La mejor inversi¨®n de Warren Buffett
Bill y Melinda Gates esperan que su propia historia sirva para recordar por qu¨¦ la ayuda internacional debe ser una prioridad. Lo cuentan en su Carta Anual titulada 'Querido Warren'
Nuestro mensaje anual del 2017 va dirigido a nuestro querido amigo Warren Buffett, quien en 2006 don¨® gran parte de su fortuna personal a nuestra fundaci¨®n para contribuir a la lucha contra las enfermedades y reducir la desigualdad. Hace unos meses, Warren nos propuso reflexionar sobre la labor de nuestra fundaci¨®n: lo que ha marchado bien, lo que hemos aprendido y lo que esperamos del futuro.
Esta es la carta que nos mand¨® Warren y que inspir¨® nuestro mensaje de este a?o.
A continuaci¨®n presentamos nuestra respuesta.
Esta historia relata los asombrosos avances que han logrado los habitantes m¨¢s pobres del mundo en los ¨²ltimos 25 a?os: la reducci¨®n de la pobreza extrema a la mitad, el descenso de la mortalidad infantil a la mitad y el empoderamiento de millones de mujeres. Este incre¨ªble progreso se debe no solo a la generosidad de Warren y otros fil¨¢ntropos, las donaciones ben¨¦ficas por parte de personas de todo el mundo y los esfuerzos realizados por los pobres por cuenta propia, sino tambi¨¦n a las abundantes aportaciones de pa¨ªses donantes, que constituyen la mayor parte del financiamiento destinado a la salud mundial y el desarrollo.
Nuestro mensaje sale a la luz coincidiendo con grandes transiciones pol¨ªticas en el seno de esos pa¨ªses, como el cambio de liderazgo en Estados Unidos y el Reino Unido. Esperamos que esta historia sirva para recordar por qu¨¦ la ayuda internacional debe seguir siendo una prioridad: mejorar las vidas m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras reviste un gran inter¨¦s nacional y mundial. Al evitar la propagaci¨®n de enfermedades, salvamos vidas en otros pa¨ªses y en el nuestro. Al estimular el desarrollo econ¨®mico, abrimos nuevos mercados para los bienes procedentes de nuestro pa¨ªs. Al reducir las probabilidades de que surjan nuevos conflictos, promovemos nuestra seguridad nacional. Y al ayudar a los m¨¢s pobres a salir de la pobreza, expresamos los m¨¢s altos valores de nuestras naciones.
Uno de nuestros valores m¨¢s preciados ¡ªejemplificado por el donativo de Warren a nuestra fundaci¨®n¡ª es la creencia de que la mejor inversi¨®n que uno puede hacer es a favor de la vida de los dem¨¢s. Como le explicamos a Warren en nuestro mensaje, el rendimiento que se obtiene es extraordinario.
Bill: Si tuvi¨¦ramos que elegir una sola cifra que demostrara c¨®mo ha cambiado la vida de los m¨¢s necesitados, ser¨ªa 122 millones, el n¨²mero de vidas infantiles que se han salvado desde 1990.
Melinda: Cada septiembre, la ONU anuncia el n¨²mero de ni?os menores de cinco a?os que murieron el a?o anterior. A?o tras a?o, este n¨²mero me parte el coraz¨®n, pero tambi¨¦n me infunde esperanza. Es tr¨¢gico que mueran tantos ni?os, pero tambi¨¦n es alentador que cada a?o sobrevivan m¨¢s ni?os.
Bill: En 2015, sobrevivieron m¨¢s ni?os que en 2014, en 2014 sobrevivieron m¨¢s ni?os que en 2013, y as¨ª sucesivamente. En total, se han salvado a 122 millones de menores de cinco a?os en los ¨²ltimos 25 a?os. De haberse mantenido las tasas de mortalidad al nivel de 1990, estos ni?os habr¨ªan muerto.
Melinda: Este es uno de nuestros gr¨¢ficos favoritos: muestra que el n¨²mero anual de muertes infantiles se ha reducido a la mitad desde 1990.
Bill: Ya hace m¨¢s de veinte a?os que Melinda y yo comenzamos a fijarnos en las cifras de mortalidad infantil. Como sabes, viajamos a ?frica para conocer de primera mano la vida silvestre del continente y quedamos at¨®nitos por la pobreza que constatamos. Cuando regresamos, empezamos a leer acerca de lo que hab¨ªamos visto. Fue terrible enterarnos de que millones de ni?os mor¨ªan de diarrea, neumon¨ªa y malaria. Los ni?os de los pa¨ªses ricos no mueren a causa de estas afecciones. Los ni?os de ?frica mor¨ªan porque eran pobres. Para nosotros, esta diferencia era lo m¨¢s injusto en este mundo.
Melinda: Salvar ni?os fue el prop¨®sito que motiv¨® nuestra contribuci¨®n a escala mundial. Salvar ni?os constituye un fin en s¨ª mismo, pero tambi¨¦n hemos aprendido que conlleva muchos otros beneficios. Si los padres conf¨ªan en que sus hijos sobrevivir¨¢n ¡ªy si adem¨¢s tienen la posibilidad de programar y espaciar los embarazos¡ª deciden tener menos hijos.
Bill: Cuando una madre puede decidir cu¨¢ntos hijos tener, estos gozan de mejor salud, mejor alimentaci¨®n y mejor capacidad intelectual, y los padres, por su parte, tienen m¨¢s tiempo y dinero para destinar a la salud y educaci¨®n de cada hijo. As¨ª es c¨®mo las familias y los pa¨ªses consiguen salir de la pobreza. Este v¨ªnculo entre salvar vidas, lograr una disminuci¨®n de la tasa de natalidad y acabar con la pobreza fue la primera lecci¨®n que Melinda y yo aprendimos sobre salud mundial.
Melinda: Es por ello que reducir la mortalidad infantil es la piedra angular de nuestro trabajo. Pr¨¢cticamente todos los avances de la sociedad ¡ªen materia de nutrici¨®n, educaci¨®n, planificaci¨®n familiar, equidad de g¨¦nero y crecimiento econ¨®mico¡ª se reflejan en el gr¨¢fico de mortalidad infantil como beneficios asociados, y cada uno de estos beneficios repercuten directamente en el progreso de la sociedad.
