C¨®mo aliviar la sequ¨ªa en ?frica
Los granjeros necesitan pasar de la actividad de subsistencia a pensar en empresas familiares
Imag¨ªnese una peque?a granja, bajo un cielo abrasador. Una intensa sequ¨ªa se abate sobre la regi¨®n circundante, las previsiones para la pr¨®xima cosecha son sombr¨ªas y el sistema financiero no tiene capacidad para ayudar a los granjeros a superar el trance. Esta descripci¨®n se corresponde con la situaci¨®n actual del sur de ?frica, azotado por una sequ¨ªa extraordinaria. Casualmente, tambi¨¦n describe la situaci¨®n en el este de Nebraska en tiempos de las grandes tormentas de polvo (el fen¨®meno denominado Dust Bowl) a principios de los a?os treinta (un per¨ªodo que mi familia experiment¨® en carne propia).
Mi padre, Ralph Raikes, fue el primer graduado universitario de su familia. Tras dejar un empleo en la Standard Oil en California y yendo de camino a Cambridge (Massachusetts) para estudiar una carrera en el MIT, hizo una parada en la granja de sus padres en Nebraska. Nunca lleg¨® a destino. Tuvo que quedarse y ayudar a mi abuelo a salvar la granja familiar de los bancos, que ya hab¨ªan ejecutado en garant¨ªa un tercio de sus tierras.
El cambio m¨¢s importante que hizo mi padre fue en su modo de pensar: empez¨® a ver la granja no como una actividad de subsistencia, sino como una empresa familiar. Tras graduarse de la Universidad de Nebraska, comenz¨® a comprar ma¨ªz h¨ªbrido y otras semillas mejoradas que el ateneo estaba desarrollando. Despu¨¦s empez¨® a hacer un seguimiento de los insumos y de las condiciones clim¨¢ticas, algo que en aquel tiempo pocos hac¨ªan.
Los granjeros africanos que cultivan variedades nuevas obtienen un 28% m¨¢s de rendimiento, mientras que los asi¨¢ticos alcanzan el 88%
Mi padre se dio cuenta de que no pod¨ªa hacerlo solo y que necesitaba mejor acceso a financiaci¨®n. As¨ª que ayud¨® (primero como cliente, despu¨¦s como asesor y director) a orientar el trabajo de Farm Credit, una red nacional de cooperativas financieras que dio apoyo a los agricultores locales para que pudieran capear los a?os del Dust Bowl. Tambi¨¦n particip¨® en la fundaci¨®n de la Asociaci¨®n Empresarial Agr¨ªcola de Nebraska, que se dedic¨® a consolidar los datos reunidos por ¨¦l y sus colegas, para poder determinar pr¨¢cticas recomendadas. Y trabaj¨® codo a codo con mi madre, Alice, que dirig¨ªa la empresa av¨ªcola de la familia.
Farm Credit y los laboratorios e invernaderos de la Universidad de Nebraska nacieron de programas del Gobierno de Estados Unidos creados para mejorar el desempe?o de la actividad agr¨ªcola. En 1933, ese sector estaba en crisis y se necesitaban m¨¢s inversiones, ya que un cuarto de la poblaci¨®n viv¨ªa en granjas. Ese a?o, el Congreso aprob¨® la primera "ley agraria": la Ley de Ajuste Agr¨ªcola, que impuls¨® la inversi¨®n en la econom¨ªa rural y ayud¨® a aumentar los ingresos de las granjas un 50% en menos de dos a?os. Los programas agr¨ªcolas federales trataban a las granjas como empresas, lo que permiti¨® a hombres de negocios como mi padre prosperar.
Ochenta a?os despu¨¦s, los granjeros africanos necesitan hacer el mismo cambio: pasar de la actividad de subsistencia a pensar en empresas familiares. Y como mi padre durante los a?os del Dust Bowl, hoy tienen medios novedosos a su disposici¨®n: hay una amplia variedad de semillas nuevas y otras tecnolog¨ªas desarrolladas espec¨ªficamente para su uso en granjas familiares africanas de no m¨¢s de dos hect¨¢reas. En octubre, un grupo de cient¨ªficos recibi¨® el Premio Mundial de la Alimentaci¨®n por producir y difundir una variedad de batata que agrega vitamina A a las dietas de los pobladores subsaharianos; tambi¨¦n hay nuevas variedades de semillas que ayudan a los agricultores a superar las mort¨ªferas sequ¨ªas.
