?Y si la masa se desinflara en Catalu?a?
Las muchedumbres necesitan alimentarse permanentemente ¡ªcrecer¡ª y un d¨ªa, sin mediar grandes acontecimientos, se funden, se deslavazan, desaparecen
En La antorcha al o¨ªdo, uno de sus libros biogr¨¢ficos, Elias Canetti recuerda que un d¨ªa, en Francfort, fue abducido por la masa. Estaba observando una marcha obrera que protestaba por el asesinato de Rathenau, que hab¨ªa sido acribillado por firmar un tratado con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, cuando sinti¨® un fuerte deseo de integrarse y formar parte de esa corriente que avanzaba con una imponente resoluci¨®n. ¡°Pese a no ser obrero, asociaba sus exclamaciones a mi persona, como si de verdad lo fuera¡±, comenta; as¨ª que termin¨® cediendo y se hizo masa, y avanz¨® codo con codo con los dem¨¢s.
Poco tiempo despu¨¦s se lo contaba a su primo, diez a?os mayor que ¨¦l y un vibrante orador sionista acostumbrado a enardecer con eficacia a sus paisanos. ¡°Ya he tenido algunas experiencias con la masa¡±, le cont¨®. ¡°Yo mismo me sent¨ª pasta blanda. No puedo olvidarlo. Quisiera comprender lo que es. Quisiera entenderlo¡±.
Masa y poder, publicado en 1960, fue el resultado de sus desvelos por intentar entender ese enigm¨¢tico fen¨®meno, el de las masas, que llevaban ya tiempo influyendo de manera decisiva en la pol¨ªtica, marcando los derroteros con sus marchas y movilizaciones, y concentraciones de todo tipo.
Canetti no entra ni en las proclamas ni en las ideas que movilizan a la gente, quiere simplemente saber qu¨¦ ocurre con la masa, c¨®mo se comporta, cu¨¢les son sus armas de seducci¨®n. ¡°El acontecimiento m¨¢s importante que se desarrolla en el interior de la masa es la descarga¡±, escribe. ¡°Se trata del instante en el que todos los que pertenecen a ella quedan despojados de sus diferencias y se sienten como iguales¡±.
M¨¢s adelante a?ade: ¡°En busca de este instante feliz, en que ninguno es m¨¢s, ninguno mejor que otro, los hombres se convierten en masa¡±. Ya hab¨ªa explicado que ¡°el ansia de crecimiento es la primera y suprema caracter¨ªstica de la masa¡±, y tambi¨¦n que ¡°all¨ª donde se origina, en su mismo n¨²cleo, no es tan espont¨¢nea como parece¡±. Y, bueno, Canetti tambi¨¦n apuntaba en sus consideraciones que ¡°con la misma rapidez con la que se constituy¨®, la masa se desintegra¡±.
Las reflexiones de Canetti, aunque no consigan nunca agotar las inquietantes cuestiones que las masas generan, s¨ª facilitan algunas herramientas para saber por d¨®nde suelen tirar. Subray¨® el fuerte contenido emocional que las agrupa, advirti¨® de que no surgen de pronto de la nada (hay un grupo que las motiva) y, tambi¨¦n, mostr¨® lo caprichosas que pueden llegar a ser. Necesitan alimentarse permanentemente ¡ªcrecer¡ª y un d¨ªa, sin mediar grandes acontecimientos, se funden, se deslavazan, desaparecen.
Es curioso que ante cada manifestaci¨®n del independentismo catal¨¢n se tire siempre de calculadora. Igual es porque se trata de un movimiento que se sostiene en el movimiento (nacional). Por eso ponen tanto ¨¦nfasis en la escenificaci¨®n y en la liturgia. ?No ser¨¢ que temen el d¨ªa en que esa masa de pronto se desintegre?
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