Bill: En 2001, cuando di una charla ante un grupo de amigos tuyos sobre la reducci¨®n de la mortalidad infantil, me dijiste que los valores de la fundaci¨®n coincid¨ªan con los tuyos. Warren, salvar ni?os tambi¨¦n coincide con otro de tus valores m¨¢s arraigados: emplear los recursos de forma sensata y evitar el desperdicio de dinero.
?Recuerdas c¨®mo nos re¨ªmos cuando viajamos juntos a Hong Kong y cenamos en McDonald¡¯s? Tras ofrecerte a pagar la cuenta, te llevaste la mano al bolsillo y sacaste¡ ?cupones! Hace poco Melinda desempolv¨® esta foto, en la que salgo con el gran derrochador. Nos record¨® lo mucho que valoras un buen ahorro. Es por ello que queremos presentarte esta cifra: 122 millones. Salvar ni?os es el mayor ahorro que se puede lograr en el ¨¢mbito de la filantrop¨ªa.
Vacunas, la mejor inversi¨®n
El 86% de los ni?os en el mundo son inmunizados. Es la tasa m¨¢s alta de la historia
Melinda: ?Quieres saber cu¨¢l es la inversi¨®n que genera el mayor ahorro? Las vacunas. La cobertura del esquema b¨¢sico de vacunaci¨®n infantil goza hoy de los niveles m¨¢s altos jam¨¢s registrados, ya que ha alcanzado el 86%. Y la brecha entre los pa¨ªses m¨¢s ricos y los m¨¢s pobres es hoy menor que nunca antes. Hemos constatado que la vacunaci¨®n es la principal causa de la reducci¨®n de la mortalidad infantil.
Melinda: Es una inversi¨®n fant¨¢stica. Por ejemplo, la vacuna pentavalente, que protege contra cinco enfermedades mortales con una sola inyecci¨®n, tiene ahora un costo inferior a un d¨®lar.
Bill: Y por cada d¨®lar invertido en inmunizaci¨®n infantil, se obtienen beneficios econ¨®micos por un valor de 44 d¨®lares. Este c¨¢lculo incluye el ahorro del dinero que las familias pierden cuando un hijo se les enferma, y uno de los padres tiene que dejar de trabajar para atenderlo.
Melinda: Al inicio, no pod¨ªamos entender por qu¨¦ no se administraban vacunas a todos los ni?os que las necesitaban. ?ramos muy ingenuos; ayudar a las personas no conlleva ning¨²n beneficio comercial, y esto era algo que nunca nos hab¨ªamos planteado.
Bill: No exist¨ªa un mercado de vacunas concebidas para ni?os pobres porque las familias que las necesitaban no pod¨ªan pagarlas. Y es aqu¨ª donde identificamos una oportunidad: si consegu¨ªamos crear un fondo de adquisiciones con el fin de que las farmac¨¦uticas tuvieran suficientes clientes, estar¨ªamos generando un incentivo comercial para desarrollar y producir vacunas.
Melinda: Esta es la magia de la filantrop¨ªa. El rendimiento econ¨®mico no es imprescindible, y es por ello que se pueden hacer cosas que las empresas no pueden permitirse. Pero el problema de la filantrop¨ªa es que el dinero suele terminarse antes de satisfacer la necesidad. Por este motivo, para lograr un cambio duradero necesitamos contar con la contribuci¨®n de empresas y gobiernos.
Bill: Esta fue la idea que nos llev¨® a asociarnos con empresas y gobiernos para formar GAVI, la Alianza para las Vacunas, cuyo fin es administrar vacunas a todos los ni?os del planeta. GAVI pone en contacto a las empresas que desarrollan vacunas con los gobiernos de los pa¨ªses ricos ¡ªque aportan los recursos¡ª y los de los pa¨ªses en desarrollo ¡ªque administran las vacunas a sus habitantes¡ª. Desde el 2000, GAVI ha contribuido a vacunar a 580 millones de ni?os de todo el mundo. Estados Unidos es uno de los principales donantes de GAVI ¡ªun proyecto que goza de apoyo bipartidista¡ª junto con el Reino Unido, Noruega, Alemania, Francia y Canad¨¢. Esta es una de las grandes cosas que los pa¨ªses m¨¢s pr¨®speros hacen por el resto del mundo.
Melinda: Pero queda mucho m¨¢s por hacer: a¨²n hay 19 millones de ni?os, muchos de los cuales viven en zonas de conflicto o aisladas, que no gozan de un esquema completo de inmunizaci¨®n. Los gobiernos de estos pa¨ªses deben redoblar sus esfuerzos para atenderlos. Este es un elemento clave para alcanzar la meta de reducir nuevamente a la mitad la tasa de mortalidad infantil ¡ªpor debajo de 3 millones de muertes¡ª para el a?o 2030.
Bill: Podemos alcanzar esa meta, pero tenemos que aprender mucho m¨¢s en el camino. El gr¨¢fico de reducci¨®n de la mortalidad infantil es un gran ejemplo de ¨¦xito, pero oculta ¨¢reas en donde no hemos podido lograr avances similares. Esta es nuestra principal asignatura pendiente:
1 mill¨®n: n¨²mero de beb¨¦s que mueren el d¨ªa de su nacimiento
Bill: El a?o pasado, cerca de un mill¨®n de ni?os murieron el d¨ªa de su nacimiento, y un total de m¨¢s de 2.5 millones de reci¨¦n nacidos murieron durante su primer mes de vida. Aunque es cierto que el n¨²mero total de muertes infantiles ha disminuido, la proporci¨®n de muertes de reci¨¦n nacidos ha aumentado. La mortalidad neonatal representa ahora el 45 por ciento del total de la mortalidad infantil, mientras que en 1990 la cifra se situaba en el 40 por ciento.
Echa un vistazo al gr¨¢fico de m¨¢s abajo y constatar¨¢s que m¨¢s de la mitad de las muertes neonatales caen bajo una de las tres categor¨ªas siguientes: sepsis y otras infecciones, asfixia ¡ªlo que significa que el reci¨¦n nacido no estaba recibiendo suficiente ox¨ªgeno¡ª y prematuridad ¡ªes decir, que el beb¨¦ naci¨® antes de t¨¦rmino¡ª.
