Las familias con bajos recursos viven menos por la mala alimentaci¨®n
Una plataforma lleva al Congreso propuestas para aumentar los impuestos a los alimentos procesados y bajarlos a frutas y verduras
El consumo de alimentos procesados, hiperazucarados y vac¨ªos nutricionalmente son los responsables del 21% de las muertes que se podr¨ªan evitar. O dicho de otra forma, por cada d¨ªa de vida que perdemos por culpa del tabaco, se pierden cinco a causa de la alimentaci¨®n insana y sus enfermedades derivadas. Por cada d¨ªa menos de vida por las drogas, perdemos 11 debido a una mala dieta. Lo peor es que un 44% de las familias espa?olas, aunque quisieran, no podr¨ªan permitirse comer sano. En Espa?a, solo un 30% del gasto en alimentaci¨®n se destina a productos frescos y el 70% restante es comida procesada. No se trata de malas decisiones en el supermercado, sino de no tener elecci¨®n -ni medios econ¨®micos- para llenar la cesta de la compra con productos m¨¢s saludables.
Estas son solo algunas de las demoledoras conclusiones del estudio Viaje al centro de la alimentaci¨®n que nos enferma, que la plataforma VSF Justicia Alimentaria Global presenta este jueves al Congreso de los Diputados. El motivo de la reuni¨®n es abrir un debate pol¨ªtico sobre los impuestos a las bebidas azucaradas anunciados el pasado diciembre por el ministro Crist¨®bal Montoro, y pedir una ley para la alimentaci¨®n saludable.
Para ello, se ha creado el primer movimiento civil contra la industria alimentaria, la Alianza por una Alimentaci¨®n Saludable, que re¨²ne a asociaciones de consumidores, agrupaciones m¨¦dicas, asociaciones de padres y madres de alumnos, organizaciones agrarias y ecologistas que reclaman un cambio urgente en el modelo alimentario. El objetivo final es conseguir que descienda el consumo de productos procesados -ya sea gracias a elevados impuestos o a la obligaci¨®n de un etiquetado objetivo y real sobre sus peligros- y fomentar una dieta m¨¢s sana mediante un IVA del 0% a frutas, verduras y hortalizas, compra p¨²blica de estos alimentos sanos para los colegios y facilidades para el comercio de proximidad que apoye a los productores locales.
La campa?a #DameVeneno llega en un momento en el que hemos alcanzado las 90.000 muertes al a?o por malos h¨¢bitos nutricionales, a los que se atribuye tambi¨¦n el 50% de las dolencias cardiovasculares, un 30-40% de c¨¢ncer de est¨®mago y colon, o un 45% de los casos de diabetes, seg¨²n los datos que del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME). La suma de esas tres enfermedades afecta a seis millones de pacientes en todo el mundo. Que sean las familias humildes quienes m¨¢s enferman y consumen este tipo de alimentos nocivos no es casualidad.
Responsabilidad pol¨ªtica
¡°?Cu¨¢ntos muertos m¨¢s necesitamos para que se tomen medidas? Ni siquiera podemos decir que estemos respetando el derecho de los ni?os a una correcta alimentaci¨®n y salud, sino que hemos creado un entorno perfecto sin normativa ni regulaci¨®n, para que empresas de la industria alimentaria se enriquezcan a costa de la salud de los ciudadanos. Lo escandaloso es que el precio de los alimentos saludables ha aumentado un 70% en los ¨²ltimos a?os y en cambio la comida chatarra cada d¨ªa es m¨¢s barata. Esto hace m¨¢s vulnerables a las familias con menos recursos, que sencillamente no pueden permitirse comer sano: si eres pobre, tienes m¨¢s posibilidades de que tu hijo sea diab¨¦tico en un futuro porque est¨¢ mal alimentado. No podemos permitirnos el 40% de adolescentes con diabetes tipo 2, como ya sucede en Estados Unidos, debido a una brecha alimentaria¡±, afirma Javier Guzm¨¢n, director de VSF Justicia Alimentaria. Los datos que presentar¨¢n esta tarde en el Congreso se?alan la previsi¨®n de miles de muertos en las pr¨®ximas d¨¦cadas, que no sobrevivir¨¢n a estos h¨¢bitos de alimentaci¨®n insanos. ¡°Los pol¨ªticos tienen una responsabilidad que ahora mismo no est¨¢n asumiendo: nosotros les vamos a poner las cifras objetivas, los estudios cient¨ªficos, los datos sobre la mesa. Y si no cambian la pol¨ªtica alimentaria porque no les conviene o por intereses empresariales, la historia se encargar¨¢ de juzgarlos¡±, se?ala Guzm¨¢n.
