¡°Cuando un padre detecta que su hijo sufre ¡®bullying¡¯, el da?o est¨¢ hecho¡±
El experto propone un Plan Nacional contra el Acoso Escolar, que podr¨ªa reducir un 30% la violencia en las aulas y garantizar la autodefensa de los menores
Insultar a un ni?o por su aspecto o conocimientos, re¨ªrse de ¨¦l cuando comete un error, no hablarle, no dejarle participar en juegos y aislarle, instigar a los dem¨¢s para que le a¨ªslen, acusarle falsamente, contar mentiras sobre ¨¦l, desprestigiarle, imitarle y hacerle burla, esconder sus pertenencias, robarle, ridiculizarle. Y todav¨ªa no hemos llegado a la fase de amenazarle, intimidarle y golpearle.
Para Enrique P¨¦rez-Carrillo, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola para la Prevenci¨®n del Acoso Escolar (AEPAE), restar importancia al da?o que sufren las v¨ªctimas de bullying nos lleva a estandarizar la violencia y asumir como normales casos como el reciente suicidio de Luc¨ªa en Murcia o la paliza a una adolescente en Lanzarote. Esos son solo dos ejemplos medi¨¢ticos. Pero entre el 1 de noviembre y el 31 de diciembre de 2016, el nuevo Tel¨¦fono contra el Acoso Escolar (900018018) del Ministerio de Educaci¨®n ha recibido 5.552 llamadas an¨®nimas, de las que 1.955 se han confirmado como posibles casos de bullying. Es decir, casi 2.000 menores pidieron ayuda en solo dos meses.
¡°En el momento que hemos aceptado esto como algo normal, hemos fallado como sociedad¡±, denuncia P¨¦rez-Carrillo, maestro de Yawara Jitsu o Defensa Personal Cient¨ªfica, que puso en marcha la AEPAE a ra¨ªz de la muerte de Jokin en 2004. Aquel primer suicidio por acoso escolar y las peticiones de entrenamiento para ni?os que no sab¨ªan defenderse fueron los detonantes para crear esta organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que lleva m¨¢s de una d¨¦cada trabajando en la detecci¨®n temprana de la violencia en las aulas. Su propuesta de un Plan Nacional para la Prevenci¨®n del Acoso Escolar no consigue el compromiso pol¨ªtico necesario para implantarlo en todo el pa¨ªs, pero los colegios donde se ha puesto en marcha confirman la reducci¨®n en un 30% de la violencia escolar.
Pregunta. ?Qu¨¦ est¨¢ fallando para que los ni?os se suiciden por el acoso escolar?
Respuesta. Creemos que fallan muchas cosas: la sociedad ha banalizado la violencia y la considera rentable. El mayor aprendizaje de los ni?os es a trav¨¦s de contenidos televisivos y videojuegos violentos que les da una visi¨®n muy sesgada de la realidad; ya no socializan en la calle ni empatizan en la vida real. El acosador ve que consigue un beneficio de la agresi¨®n y la propia sociedad refleja en las nuevas generaciones una p¨¦rdida de valores y p¨¦rdida de respeto a los padres y profesores. Por ¨²ltimo, tenemos una carencia de buena formaci¨®n preventiva que se puede implementar en las escuelas para sensibilizar, prevenir y corregir.
P. ?Qu¨¦ s¨ªntomas deben observar los padres para detectar si su hijo es hostigado?
R. Cuando un padre detecta que su hijo sufre bullying, la prevenci¨®n ya ha fallado y el da?o est¨¢ hecho. Eso nos obliga a la reacci¨®n proactiva, porque la detecci¨®n temprana no ha funcionado. Las se?ales de alerta son varias; la m¨¢s b¨¢sica ser¨ªa cualquier cambio en el comportamiento normal del ni?o: de repente menores que no ten¨ªan problemas para ir a la escuela muestran temor o ponen excusas los domingos porque les da miedo que llegue el lunes. Pueden somatizarlo con molestias gastrointestinales y dolores de cabeza, pesadillas recurrentes, insomnio. El acoso es un proceso sumatorio y el da?o se acumula: en los casos extremos observamos estr¨¦s postraum¨¢tico e ideaci¨®n suicida.
P. ?Y c¨®mo se deber¨ªa detectar en las escuelas?
R. Lo que hemos intentado advertir a los pol¨ªticos es que se debe hacer una intervenci¨®n integral y detecci¨®n precoz: que se forme espec¨ªficamente a los profesores para que no minimicen los conflictos, pero tambi¨¦n es necesario intervenir con los padres y alumnos. La formaci¨®n y sensibilizaci¨®n en las propias aulas no se puede limitar a una charla te¨®rica, sino que se debe trabajar con los acosadores, los acosados y los observadores de forma pr¨¢ctica.
P. En Finlandia tiene ¨¦xito el ¡°programa KIVA¡± para detener el acoso. ?Funcionar¨ªa aqu¨ª?
R. Despu¨¦s de a?os de experiencia, nos parece que no se puede copiar m¨¦todos de otros pa¨ªses porque cada sociedad tiene sus caracter¨ªsticas. El plan KIVA es interesante porque tambi¨¦n propone un enfoque global, pero se basa mucho en los ¡°observadores¡±, los menores que no participan en el acoso. Es cierto que son una pieza fundamental, pero ese m¨¦todo no aporta herramientas de ayuda concreta a las v¨ªctimas ni reeduca a los acosadores. Adem¨¢s, solo mide la violencia con un sociograma, que es preventivo, cuando lo que hace falta es un test pre y postviolencia, que mida la incidencia, la frecuencia, la intensidad y el da?o del acoso.