Melinda: Durante las ¨²ltimas d¨¦cadas, los especialistas en salud han tratado de atender y prevenir estas afecciones, pero los resultados han sido francamente decepcionantes. Cuando, ante un gran desaf¨ªo, no podemos dar una respuesta eficiente, es crucial plantearse la siguiente pregunta: "?Hay alguien que est¨¦ haciendo esto bien?".
Bill: Exacto, y aqu¨ª tenemos un gr¨¢fico que encontr¨¦ en Gapminder.com que puede aplicarse a muchos aspectos de nuestra labor en materia de salud mundial. Demuestra hasta qu¨¦ punto la salud est¨¢ supeditada a la riqueza. Se puede observar de forma uniforme en todo el mundo que la salud mejora cuando aumenta la riqueza. Pero las tasas de mortalidad neonatal experimentan grandes variaciones y no dependen ¨²nicamente del nivel de ingresos. Cabe destacar algunas excepciones positivas: ciertos pa¨ªses pobres logran un resultado algo mejor que los pa¨ªses m¨¢s ricos y un resultado claramente mejor que otros pa¨ªses de ingresos similares.
Melinda: Es muy emocionante descubrir qu¨¦ pa¨ªses est¨¢n empezando a resolver sus problemas. Del 2008 al 2015, Ruanda, uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres de ?frica, redujo su tasa de mortalidad neonatal en un 30 por ciento al registrar 19 muertes por cada mil nacimientos. A modo de comparaci¨®n, Mali ¡ªcon un PIB similar¡ª sit¨²a su tasa de mortalidad neonatal en 38 muertes por cada mil nacimientos, el doble que en Ruanda.
?Qu¨¦ es lo que est¨¢n haciendo bien en Ruanda? Algunas medidas son tan asequibles que est¨¢n al alcance de cualquier gobierno, como el amamantar en la primera hora tras el nacimiento y la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida, cortar el cord¨®n umbilical de forma higi¨¦nica, y el m¨¦todo canguro, que consiste en el contacto piel con piel entre mam¨¢ y beb¨¦ inmediatamente despu¨¦s del parto para incrementar la temperatura corporal del reci¨¦n nacido. Estas pr¨¢cticas han conllevado reducciones dr¨¢sticas de la mortalidad neonatal.
Bill: Pero no se trata ¨²nicamente de promover ciertas pr¨¢cticas. Actualmente, estamos financiando un estudio en la India que comenz¨® como una mera lista de las pr¨¢cticas que se estaban llevando a cabo, lo cual nos sirvi¨® para lograr una cierta mejor¨ªa, si bien los logros reales se dieron cuando el personal m¨¦dico capacitado y dotado de los instrumentos adecuados comenz¨® a atender partos. De hecho, no hay que obviar que Ruanda duplic¨® el porcentaje de partos asistidos por personal m¨¦dico capacitado.
Melinda: He podido constatar por m¨ª misma c¨®mo esto salva vidas. Estaba de visita en un hospital en Malaui cuando una enfermera entr¨® corriendo con una reci¨¦n nacida en brazos que se estaba asfixiando y ten¨ªa el rostro morado. Vi c¨®mo el personal m¨¦dico la resucit¨® con un simple dispositivo de bolsa y mascarilla de ventilaci¨®n de cinco d¨®lares. Despu¨¦s la acostaron en una cuna t¨¦rmica junto a otro beb¨¦ que tambi¨¦n padec¨ªa asfixia. El m¨¦dico me dijo que la ni?a iba a sobrevivir, pero que el ni?o hab¨ªa nacido en la cuneta de la carretera y estaba a punto de morir. A¨²n tengo la imagen grabada de c¨®mo jadeaba ese ni?o para tomar una bocanada de aire. Es un recuerdo que todav¨ªa me parte el coraz¨®n.
Bill: Contar con personal capacitado para asistir partos puede salvar a millones de beb¨¦s. Pero hay casos de asfixia que ni el personal cualificado es capaz de revertir porque todav¨ªa no sabemos exactamente qu¨¦ es lo que causa esa afecci¨®n.
Melinda: Hace seis o siete a?os, Bill irrit¨® a algunos funcionarios de salud al plantearles la siguiente pregunta: "?Por qu¨¦ no se les hacen autopsias a estos beb¨¦s para averiguar por qu¨¦ se est¨¢n muriendo?".
Bill: A lo que me respondieron: "?Nunca nos atrever¨ªamos a hacer eso!". Est¨¢bamos ante una laguna de conocimiento m¨¦dico y los profesionales actuaban como si fuera de mala educaci¨®n indagar m¨¢s. Afortunadamente, un investigador encontr¨® una forma muy poco invasiva de realizar una autopsia, y al preguntarles a los padres si permitir¨ªan que se les realizara dicha autopsia a sus hijos, la gran mayor¨ªa dijo que s¨ª.
Melinda: Cuando uno est¨¢ sufriendo un duelo, luchar¨¢ hasta el final por hallar una cura.
Bill: El beb¨¦ de esta foto naci¨® el 12 de julio del 2016 en las afueras de Johannesburgo (Sud¨¢frica). Muri¨® tres d¨ªas despu¨¦s. Sus padres tuvieron la gentileza de permitirme estar presente en su autopsia.
Melinda: Las instalaciones que Bill visit¨® pertenecen a la Red de Vigilancia de Salud Infantil y Prevenci¨®n de la Mortalidad Infantil (CHAMPS, por sus siglas en ingl¨¦s), que recopila datos sobre por qu¨¦ los ni?os se enferman y mueren. Tras extraer muestras de tejido, los m¨¦dicos de estas instalaciones las analizan para tratar de determinar la causa de muerte del neonato. Luego pueden enviar las muestras a Atlanta, a los Centros de Control de Enfermedades, donde los pat¨®logos emplean tinciones especiales y pruebas de ¨¢cido nucleico para identificar pr¨¢cticamente cualquier germen existente en el mundo que pueda matar a un beb¨¦. Hace veinte a?os, esta tecnolog¨ªa no estaba al alcance ni de las familias m¨¢s ricas; ahora, puede salvar a beb¨¦s incluso en los pa¨ªses m¨¢s pobres.
Bill: Esta clase de investigaciones son cruciales para salvar a m¨¢s reci¨¦n nacidos. No basta con saber si un reci¨¦n nacido muri¨® de asfixia, de sepsis o de prematuridad; necesitamos averiguar exactamente qu¨¦ causa estas afecciones para encontrar las herramientas necesarias para prevenirlas. Esta es la tarea m¨¢s emocionante y trascendente que financiamos, Warren: resolver misterios para salvar vidas.