Pero, como se?ala un informe reciente de la Alianza para una Revoluci¨®n Verde en ?frica (AGRA por su sigla en ingl¨¦s), tras la ciencia debe venir la inversi¨®n p¨²blica. La agricultura emplea a casi dos de cada tres trabajadores subsaharianos y en 2003 la Uni¨®n Africana pidi¨® a los pa¨ªses aumentar su inversi¨®n en el sector hasta un ambicioso 10% de todo el gasto p¨²blico. Solo 13 Gobiernos respondieron al llamado, pero sus inversiones (en ¨¢reas como investigaci¨®n y desarrollo, servicios que ayudan a los granjeros a aprovechar los nuevos resultados de las investigaciones, programas de cr¨¦dito y financiaci¨®n, mercados de productos y otras iniciativas de comercializaci¨®n) ya rindieron frutos. Esos 13 pa¨ªses obtuvieron mejoras notorias de la producci¨®n agr¨ªcola, del producto interior bruto per c¨¢pita y de la nutrici¨®n.
Solo el 6% de las familias rurales en ?frica subsahariana recibe pr¨¦stamos de instituciones financieras
La inversi¨®n p¨²blica sienta las bases para la inversi¨®n privada y puede cambiar la vida de los agricultores africanos, que llevan demasiado tiempo trabajando en niveles de subsistencia. Solo el 6% de las familias rurales en ?frica subsahariana recibe pr¨¦stamos de instituciones financieras. Adem¨¢s, casi dos terceras partes de los suelos de las granjas africanas carecen de nutrientes clave y muchos granjeros no tienen conocimiento t¨¦cnico y recursos para restaurar la fertilidad de sus tierras, lo que les impide aprovechar a pleno las nuevas tecnolog¨ªas. Los granjeros africanos que cultivan variedades nuevas obtienen un 28% m¨¢s de rendimiento, mientras que los asi¨¢ticos alcanzan el 88%.
Mis padres consiguieron que sus cinco hijos fu¨¦ramos a la universidad. Como ellos, los granjeros de todo el mundo quieren que sus hijos sean sanos y pr¨®speros y todos reconocen la importancia de la educaci¨®n. Conoc¨ª muchos que solo desean tener un excedente de producci¨®n suficiente para venderlo y pagar sus gastos de salud y la educaci¨®n de sus hijos. Cuando se les dan oportunidades, las aprovechan y preparan a sus hijos para obtener mejores ganancias en el futuro.
Ojal¨¢ una historia americana de progreso econ¨®mico, como la de mi familia, pronto sea tambi¨¦n una historia africana. Todos los d¨ªas surgen innovaciones, pero para usarlas, las familias agricultoras africanas necesitan que sus Gobiernos inviertan, para que el futuro se vea mucho mejor que la ¨¢rida y desesperada realidad actual.
Jeff Raikes es cofundador de la Fundaci¨®n Raikes; fue presidente de la Divisi¨®n Empresarial de Microsoft y luego director ejecutivo de la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates. Es miembro de la junta directiva de la Alianza para una Revoluci¨®n Verde en ?frica (AGRA).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Opini¨®n
- Desarrollo ?frica
- Agenda Post-2015
- Desarrollo humano
- Indicadores sociales
- Indicadores econ¨®micos
- PNUD
- Cooperaci¨®n y desarrollo
- Objetivos Milenio
- Sequ¨ªa
- Calidad vida
- Lluvia
- Bienestar social
- ?frica
- Desarrollo sostenible
- Precipitaciones
- Pol¨ªtica social
- Agricultura
- Meteorolog¨ªa
- Agroalimentaci¨®n
- Econom¨ªa
- Sociedad
- Medio ambiente
- Visionary Voices
- Planeta Futuro