Feliz no San Valent¨ªn
La cultura occidental est¨¢ llena de v¨ªctimas de la creaci¨®n de un mito que es reproducido sin descanso y que perpet¨²a la desigualdad entre hombres y mujeres
Cu¨¢nto da?o hicieron (y hacen) Pretty Woman, Oficial y Caballero, Notting Hill, Romeo y Julieta, Love Actually, Crep¨²sculo; las tragedias del Romanticismo y las actuales, que son las mismas con distintos protagonistas; Julio Iglesias, The Bodyguard, Alejandro Sanz, Barry White, Los Chichos, Whitney Houston y el reggaeton; los cupones 2x1, las flores y los bombones, el rosa y el azul, la mayor¨ªa del imaginario Disney y Federico Moccia.
El siglo XX, lleno de pasos hacia delante, ha sido incapaz de frenar el patr¨®n sobre el amor que promete felicidad eterna, mariposas eternas, fidelidad eterna... y sacrificios eternos que, por qu¨¦ no, pueden olvidarse al menos un d¨ªa al a?o, en San Valent¨ªn, una festividad que la Iglesia Cat¨®lica retir¨® en 1969, que Espa?a masific¨® de la mano de Galer¨ªas Preciados y que nace de los lupercales, unas rituales llenos de violencia (y libertad) sexual en la Antigua Roma que el clero decidi¨® vetar cuando vio que aquello se le iba de las manos.
Desde entonces la idea del amor ha ido evolucionando para anular mejor y m¨¢s sutilmente a las mujeres: ha ido cambiando el color de las cadenas. Ahora tiene los tonos de un atardecer, ¡ªo de un amanecer, o de una noche en blanco paseando por alguna ciudad, o de un festival de m¨²sica, o de una cafeter¨ªa con sof¨¢s, o de ese coral asalmonado del Tinder, seg¨²n los gustos¡ª, le ha crecido la barba, se despeina con cuidado y tiene como banda sonora una lista de Spotify.
El fondo sigue siendo el mismo. El flechazo inevitable, qu¨ªmica; la certeza de la media naranja y la absoluta imposibilidad de separarse, un constructo social; el sacrificio y la entrega continua y total, el valor insuperable de la relaci¨®n, la postergaci¨®n del propio deseo, la anulaci¨®n de la autonom¨ªa, la exaltaci¨®n de la dependencia, mutar en el otro, respirar por el otro, no dormir por el otro... distorsiones t¨®xicas que ha bordado la cultura occidental, basada y sustentada por una sociedad patriarcal que decidi¨® hace d¨¦cadas poner como ideal un modelo de relaci¨®n emocional imposible.
Con ese ejemplo nos bombardean desde un momento tan temprano que, cuando queremos escapar de ¨¦l, nos damos cuenta de que ya hay patrones que hemos seguido, ideas que hemos dado por buenas, respuestas que no dimos y situaciones que no evitamos. Hace un par de meses me sent¨¦ con mi hermana a leer, extendimos sobre la mesa La bella durmiente, Sherezade, un libro con el alfabeto en ingl¨¦s y La aventura de la vida, y le ped¨ª que eligiera uno. Eligi¨® La aventura de la vida y a la media hora, cuando se cans¨® ¡ªella tiene cuatro a?os y el libro es a partir de ocho¡ª cogi¨® el siguiente, La bella durmiente. Le pregunt¨¦ si no prefer¨ªa otro, porque a m¨ª ese no me gustaba demasiado y ella, contrariada, me contest¨®: "?Por qu¨¦ no? Es muy bonito porque al final se casan, son felices y comen perdices. Viene un pr¨ªncipe y le da un beso a una ni?a muy guapa con el pelo largo que se despierta cuando le da el beso y entonces se r¨ªe y es feliz".