Acabar con la malnutrici¨®n
El 45% de muertes infantiles est¨¢n relacionadas con la desnutrici¨®n
Melinda: Aqu¨ª tenemos otra cifra intimidante relacionada con el gr¨¢fico de la mortalidad infantil. Se estima que la desnutrici¨®n es parcialmente responsable del 45% de las muertes infantiles.
La desnutrici¨®n no es inanici¨®n. Es posible que los ni?os desnutridos reciban suficientes calor¨ªas, pero no los nutrientes adecuados. Eso los hace m¨¢s susceptibles a afecciones como la neumon¨ªa o la diarrea, y aumenta las posibilidades de que mueran a causa de ellas.
Eso s¨ª, una mejor nutrici¨®n no solo contribuir¨ªa a prevenir muertes.
Bill: Cuando empec¨¦ a viajar a ?frica, hablaba con los ni?os de las aldeas que visitaba y trataba de adivinar sus edades. Me sorprend¨ªa la frecuencia con la que me equivocaba. Ni?os que pensaba que ten¨ªan siete u ocho a?os me dec¨ªan que en realidad ten¨ªan doce o trece. Esta foto muestra a un grupo de ni?os y ni?as de nueve a?os de Tanzania cuya estatura est¨¢ por debajo de la media correspondiente a su edad. Padecen retraso del crecimiento, lo que significa que su estatura es menor de lo que se considera saludable, debido a una carencia de nutrientes clave en su dieta o a que no recibieron los nutrientes necesarios en el vientre materno por desnutrici¨®n de la madre.
La desnutrici¨®n destruye la mayor fuente de potencial humano en nuestro planeta. Los ni?os con retraso del crecimiento no solo tienen una estatura menor que otros ni?os de su misma edad, sino que adem¨¢s presentan un desarrollo cognitivo m¨¢s lento, lo que limitar¨¢ su desempe?o durante toda su vida. La nutrici¨®n es la mayor oportunidad desaprovechada en materia de salud mundial. Sabemos que tiene la capacidad de desencadenar imparables oleadas de potencial humano; sin embargo, solo el 1 por ciento de la ayuda internacional se destina a la nutrici¨®n b¨¢sica.
Melinda: A¨²n queda mucho por hacer. Promover el amamantamiento en la primera hora de vida y la lactancia exclusiva en los primeros seis meses es una intervenci¨®n fundamental y de gran sencillez. Esta pr¨¢ctica conlleva beneficios nutricionales a largo plazo. Por otra parte, los expertos est¨¢n estudiando c¨®mo desarrollar cultivos con un mayor contenido nutricional y c¨®mo incluir nutrientes clave en alimentos comunes, como la sal o el aceite de cocina.
Bill: Estos enfoques son prometedores, pero la nutrici¨®n sigue siendo uno de los mayores misterios sanitarios a escala mundial. La nutrici¨®n mejora cuando los pa¨ªses aumentan sus ingresos, pero a diferencia de lo que sucede con la supervivencia de los reci¨¦n nacidos, no hay excepciones positivas: no hay ning¨²n pa¨ªs pobre donde la mayor¨ªa de los ni?os gocen de una buena alimentaci¨®n. Es por ello que estamos financiando m¨¢s proyectos de investigaci¨®n en este ¨¢mbito e instando a los gobiernos a hacer lo mismo. En el futuro, se har¨¢n grandes descubrimientos en materia de nutrici¨®n. Cuando los investigadores den con ellos, aumentar¨¢ el n¨²mero de ni?os que lograr¨¢n aprovechar al m¨¢ximo su potencial y, con ello, cambiar¨¢ el mundo.
El poder de la planificaci¨®n familiar
300 millones de mujeres en pa¨ªses en desarrollo usan anticonceptivos
Melinda: Esta es otra variable que seguimos de cerca. Por primera vez en la historia, m¨¢s de 300 millones de mujeres que viven en los pa¨ªses en desarrollo ya est¨¢n usando m¨¦todos anticonceptivos modernos. Pasaron varias d¨¦cadas hasta que no se alcanz¨® la cifra de 200 millones de mujeres, pero tan solo tom¨® trece a?os alcanzar los 300 millones. Este gran cambio contribuye a salvar vidas de forma decisiva.
Bill: Cuando las mujeres de los pa¨ªses en desarrollo espacian sus partos por un m¨ªnimo de tres a?os, sus hijos tienen el doble de posibilidades de llegar a su primer cumplea?os. Con el paso del tiempo, la capacidad de las mujeres de usar anticonceptivos y espaciar sus embarazos ser¨¢ uno de los elementos clave para reducir la mortalidad infantil.
Warren, t¨² has comparado tu filosof¨ªa de inversi¨®n con la ciencia del bateo de Ted Williams. Williams aspiraba a batear el lanzamiento perfecto, mientras que t¨² aspiras al negocio perfecto. Este es el negocio perfecto, Warren. Al igual que las vacunas, los anticonceptivos son una de las innovaciones que m¨¢s vidas han salvado en la historia.
Melinda: Los anticonceptivos son tambi¨¦n una de las mejores innovaciones de la historia para combatir la pobreza. Cuando las mujeres tienen la posibilidad de programar y espaciar sus embarazos, tienen m¨¢s probabilidades de mejorar su educaci¨®n y obtener un ingreso, adem¨¢s de criar hijos sanos.
Bill: Tambi¨¦n es m¨¢s probable que tengan el n¨²mero de hijos que pueden mantener. Esto produce un menor n¨²mero de dependientes que requieren asistencia gubernamental, una mayor poblaci¨®n activa que incluye a m¨¢s mujeres y m¨¢s recursos disponibles para enviar a los ni?os a la escuela.
Melinda: Cuando un pa¨ªs logra integrar una generaci¨®n de j¨®venes saludables y bien formados en el mercado laboral, ya ha dado el primer paso para salir de la pobreza. Pero esto no ocurre de forma casual. En los ¨²ltimos cincuenta a?os, ning¨²n pa¨ªs ha salido de la pobreza sin ampliar el acceso a los anticonceptivos.