Nutricionistas, dietistas y pediatras coinciden en reclamar que los hipot¨¦ticos impuestos no se limiten a las bebidas carbonatadas. De hecho, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud advierte que esa tasa deber¨ªa situarse en el 20% para que salve vidas, algo que en cualquier caso no servir¨ªa de mucho si no va acompa?ado de otras medidas de protecci¨®n alimentaria, para que los ni?os no tengan f¨¢cil acceso a los nocivos y baratos alimentos procesados, que se fomentan incluso desde algunas instituciones.
¡°Hace poco salt¨® la pol¨¦mica de una madre que se quejaba porque el colegio de su hijo llevaba a los ni?os de excursi¨®n a una famosa cadena de comida r¨¢pida. Pero es un ejemplo m¨¢s que se suma toda una ¡°cultura del adoctrinamiento¡± desde que son peque?os. Muchas escuelas organizan excursiones a plantas de producci¨®n de bebidas carbonatadas, chocolater¨ªas, f¨¢bricas de galletas, de productos procesados¡ que adem¨¢s despu¨¦s regalan folletos, cajas de galletas o balones de f¨²tbol. ?Ser¨¢ que no hay en este pa¨ªs granjas o huertas o peque?as cooperativas para visitar! Todav¨ªa es m¨¢s escalofriante ese adoctrinamiento institucionalizado cuando hablamos del plan HAVISA (H¨¢bitos de vida saludables), impulsado por el gobierno supuestamente para prevenir la obesidad. Consiste en poner faldones que pasan a toda velocidad debajo de un anuncio de la televisi¨®n sobre cereales chocolateados, por ejemplo, con la recomendaci¨®n de ¡°desayunar todos los d¨ªas, mantenerse activo¡±. Pone los pelos de punta que el Ministerio de Sanidad sea capaz de firmar acuerdos con la Fundaci¨®n Alimentum, formada por 26 empresas de las que 21 representan a la industria de p¨¦simo perfil nutricional¡±, reflexiona Juan Revenga, miembro de la Fundaci¨®n Espa?ola de Dietistas-Nutricionistas (FEDN), autor del bestseller Adelg¨¢zame, mi¨¦nteme e impulsor de la petici¨®n en Change.org para que cesen esas colaboraciones interesadas entre instituciones de la salud e industria alimentaria.
Otro de los problemas que encuentran las familias para reducir el consumo de grasas, sal y az¨²car en su d¨ªa a d¨ªa es el confuso etiquetado y la falta de perfiles nutricionales que eviten la mala alimentaci¨®n infantil. Si las etiquetas advirtieran de forma clara y objetiva su composici¨®n real, posiblemente muchos se lo pensar¨ªan dos veces antes de comprarlo. Pero solo Dinamarca, Noruega y Reino Unido han sido capaces de regular esto, como el llamado ¡°etiquetado sem¨¢foro¡± que advierte sobre los peligros de cada alimento con un c¨®digo de colores. En funci¨®n de su peligrosidad, algunos de los alimentos m¨¢s insanos -como boller¨ªa, aperitivos, zumos, bebidas carbonatadas, azucaradas, energ¨¦ticas, entre otros- no pueden siquiera publicitarse entre el p¨²blico infantil. En Espa?a, no existen ni l¨ªmite publicitario ni informaci¨®n fidedigna. El llamado c¨®digo PAOS (Publicidad, Actividad, Obesidad y Salud) en realidad est¨¢ en manos de la propia industria sin control externo, por lo que tiene barra libre para publicitar lo que quiera, como quiera, en el horario y formato que quiera.
¡°Lo m¨¢s indignante es que la industria alimentaria diga que no obliga a nadie a consumir sus productos y que el problema es de las familias. Porque eso es falso: cuando no han recibido informaci¨®n real sobre lo que consumen, tienen tres hijos y necesitan comida barata, no pueden elegir, no es una elecci¨®n libre¡±, apunta el pediatra Carlos Casabona, que analiza la manipulaci¨®n psicol¨®gica de los anuncios y da pautas para evitar esos productos nocivos en su libro T¨² eliges lo que comes. Y a?ade: ¡°Otro problema que encontramos los pediatras es que las familias parecen que han asumido el sobrepeso como algo normal en la sociedad y en el entorno obesog¨¦nico que vivimos. Sus hijos con sobrepeso no solo desarrollar¨¢n enfermedades graves en un futuro. Con 10 o 14 a?os ya presentan patolog¨ªas y trastornos que nos preocupan mucho: presencia de grasa en h¨ªgado, engrosamiento de las capas interiores de las arterias, dolores de espalda, problemas de caderas, esguinces de repetici¨®n y problemas psicol¨®gicos y de autoestima. Los pediatras estamos desbordados con esta epidemia. Por eso necesitamos que cambien las cosas, porque la sociedad todav¨ªa no es consciente de la gravedad del problema¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.