P. ?C¨®mo nace su propuesta de Plan Nacional contra el Acoso Escolar?
R. El Plan surgi¨® a partir de las trabas burocr¨¢ticas y las barreras sociales, pol¨ªticas, educativas y familiares que nos encontr¨¢bamos para detener el acoso. Proponemos aplicar herramientas que hemos ido desarrollando desde la experiencia de m¨¢s de una d¨¦cada, no desde un despacho. En Espa?a se ha implementado en 50 escuelas y ahora mismo estamos desarrollando un programa piloto simult¨¢neamente en 18 escuelas de La Rioja que, en esta ocasi¨®n, cuentan con fondos p¨²blicos. En los centros donde se ha puesto en pr¨¢ctica hasta ahora hemos comprobado ©¤gracias a los test pre y postintervenci¨®n que miden la evoluci¨®n de las v¨ªctimas y de los acosadores©¤ que reduce un 30% la incidencia de la violencia escolar.
P. ?C¨®mo se desarrolla en la pr¨¢ctica en un colegio o instituto?
R. Primero se hace un cronograma en funci¨®n del n¨²mero de alumnos y de la edad en la que se quiere intervenir, si es en Primaria o Secundaria y se eval¨²a la urgencia si ya tienen casos previos de acoso, que requiere una atenci¨®n a las v¨ªctimas. Las actividades duran dos semanas y consisten en din¨¢micas de grupo con todos los implicados para que tanto ni?os como profesores aprendan a distinguir lo que es acoso de lo que no lo es. Formamos a los profesores, padres y alumnos. Algo que nos parece fundamental es la ¡°conciencia del da?o¡±: muchos ni?os, sobre todo cuando son peque?os, no se dan cuenta del dolor que provocan en el otro. Para ello, a trav¨¦s de una serie de din¨¢micas de grupo y rol-playing trabajamos la empat¨ªa, el respeto a la diferencia y la inclusi¨®n. Los psic¨®logos de AEPAE confirman que un ni?o puede olvidar lo que escucha, pero lo que experimenta y siente lo aprende para siempre. Despu¨¦s de esas dos semanas de trabajo din¨¢mico con el grupo, ser¨¢ el tutor o el orientador del centro quien har¨¢ un seguimiento de las v¨ªctimas de bullying y de los acosadores en cinco o seis sesiones, una al mes. Aportamos al centro todo el material y herramientas que necesiten para esto y no quita mucho tiempo del temario habitual. Al final del curso se vuelve a hacer el test para medir la incidencia de la violencia y comprobar si ha funcionado.
P. El programa incluye clases de defensa personal: ?son una soluci¨®n al acoso?
R. Aqu¨ª debo decir que est¨¢n saliendo muchos cursos oportunistas de defensa personal y las artes marciales no son la soluci¨®n al acoso escolar, sino solo una herramienta. En el curso espec¨ªfico de atenci¨®n a las v¨ªctimas de bullying se trata de devolverles la seguridad en s¨ª mismos, la confianza y la autoestima. Despu¨¦s tratar con m¨¢s de 3.000 menores v¨ªctimas de acoso, el programa tiene tres aspectos muy definidos: la psicoasertividad (que les ense?a un uso del lenguaje de manera asertiva para establecer l¨ªmites), el teatro corporal (para que el lenguaje del cuerpo vaya en consonancia con lo que dicen asertivamente de forma verbal) y la autodefensa, para que el ni?o sepa que su espacio personal no puede ser violado. Les damos herramientas no para un ataque, sino para una seguridad f¨ªsica destinada a defender su espacio.
P. Aunque las competencias educativas dependan de las Comunidades Aut¨®nomas, ?por qu¨¦ no existe un pacto estatal real para acabar con el acoso escolar?
R. Falta compromiso y parece que los pol¨ªticos se sienten m¨¢s c¨®modos con herramientas reactivas, como el Tel¨¦fono del Acoso, al cual se acude cuando ya se est¨¢ sufriendo bullying porque la prevenci¨®n no funciona, y tambi¨¦n mandan r¨¢pidamente a los inspectores cuando sucede una tragedia. Hemos tenido reuniones con departamentos de educaci¨®n y la respuesta ha sido ¡°vuestra propuesta es interesante, pero no hay dinero para implementar el Plan¡±. El coste que tendr¨ªa poner en marcha un programa preventivo en colegios de m¨¢s de 100 ni?os es de 10 euros por ni?o al a?o y se puede financiar. Algunos colegios que nos han pedido aplicar el Plan lo han financiado con ayuda de las AMPAS, porque los padres est¨¢n muy preocupados por este problema. No es necesario que se aplique de repente en todos los colegios del pa¨ªs, pero se podr¨ªa desarrollar de forma urgente en los centros donde ya existen antecedentes de acoso o en Primaria, por regiones. Hemos pedido tambi¨¦n que se haga un registro exhaustivo de la incidencia real del acoso, no solo con estimaciones de sociogramas. Da la impresi¨®n de que no interesa que salgan a la luz los datos reales. El 1% o 3% de acoso escolar que se maneja como cifra oficial recoge solo los casos m¨¢s graves y eso es la punta del iceberg.
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