Bill: Cuando pusimos en marcha la Fundaci¨®n, subestim¨¦ el poder de los anticonceptivos para sacar a las familias de la pobreza. Empec¨¦ a darme cuenta de ello porque Melinda es una gran creadora de narrativas, y eso requiere conocer en carne propia la historia que quieres contar. Cuando yo a¨²n trabajaba a tiempo completo en Microsoft, ella se dedicaba al trabajo de campo y al regresar a casa me contaba lo que hab¨ªa visto. En una ocasi¨®n, cuando, seg¨²n los datos, las cl¨ªnicas de planificaci¨®n familiar estaban bien abastecidas, Melinda descubri¨® que solo ofrec¨ªan condones; muchas mujeres no les piden a sus parejas que se los pongan.
Melinda: Muchas de las mujeres con las que hablo en mis visitas de campo mencionan los anticonceptivos. Recuerdo que en una ocasi¨®n visit¨¦ el hogar de una madre en N¨ªger llamada Sadi, cuyos seis hijos compet¨ªan por su atenci¨®n mientras convers¨¢bamos. Me dijo: "No ser¨ªa justo para m¨ª tener otro hijo. Ni siquiera puedo costear la comida de los que ya tengo".
En un barrio pobre de Kenia, conoc¨ª a una joven madre llamada Mary que ten¨ªa un peque?o negocio de venta de mochilas hechas con retazos de mezclilla. Me invit¨® a su casa, donde estaba cosiendo y cuidando a sus dos hijos peque?os. Usaba anticonceptivos porque, seg¨²n me dijo, "la vida es dura". Le pregunt¨¦ si su esposo respaldaba su decisi¨®n. Me dijo: "?l tambi¨¦n sabe que la vida es dura".
Bill: Actualmente, en los pa¨ªses en desarrollo hay m¨¢s de 225 millones de mujeres que no quieren quedarse embarazadas pero no tienen acceso a los anticonceptivos. Una reciente encuesta a j¨®venes del estado indio de Uttar Pradesh revel¨® que el 64 por ciento de las adolescentes casadas quieren posponer su primer embarazo, pero solo el 9 por ciento utiliza un m¨¦todo anticonceptivo moderno.
Melinda: Planificaci¨®n Familiar 2020, una alianza mundial de la que formamos parte, se ha propuesto la meta de brindar acceso a anticonceptivos a 120 millones de mujeres m¨¢s para el a?o 2020. Actualmente, centramos nuestra labor en esta materia en Asia meridional, donde solo un tercio de las mujeres usa anticonceptivos, y en ?frica, donde los usan menos de una de cada cinco mujeres.
Bill: En los ¨²ltimos cuatro a?os se ha registrado el mayor incremento hist¨®rico, pero este gr¨¢fico muestra que tras haber transcurrido la mitad del plazo fijado, solo se ha alcanzado una cuarta parte de la meta prevista. Necesitamos acelerar el ritmo de progreso.
Melinda: El desaf¨ªo consiste en brindar a las mujeres acceso a la gama completa de anticonceptivos, para que cada una pueda encontrar el m¨¦todo que mejor se ajuste a su vida pr¨¢ctica.
El anticonceptivo m¨¢s moderno es un inyectable que dura tres meses, e incluye el f¨¢rmaco y la aguja en un peque?o dispositivo del tama?o de la palma de la mano. Es tan f¨¢cil de usar que su mero dise?o ha permitido ampliar el acceso a los anticonceptivos. Recuerdo que una vez habl¨¦ con una mujer sobre la necesidad de acompa?ar a sus hijas para que les administraran un anticonceptivo inyectable, y me dijo: "?Y yo qu¨¦? ?Por qu¨¦ tengo que caminar veinte kil¨®metros con este calor para recibir una inyecci¨®n?". Ahora ya no tiene que recorrer esa distancia. En vez de que una enfermera le administre la inyecci¨®n en una cl¨ªnica lejana, ahora puede administr¨¢rsela el personal m¨¦dico que visita su aldea. Pr¨®ximamente, ella misma podr¨¢ administrarse la inyecci¨®n en casa.
Bill: Estos cambios que se est¨¢n comenzando a materializar son muy alentadores. Pero a¨²n nos enfrentamos a uno de los retos m¨¢s antiguos y de mayor magnitud: lograr que la gente comprenda cu¨¢l es la capacidad que tienen los anticonceptivos de salvar vidas y acabar con la pobreza.
Melinda: Defender causas en p¨²blico tiene un gran impacto, y es por ello que yo he asumido ese papel. Pero nada puede remplazar la voz de alguien en quien la comunidad conf¨ªa plenamente. Hace algunos a?os, en Senegal, visit¨¦ a un grupo de imanes que hablaban sobre el hecho de que los anticonceptivos no entran en contradicci¨®n con los preceptos isl¨¢micos. Un joven im¨¢n, cuyos hijos se llevaban muy poco tiempo, nos dijo: "Mi esposa muri¨® en el parto porque no permit¨ª que usara anticonceptivos, y ahora tengo que criar yo solo a nuestros hijos". Y rompi¨® a llorar. Hoy est¨¢ salvando vidas al relatar su historia.
Bill: El respaldo de los hombres es crucial, especialmente el del esposo. Pero hay algo m¨¢s que tambi¨¦n es crucial: el respaldo de otras mujeres.
La pobreza discrima por g¨¦nero
75 millones de mujeres forman parte de grupos de autoayuda en India
Bill: La pobreza es sexista. Cuanto m¨¢s pobre es una sociedad, menos poder tienen las mujeres. Los hombres deciden si las mujeres pueden salir a la calle, hablar con otras mujeres o ganar un sueldo. Los hombres deciden si es aceptable golpear a una mujer. El dominio masculino en las sociedades m¨¢s pobres es sorprendente.
Melinda: Es un gran obst¨¢culo. Limitar a las mujeres hace que todos permanezcan en la pobreza. Afortunadamente, cuando los ingresos de una sociedad aumentan, la posici¨®n de las mujeres en esa sociedad tambi¨¦n mejora. ?Pero de qu¨¦ le sirve eso a una mujer joven en un pa¨ªs pobre que no desea esperar a que eso ocurra? ?C¨®mo podemos empoderarla ahora?
