Yemen: el esp¨ªritu de ayuda no cesa bajo los bombardeos
700 d¨ªas de guerra han destrozado el sistema de salud en muchas zonas del pa¨ªs. El logista de M¨¦dicos Sin Fronteras cuenta c¨®mo se las arreglan para ofrecer atenci¨®n sanitaria
En Taiz, la tercera ciudad m¨¢s grande de Yemen, el conflicto se prolonga y recrudece: no se respeta la protecci¨®n de los civiles, los hospitales y los trabajadores sanitarios, y la atenci¨®n m¨¦dica vital es cada vez m¨¢s inaccesible.
Taiz ha sido testigo de algunos de los combates m¨¢s fuertes en el conflicto reciente. Hay ataques a¨¦reos y constantes bombardeos indiscriminados tanto dentro como fuera de la ciudad. Los bombardeos golpean a menudo las ¨¢reas civiles, las casas de la gente, y los hospitales. Hay un mont¨®n de francotiradores y muchas ¨¢reas han sido minadas. No hay solo un riesgo, hay muchos.
Yo trabajaba en el hospital materno infantil de M¨¦dicos sin Fronteras (MSF) en Al Huban. Mi trabajo como logista era asegurarme de que todo funcionaba sin problemas y que los m¨¦dicos pod¨ªan hacer su trabajo lo mejor posible. Mientras estuve all¨ª, hubo una serie de enfrentamientos que causaron numerosas v¨ªctimas mortales, por lo que tambi¨¦n tuve que establecer un dep¨®sito temporal y poner los cuerpos de los fallecidos en bolsas.
Uno de los peores momentos fue el pasado 17 de noviembre, cuando la l¨ªnea del frente se desplaz¨® dos kil¨®metros y hubo un aumento de los combates dentro de la ciudad. A las 19.30 est¨¢bamos arriba, en la sala de estar del hospital, cuando escuchamos noticias de que hab¨ªa habido una explosi¨®n en un mercado cercano lleno de personas.
Inmediatamente tratamos de averiguar si los bombardeos hab¨ªan cesado. En cuanto estuvimos seguros, enviamos ambulancias al lugar y alertamos a nuestros centros de traumatolog¨ªa y materno infantil para que recibieran los casos prioritarios.
En medio de un conflicto, las necesidades m¨¦dicas cotidianas de las personas pueden pasar desapercibidas
Despu¨¦s volvimos abajo para prepararnos lo mejor que pudimos. Aquella noche tuvimos alrededor de 30 v¨ªctimas, tanto heridos, como fallecidos. Llegaron en ambulancias, en la parte trasera de camionetas, en minibuses y en peque?os coches. Organizamos el triaje, dividi¨¦ndolos en casos verdes, naranjas y rojos, seg¨²n la gravedad de sus heridas, e intentamos dignificar a los fallecidos.
En aquel momento supimos que un miembro de nuestro personal, un vigilante del centro de traumatolog¨ªa, hab¨ªa muerto, justo cuando entraba al centro de trauma. Fue un duro golpe para todos. Fue muy dif¨ªcil para el personal ver a uno de sus compa?eros muerto.
Con la l¨ªnea de frente movi¨¦ndose r¨¢pido, algunos miembros de nuestro personal no pudieron regresar a sus casas. Tuvieron que dormir en el hospital porque no ten¨ªan lugar al que ir.
MSF trabaja en ambos lados de la l¨ªnea de frente en Taiz, apoyando a cuatro hospitales dentro de un enclave sitiado por los hut¨ªes y dirigiendo el centro de traumatolog¨ªa y el hospital materno infantil del ¨¢rea controlada por hut¨ªes de Al Huban.
En el punto m¨¢s ¨¢lgido de la lucha, hab¨ªa bombardeos cerca del hospital, tanto de d¨ªa como de noche. Es muy aterrador.? Simplemente no sabes lo que va a pasar
En medio de un conflicto, las necesidades m¨¦dicas cotidianas de las personas pueden pasar desapercibidas. En su mayor¨ªa atendemos a mujeres y menores, pero tambi¨¦n brindamos apoyo a todos los heridos de guerra. Nuestro equipo en el hospital materno infantil atiende cerca de 400 nacimientos al mes, as¨ª como a ni?os con desnutrici¨®n.
El sistema de salud en Taiz se ha derrumbado lentamente y mucha gente no tiene d¨®nde ir para recibir atenci¨®n m¨¦dica. MSF es una de las pocas organizaciones m¨¦dicas que todav¨ªa funcionan en Taiz. En el punto m¨¢s ¨¢lgido de la lucha, hab¨ªa bombardeos cerca del hospital, tanto de d¨ªa como de noche. Tambi¨¦n hubo ataques a¨¦reos contra posiciones de artiller¨ªa. Como personal del hospital, es muy aterrador. Simplemente no sabes lo que va a pasar.
Siempre tienes que actuar normal, pero internamente tienes miedo. No sabes si alguien llegar¨¢ al hospital con un arma, si sufrir¨¢s el impacto de un proyectil o si recibir¨¢s un ataque a¨¦reo accidental. Estamos all¨ª con el personal yemen¨ª y la poblaci¨®n local, compartiendo el riesgo con ellos. Para m¨ª una de las cosas m¨¢s valiosas fue poder decir: "Sea cual sea la situaci¨®n, estamos aqu¨ª con vosotros. No nos vamos a ir ninguna parte".
La poblaci¨®n en Taiz tiene necesidades inmensas de alimentaci¨®n, atenci¨®n m¨¦dica, agua, saneamiento y refugio. Lo que m¨¢s me impresion¨® fue la fuerza y el compromiso de nuestro personal yemen¨ª. Todos los d¨ªas ven¨ªan a trabajar, a pesar de los francotiradores y los bombardeos. Est¨¢n comprometidos con salvar la vida de las personas. Aunque la situaci¨®n es grave, la gente sigue teniendo deseos de ayudar a los dem¨¢s. Ese esp¨ªritu no ha muerto en Yemen.
Christopher McAleer es logista de MSF y acaba de regresar de la ciudad.
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