig, doctora en Psicobiolog¨ªa de la Universidad de Barcelona.