Bill: Melinda y yo hemos visto una y otra vez que el cambio social se produce cuando las personas comienzan a hablar entre s¨ª, y esa es la magia de los grupos de mujeres. Si recorres una aldea, raramente encontrar¨¢s un grupo de hombres donde todos compartan informaci¨®n. Probablemente te encontrar¨¢s con el l¨ªder de la aldea, con sus principales ayudantes y con la gente que trabaja para los ayudantes. Esa jerarqu¨ªa no favorece la conversaci¨®n y evita que las personas hablen sobre asuntos de importancia. Sin embargo, en las reuniones entre mujeres esos obst¨¢culos no existen, por lo que son un fen¨®meno m¨¢s eficaz para diseminar informaci¨®n e impulsar el cambio.
Melinda: Actualmente tan solo en la India hay cerca de 75 millones de mujeres que forman parte de grupos de autoayuda. Queremos que esa cifra vaya en aumento. Se pueden formar grupos para ayudar a las mujeres a acceder a cr¨¦ditos financieros y a compartir pr¨¢cticas de salud, pero una vez que se haya iniciado el proceso, las mujeres marcar¨¢n la direcci¨®n que ellas elijan. ?Y en eso consiste exactamente el empoderamiento!
Bill: La contribuci¨®n m¨¢s conmovedora que jam¨¢s hemos aportado fue la creaci¨®n de grupos comunitarios en la India para que las trabajadoras sexuales tuvieran un lugar donde acudir para hablar sobre la prevenci¨®n del VIH. Lo hicimos para fomentar el apoyo mutuo en cuanto a la importancia de insistir en que sus clientes utilizaran condones. Ahora bien, nuestra perspectiva inicial era muy limitada. Enseguida nos dimos cuenta de que los grupos estaban logrando resultados fenomenales desde un punto de vista humano, algo que iba mucho m¨¢s all¨¢ de la prevenci¨®n del VIH.
Melinda: Uno de los primeros logros fue la reducci¨®n de la estigmatizaci¨®n. Estas mujeres estaban excluidas por la sociedad y solo contaban con la aceptaci¨®n de las otras mujeres de su grupo. Suavizar los estigmas fue una forma de comenzar a cerrar heridas. Por ello, cuando Bill me dijo hace unos a?os que hab¨ªa programado una reuni¨®n con un grupo de prostitutas, me sent¨ª muy orgullosa de ¨¦l. Yo ya hab¨ªa hecho lo mismo. Nunca me habr¨ªa imaginado, desde mi perspectiva de joven cat¨®lica, criada en la conservadora sociedad de Dallas (Texas), que un d¨ªa llegar¨ªa a reunirme con un grupo de trabajadoras sexuales, a quienes terminar¨ªa por admirar. Pero lo hice.
Bill: Warren, si Melinda y yo tuvi¨¦ramos la oportunidad de llevarte a un solo rinc¨®n del mundo para que pudieras ver de qu¨¦ ha servido tu inversi¨®n, probablemente te invitar¨ªamos a platicar con un grupo de trabajadoras sexuales. En Bangalore, yo mismo me reun¨ª con uno de estos grupos, y cuando estas chicas empezaron a hablar sobre sus vidas me conmovieron de tal forma, que me saltaron las l¨¢grimas. Una mujer nos cont¨® que hab¨ªa comenzado a dedicarse al trabajo sexual cuando su esposo la dej¨®: era la ¨²nica forma que ten¨ªa de mantener a sus hijos. Pero cuando su comunidad se enter¨® de lo que hac¨ªa, obligaron a su hija a abandonar la escuela, lo que hizo que la chica se pusiera en contra de su madre y amenazara con suicidarse.
Esa madre se enfrent¨® al desprecio de la sociedad, el resentimiento de su hija, los riesgos asociados al trabajo sexual y la humillaci¨®n de tener que ir al hospital para someterse a una prueba del VIH y darse cuenta de que nadie quer¨ªa mirarla, tocarla ni hablar con ella. Pero all¨ª estaba, cont¨¢ndome su historia con dignidad. Las mujeres que se hab¨ªan erigido l¨ªderes en esa comunidad ten¨ªan una tenacidad admirable, algo que beneficiaba a todo el colectivo de mujeres.
Melinda: Estas comunidades van mucho m¨¢s all¨¢ de su misi¨®n inicial para llegar a satisfacer las necesidades de sus integrantes. Organizan toda clase de actividades para apoyarse mutuamente: crean redes de marcado r¨¢pido para defenderse de las agresiones, ponen en marcha sistemas para alentar el ahorro, y algunas de ellas solicitan servicios financieros para crear nuevos negocios y dejar atr¨¢s su profesi¨®n de car¨¢cter sexual.
Bill: El hecho de que estas mujeres se re¨²nan y se apoyen entre s¨ª conlleva grandes beneficios. Sin olvidar que el objetivo inicial ¡ªla prevenci¨®n del VIH¡ª se logr¨® con creces. Se ha corroborado sin duda alguna que la decisi¨®n de las trabajadoras sexuales de la India de insistir en que sus clientes usaran preservativos contribuy¨® a que el VIH no se extendiera entre la poblaci¨®n. Por lo tanto, el empoderamiento de estas mujeres acarre¨® beneficios para toda la poblaci¨®n.
Melinda: Es por ello que gran parte de nuestra labor en materia de salud mundial consiste en fomentar la inclusi¨®n de los excluidos: llegar hasta el sector m¨¢s marginal de la sociedad y lograr la reinserci¨®n de todo el mundo. Para nosotros, la frase ?Todas las vidas tienen el mismo valor? no es solo un principio, sino tambi¨¦n una estrategia. Puedes idear toda clase de herramientas novedosas, pero si no te encaminas hacia la igualdad, no producir¨¢s un verdadero cambio en el mundo, te limitar¨¢s a reordenarlo.
Bill: Cuando las mujeres tienen las mismas oportunidades que los hombres, las familias y las sociedades prosperan. Es obvio que la equidad de g¨¦nero despliega al m¨¢ximo el potencial de las mujeres, pero tal vez es menos obvio que tambi¨¦n despliega el de los hombres: les permite asociarse con las mujeres y gozar as¨ª de los beneficios que aportan la inteligencia, la tenacidad y la creatividad femeninas, y no desperdician ni un solo gramo de su energ¨ªa tratando de oprimir esos dones.