Intent¨¦ averiguar de d¨®nde hab¨ªa sacado esa idea absurda, porque para el resto de ¨¢mbitos de su vida tiene una concepci¨®n igualitaria, incluso rebelde y combativa: no cree que no pueda jugar al bal¨®n por ser ni?a, reivindica su derecho a decidir si quiere llevar leotardos, y sabe perfectamente que cocinar, recoger o limpiar no son tareas ca¨ªdas del cielo para la mujer. No consegu¨ª saberlo, por m¨¢s veces que le pregunt¨¦ qui¨¦n le hab¨ªa dicho que las cosas son bonitas cuando te casas, que las ni?as tienen que tener el pelo largo y que solo se r¨ªen y son felices cuando un pr¨ªncipe les da un beso, lo m¨¢s que consegu¨ª fue un "porque es as¨ª". Despu¨¦s le puse Brave. Y despu¨¦s quiso ver Frozen. Pens¨¦ que no estaba todo perdido.
Desde aquel d¨ªa no he dejado de pensar que mi hermana, con cuatro a?os, ya empezaba a ser v¨ªctima de ese concepto, de esa dualidad desequilibrada en la que el hombre es un pr¨ªncipe valiente de armadura y la mujer una princesa que lo espera con el pelo suelto, del all you need is love, de una jerarqu¨ªa impuesta que sigue encontrando en las instituciones, en el poder, en la industria y en la cultura su hueco, y que no solo se resiste a ceder, sino que va encontrando las formas de adaptarse a las nuevas realidades para no seguir perdiendo ventajas que la propia sociedad, solo en algunos ¨¢mbitos y tras muchas batallas, empieza a reclamarle.?
Mientras, d¨ªas como hoy que celebran esa idea del amor, no son m¨¢s que otro empujoncito para una sociedad en la que sigue existiendo la publicidad que te anima a hacerte una lipoescultura para gustar m¨¢s a tu chico, piropos que llegan al acoso pero que no nos tomamos en serio, canciones que te empujan a entregar tu vida al completo, pel¨ªculas que te convencen de que el amor lo puede o deber¨ªa poderlo todo, y un largo etc¨¦tera que acaba convirti¨¦ndose en cifras.
En Europa, las mujeres representan el 60% del grupo de peor pagados en la clasificaci¨®n de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo, y solo el 20% del 1% de los mejor remunerados; sufren mayor desempleo, en Espa?a hay 1.642.000 mujeres menos que hombres; el trabajo es de peor calidad, el 57% est¨¢ ocupada a tiempo parcial porque no ha encontrado una jornada completa, m¨¢s del doble que el porcentaje de hombres en la misma situaci¨®n; ellas dedican al d¨ªa 2,5 horas m¨¢s de media a las tareas del hogar (incluyendo el cuidado infantil) que ellos, que destinan una hora al d¨ªa m¨¢s al ocio y tiempo libre; el techo de cristal existe, solo el 17% de las consejeras de las grandes empresas son mujeres, son solamente una de cada diez ejecutivos de m¨¢ximo nivel, solo el 3% son consejeras delegadas y la brecha salarial se ampl¨ªa en los salarios m¨¢s altos; en las universidades p¨²blicas espa?olas solo hab¨ªa una rectora y el 79% de los catedr¨¢ticos eran hombres, seg¨²n el informe Cient¨ªficas en Cifras 2015; solo una de cada cinco premiados en los Premios Goya es mujer; es 14 de febrero y ya ha habido 10 asesinadas en Espa?a desde que empez¨® 2017.
Son solo algunas cifras, pero la ¨²ltima es "la cifra", el mayor motivo para acabar con cualquiera de los caminos que lleven a ella, con todos. Tambi¨¦n este, el del amor rom¨¢ntico, el ciego e incondicional, ese que explica de forma n¨ªtida Nuria Varela en su ¨²ltimo libro, Cansadas (Ediciones B, 2017). "En realidad, es un marco ideal para las relaciones de maltrato. Y as¨ª lo se?alaba ya en 1988 un informe de la Oficina del Defensor del Pueblo: "Tambi¨¦n debemos resaltar (entre los factores de vulnerabilidad a la violencia contra las mujeres en la pareja) el concepto de amor rom¨¢ntico, con su carga de altruismo, sacrificio, abnegaci¨®n y entrega que todav¨ªa se les inculca a algunas mujeres. Esta forma de amar puede generar angustia y sometimiento total y absoluto de la pareja".
Esa sumisi¨®n que empieza un d¨ªa, de repente, con una idea, una tan aparentemente inofensiva como la de un pr¨ªncipe y una princesa siendo felices y comiendo perdices.
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