Cinco claves para que tu hijo pierda el miedo a la oscuridad
'Tratacuento' ense?a a padres, psic¨®logos y educadores c¨®mo a trav¨¦s del juego y de su lectura se puede afrontar este tipo de temor
El miedo a la oscuridad durante la infancia suele manifestarse de manera universal en ni?os con edades comprendidas entre los dos y ocho a?os y est¨¢ unido al propio desarrollo cognitivo del peque?o, seg¨²n manifiestan los expertos. Para combatir este miedo, la Universidad de Murcia (UMU) ha publicado la obra Tratacuento, un libro escrito por la profesora de Educaci¨®n Infantil y doctora en psicolog¨ªa Cristina Gonz¨¢lez y cuyo pr¨®logo ha sido redactado por Javier M¨¦ndez, catedr¨¢tico de la UMU y director del ?rea de Psicolog¨ªa de Ediciones Pir¨¢mide. El objetivo de su edici¨®n es ense?ar a padres, madres, psic¨®logos y educadores c¨®mo a trav¨¦s de la puesta en pr¨¢ctica de juegos y de la lectura del mismo se puede combatir el miedo a la oscuridad de los m¨¢s peque?os de la casa.
En estas edades tempranas prima la fantas¨ªa, cobran vida los seres inanimados, los ni?os combinan lo real con lo imaginario, evocando situaciones ficticias como si fueran reales, se empiezan a asustar con los fantasmas, las brujas, los monstruos. A esas edades es bastante com¨²n que los ni?os quieran dormir con una luz o acompa?ados o se despierten con pesadillas como si fuesen reales.
Javier M¨¦ndez se?ala que ¡°el miedo es una emoci¨®n que en el ser humano cumple un papel importante para la supervivencia de la persona y de la especie¡±. E insiste en que los padres, ¡°deber¨ªamos preocuparnos si nuestros hijos no tuvieran miedo, porque los m¨¢s parecido a alguien que no siente miedo es un psic¨®pata. El miedo funciona como una alarma psicol¨®gica que nos avisa de los peligros y as¨ª podemos tomar medidas para evitar riesgos innecesarios. De esta manera, el miedo se convierte en el guardaespaldas del ni?o y no debe constituir ning¨²n motivo de preocupaci¨®n para los progenitores siempre que este no sea desproporcionado o la intensidad de la respuesta produzca en el ni?o malestar f¨ªsico o emocional¡±.
La evoluci¨®n de los miedos en la infancia se divide en varias etapas: hasta los dos a?os los principales miedos de los ni?os est¨¢n asociados a los ruidos fuertes, los extra?os, la separaci¨®n de los padres, las heridas, los animales y la oscuridad. Entre los 3 y los 5 a?os, disminuye el miedo a los extra?os, se mantiene el relacionado con los ruidos fuertes, la separaci¨®n, los animales y la oscuridad y aumentan los producidos por las personas disfrazadas. Entre los 6 y los 8 a?os, disminuye el miedo a las personas disfrazadas y a los ruidos fuertes y aumenta el producido por seres imaginarios como brujas, fantasmas o extraterrestres, tormentas o soledad. Entre los 9 y los 12, el nivel madurativo del ni?o contribuye a que disminuya su miedo a la separaci¨®n, a la oscuridad y a los seres imaginarios, y aumenta el producido por los ex¨¢menes, el aspecto f¨ªsico, las relaciones sociales y la muerte.
El miedo est¨¢ directamente relacionado con la aparici¨®n del lenguaje y la imaginaci¨®n en los ni?os. Seg¨²n manifiesta M¨¦ndez, ¡°cuando el ni?o es beb¨¦, desarrolla una etapa sensorial, necesita palpar, tocar, pero no tienen miedo a la oscuridad. Es a partir de los dos/tres a?os, con el desarrollo del lenguaje, cuando empiezan a imaginar que hay unos ojos que les miran fijamente en la oscuridad o a escuchar ruidos. En esta etapa, en muchos casos, aparecen las pesadillas, que son un sue?o cuyo contenido les asusta. De esta manera, se unen tres factores: oscuridad, pesadilla y miedo".
M¨¦ndez asegura que los padres pueden ayudar a sus hijos a no tener miedo a la oscuridad, haci¨¦ndole frente en lugar de sobreproteger al ni?o y anim¨¢ndole, poco a poco, y sin forzarle a enfrentarse a ese miedo. Adem¨¢s, dice M¨¦ndez, que ¡°el miedo se siente de forma involuntaria. Por tanto, no hay que ridiculizar, ni re?ir, ni castigar al ni?o porque no se atreva a hacer algo que le asusta. Al contrario, hay que felicitarle por cada peque?o acto de valent¨ªa que sea capaz de hacer¡±.
Javier M¨¦ndez apunta algunas medidas para que el ni?o supere el temor a la oscuridad y pueda dormir tranquilo:
1.- Realizar juegos para vencer el miedo a la oscuridad. Se pueden plantear juegos cl¨¢sicos que impliquen vendarse los ojos, como la gallinita ciega, ponerle la cola al burro, reventar una pi?ata, etc. Estas actividades permiten a los peque?os interactuar con el mundo sin utilizar la vista
2.- Dejar encendida alguna luz tenue en su dormitorio. La luz utilizada no debe iluminar pero que s¨ª tiene que dejar algo de claridad en la habitaci¨®n.
3.- Que la luz no sea la soluci¨®n a su miedo. Dejar una luz tenue no implica que los adultos enciendan la luz principal de la habitaci¨®n del ni?o cuando se ponga a llorar. Si el peque?o se despierta asustado en mitad de la noche y llora o llama a los mayores, hay que tranquilizarle sin encender las luces.
4.- Establecer rutinas relajantes. Se debe transmitir que ir a la cama y apagar la luz es parte de una cadena de acciones (que comienza con un ba?o y sigue con un biber¨®n o un vaso de leche y un cuento), ser¨¢ mucho m¨¢s f¨¢cil que concilie el sue?o.
5.- Hay que evitar aumentar su miedo. Es importante evitar que vea pel¨ªculas y programas de televisi¨®n de miedo o que escuche historias que pudieran asustarlo.
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