M¨¢s optimistas que nunca
Solo un 1 % de los encuestados sabe que la pobreza extrema se redujo a la mitad desde 1990
Bill: La pobreza extrema se ha reducido a la mitad en los ¨²ltimos veinticinco a?os. Es un gran logro que deber¨ªa hacernos sentir m¨¢s optimistas. Pero casi nadie conoce este dato. Seg¨²n los resultados de una reciente encuesta, solo el 1 por ciento de la poblaci¨®n sabe que la pobreza se ha reducido a la mitad, y el 99 por ciento subestima el progreso realizado. El objetivo de la encuesta no fue solo analizar el conocimiento general sobre el estado de la pobreza en el mundo, sino medir tambi¨¦n el optimismo al respecto; los resultados no fueron nada alentadores.
Melinda: El optimismo es un gran activo. Es algo que nunca est¨¢ de m¨¢s. Pero el optimismo no es la creencia de que las cosas mejorar¨¢n de forma autom¨¢tica, sino la convicci¨®n de que podemos actuar para que las cosas mejoren. Esto es algo que vemos en ti, Warren. Tu ¨¦xito no engendr¨® optimismo en ti, sino que tu optimismo te llev¨® al ¨¦xito.
Es particularmente valioso mantenerse optimista cuando te enfrentas a la desilusi¨®n, y eso nosotros lo hemos vivido en repetidas ocasiones. Nos decepciona profundamente que hasta la fecha no se haya desarrollado una vacuna contra el VIH o un microbicida eficaz: una crema que las mujeres puedan usar para prevenir el contagio del VIH. Tambi¨¦n cre¨ªamos que a estas alturas ya dispondr¨ªamos de una vacuna m¨¢s contundente contra la malaria.
Bill: Tampoco hemos constatado ning¨²n avance sustancial en la lucha contra la tuberculosis en mucho tiempo. Creemos que pronto se desarrollar¨¢ un nuevo m¨¦todo de diagn¨®stico que ser¨¢ fant¨¢stico, pero a¨²n no se ha llegado al final de este cometido. Tambi¨¦n s¨¦ que los investigadores est¨¢n avanzando para obtener una vacuna contra la tuberculosis, pero mi deseo sigue siendo que dicha vacuna estuviera ya a nuestro alcance.
Y las causas de mayor valor siempre son las que requieren m¨¢s recursos. Es por ello que la crisis financiera del 2008 supuso un enorme retroceso en materia de salud mundial. Seguro que estar¨ªamos recibiendo muchas m¨¢s ayudas de los pa¨ªses donantes si la crisis jam¨¢s hubiera ocurrido.
Melinda: Pero si no perdemos el optimismo, las decepciones se quedan en decepciones: no se convierten en un recurso para argumentar que el mundo va de mal en peor.
Bill: Los ¨¢ngeles que llevamos dentro, de Steven Pinker, es uno de mis libros favoritos. Narra c¨®mo la violencia ha descendido de forma dr¨¢stica con el paso del tiempo. Eso sorprende a mucha gente, porque se suele pensar que las cosas no est¨¢n mejorando. Pero la realidad es que el mundo es hoy un lugar mucho mejor ¡ªy en muchos aspectos concretos¡ª que nunca antes. La pobreza a escala mundial est¨¢ disminuyendo, la mortalidad infantil est¨¢ reduci¨¦ndose, el alfabetismo est¨¢ en aumento, y la situaci¨®n de las mujeres y las minor¨ªas en todo el mundo es cada vez m¨¢s alentadora.
Melinda: Muchos creen que el mundo est¨¢ cada vez m¨¢s fragmentado, y a todos nos viene alg¨²n ejemplo de ello a la cabeza. Pero si observamos la situaci¨®n desde una perspectiva hist¨®rica, por lo general, los per¨ªodos de fragmentaci¨®n se producen cuando la sociedad est¨¢ comenzando a asimilar una nueva diversidad. Y los grandes cambios de paradigma hist¨®ricos se encaminan hacia una mayor inclusi¨®n y atenci¨®n a las personas. Y eso es algo que vemos claramente en el ¨¢mbito de la salud mundial, un aspecto que se ha convertido en una prioridad para todos los gobiernos, que realmente importa a los ciudadanos y que cada vez despierta un mayor inter¨¦s por parte de la comunidad cient¨ªfica.
Bill: Warren, lo que motiva este compromiso colectivo con la salud mundial es la empat¨ªa, lo mismo que te impuls¨® a ti a donar tu fortuna a la sociedad mundial.
Melinda: Queremos canalizar tu empat¨ªa, transmitir tu optimismo, sacar partido de la tecnolog¨ªa, aplicar un razonamiento estrat¨¦gico y trabajar con nuestros asociados para salvar m¨¢s vidas. Esta es la forma que queremos darle a tu donativo.
Bill: No te extra?ar¨¢ o¨ªr que nos sentimos m¨¢s optimistas que nunca.
Melinda: Y m¨¢s impacientes tambi¨¦n.
Bill: Especialmente por esto:
El n¨²mero m¨¢gico: 0
Bill: Queremos concluir nuestro mensaje con la cifra m¨¢s m¨¢gica que conocemos: el cero. Este es el n¨²mero al que aspiramos todos los d¨ªas en la Fundaci¨®n: cero casos de malaria, cero casos de tuberculosis, cero casos de VIH, cero muertes evitables, cero diferencias entre la salud de un ni?o pobre y la de cualquier otro ni?o.
Melinda: Acercarse al cero es quiz¨¢s la mayor diferencia entre el objetivo de nuestra labor filantr¨®pica y el de cualquier empresa. En el sector privado, el objetivo es mantenerse en el mercado. En nuestro caso, nada nos alegrar¨ªa m¨¢s que nuestra desaparici¨®n del mercado, lo que supondr¨ªa que habr¨ªamos alcanzado todas nuestras metas.
Bill: Estamos a punto de alcanzar el n¨²mero m¨¢gico respecto a la poliomielitis. T¨² y yo hemos hablado extensamente sobre la polio. De peque?o, viste cosas que los ni?os de hoy nunca ver¨¢n: ni?os con poliomielitis que necesitaban muletas y fotos de ni?os con pulmones de acero. Hacia finales de los a?os setenta, gracias a las vacunas, Estados Unidos logr¨® erradicar la poliomielitis, enfermedad que por aquel entonces a¨²n asolaba al resto del mundo. En 1988, a?o en que se lanz¨® la campa?a mundial para erradicar la polio, se registraban 350 000 casos anuales.
El a?o pasado, tan solo se documentaron 37.
Melinda: Estos 37 casos se confinaron al norte de Nigeria y parte de Afganist¨¢n y Pakist¨¢n. Sinceramente, Warren, pens¨¢bamos que la polio ya estar¨ªa erradicada al d¨ªa de hoy. Pero vacunar a ni?os en zonas de conflicto es extremamente complejo, adem¨¢s de peligroso. Admiramos a los equipos de vacunadores que asumen grandes riesgos para llegar a cada uno de estos ni?os. Y nos inspira la infinita persistencia de Rotary Internacional, que encabeza esta lucha desde antes de que nosotros nos uni¨¦ramos a ella, y nunca ha dejado de dar pasos hacia adelante. Ellos saben que pasar de 350 000 a 37 casos es algo extraordinario, pero que el verdadero ¨¦xito llegar¨¢ cuando no se registre ni un solo caso.
Bill: Es muy emocionante ver c¨®mo pronto llegar¨¢ el d¨ªa en que ning¨²n ni?o ser¨¢ presa de la polio. Aunque con frecuencia nos preguntan por qu¨¦ hacemos un esfuerzo tan grande contra la poliomielitis si nuestra prioridad es salvar vidas. La respuesta es que erradicar la polio s¨ª servir¨¢ para salvar vidas gracias a la magia del cero. Cuando se erradique la polio, el mundo podr¨¢ destinar los recursos que ahora se destinan a esta enfermedad a mejorar la salud infantil, y las lecciones aprendidas a partir de la lucha contra la polio contribuir¨¢n a mejorar los sistemas de vacunaci¨®n contra otras enfermedades.
Melinda: Y no hay duda de que el mundo se beneficiar¨¢ del efecto exultante de eliminar una enfermedad. El aumento del optimismo atraer¨¢ energ¨ªas renovadas y mentes brillantes hacia el ¨¢mbito de la salud mundial, y eso reforzar¨¢ la lucha contra el sarampi¨®n, la malaria, la tuberculosis y el sida.
Bill: Warren, cuando anunciaste que destinar¨ªas tu donativo a nuestra Fundaci¨®n, nos pediste que apost¨¢ramos fuerte. El mundo entero est¨¢ haciendo una gran apuesta respecto a la polio. Muchos de los logros en materia de salud mundial no reciben la atenci¨®n suficiente. Sin embargo, la poliomielitis es toda otra historia. El mundo entero nos est¨¢ observando. Si las cosas se mantienen estables en las zonas de conflicto, lograremos registrar el ¨²ltimo caso de polio en el transcurso de este a?o.
Melinda: Warren, eres una de las personas m¨¢s competitivas que conocemos. (?Qu¨¦ otra raz¨®n explicar¨ªa que te comiste la hoja de resultados que daba prueba de que hab¨ªas perdido al bridge contra tu hermana?) Pero fuera del mundo de los negocios¡ y del bridge¡ y del golf¡ eres la persona m¨¢s generosa que conocemos, alguien que don¨® las ganancias de toda su vida a los dem¨¢s y que confi¨® en nuestro criterio.
Esa responsabilidad que has depositado en nosotros es algo que tomamos muy en serio. Para asegurarnos de que tu inversi¨®n produzca mayores dividendos, el mundo tiene que salvar m¨¢s vidas en el futuro que las que ha salvado hasta la fecha.
Esa es la raz¨®n por la que no hemos usado tu dinero ¨²nicamente para crear una subvenci¨®n aqu¨ª o un fondo all¨¢, sino que lo estamos invirtiendo para construir un ecosistema de asociados que ponga sus innovaciones al servicio de mejorar vidas y eliminar enfermedades.
Bill: Este ecosistema mundial incluye a nuestra Fundaci¨®n, pero trasciende sus l¨ªmites. Cuenta con una base de datos mundial sobre enfermedades que ayuda a los pa¨ªses a invertir recursos en los ¨¢mbitos m¨¢s acuciantes. Encauza la capacidad cient¨ªfica en investigaciones que tendr¨¢n un impacto directo en la vida de los pobres. Recluta a cient¨ªficos en el campo de la salud mundial y fomenta que los expertos de otros ¨¢mbitos apliquen sus hallazgos a la lucha contra las enfermedades infecciosas.
Construir este ecosistema es una de las haza?as m¨¢s importantes que hemos logrado, y vamos a requerir cada elemento de esta infraestructura para resolver los pr¨®ximos desaf¨ªos. Por dif¨ªcil que nos parezca erradicar la poliomielitis, erradicar la malaria ser¨¢ a¨²n m¨¢s dif¨ªcil. Por dif¨ªcil que nos parezca mejorar la salud reproductiva, mejorar la nutrici¨®n ser¨¢ a¨²n m¨¢s dif¨ªcil. Por dif¨ªcil que nos parezca salvar a ni?os menores de cinco a?os, salvar a reci¨¦n nacidos ser¨¢ la prueba m¨¢s dif¨ªcil de todas.
Con todo, no perdemos el optimismo. Esta capacidad de ayudar sin l¨ªmite alguno nos brinda la oportunidad de esclarecer misterios y salvar vidas, lo que nos permite finalizar nuestro mensaje con una nota positiva de cara al futuro:
La poliomielitis pronto ser¨¢ historia. La malaria se erradicar¨¢ en nuestra generaci¨®n. Pronto, pocas personas contraer¨¢n tuberculosis. Los ni?os de todo el mundo gozar¨¢n de una buena alimentaci¨®n. Y la muerte de un ni?o en los pa¨ªses en desarrollo ser¨¢ tan poco frecuente como la muerte de un ni?o en los pa¨ªses ricos.
No podemos poner fecha a cada uno de estos acontecimientos, ni tampoco sabemos en qu¨¦ orden ocurrir¨¢n, pero s¨ª confiamos en algo: el futuro sorprender¨¢ a los pesimistas.
Gracias por depositar tu confianza en nosotros, Warren. No te decepcionaremos.
Bill y Melinda
P. D. La gente siempre nos pregunta c¨®mo puede contribuir a la lucha contra la mortalidad infantil. Nosotros no nos cansamos de recomendar que hagan un donativo a Unicef, una organizaci¨®n que ayuda con ¨¦xito a familias y ni?os de todo el mundo. Tan solo esperamos que tu donativo inspire a otros a unirse a esta causa.
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