Las rebeldes de Ir¨¢n
Una profesora de danza, una ingeniera y una arquitecta relatan las dificultades de las mujeres para vivir bajo el estricto control del Estado
Las protagonistas de este reportaje son mujeres que viven en un pa¨ªs donde las leyes est¨¢n hechas por hombres y para hombres, en el que existe una contradicci¨®n entre lo que quieren y lo que deben hacer. Bajo la vigilancia continua del Gobierno iran¨ª, buscan grietas en el sistema en las que esconder las prohibiciones impuestas por el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s.
"Nunca sent¨ª tanta libertad en mi vida", cuenta Masha, una joven de Isfah¨¢n, ciudad situada en el centro del pa¨ªs, mientras explica la raz¨®n por la que un d¨ªa decidi¨® rapar casi al cero su cabello. "Necesitaba experimentar qu¨¦ sent¨ªa un hombre, as¨ª que me puse la ropa de mi hermano y sal¨ª a la calle".
Tras la Revoluci¨®n Isl¨¢mica y la ca¨ªda del sha Mohammad Reza Pahlev¨ª, en 1979 el ayatol¨¢ Jomeini regres¨® del exilio en Francia y se convirti¨® en el l¨ªder de la nueva Rep¨²blica Isl¨¢mica. Aunque prometi¨® conceder libertades y derechos a las mujeres para ganar su confianza y apoyo, ese mismo a?o decret¨® la obligaci¨®n de llevar el velo. En Ir¨¢n la pol¨ªtica no es independiente de la religi¨®n y el pa¨ªs se rige por la shar¨ªa. La ley isl¨¢mica no se basa en ning¨²n c¨®digo legal definido y depende de la interpretaci¨®n de cada Gobierno.
Shirin, dise?adora textil que vive en Shiraz, al suroeste de Ir¨¢n, es musulmana y no est¨¢ de acuerdo con las leyes y pr¨¢cticas del actual Gobierno. Para ella, uno de los mayores problemas en su pa¨ªs es la manera en la que se educan a los ni?os y ni?as. "No puedes obligar a una ni?a de cinco a?os a llevar el hijab puesto. Ni es islam, ni lo dicta el Cor¨¢n", asegura.
Para las nacidas durante el r¨¦gimen, supone una gran contradicci¨®n entre lo que se ense?a en la escuela y lo que se ve dentro del hogar, sobre todo si la familia no es af¨ªn a la ideolog¨ªa del ayatol¨¢. "La mayor¨ªa de la poblaci¨®n tiene que desempe?ar un papel cuando cierra la puerta de casa. Es vivir en dos realidades diferentes al mismo tiempo", sostiene Shirin. Aunque la dise?adora quiere llevar el velo, se posiciona en contra de la obligaci¨®n y de la prohibici¨®n.
El l¨ªder espiritual, el ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei, manifest¨® de reciente que las mujeres no deb¨ªan montar en bicicleta p¨²blicamente, "porque atrae la atenci¨®n de los hombres, expone a la sociedad a la perversi¨®n y quebranta la castidad de la mujer".
Es por ello por lo que la acci¨®n de Masha no es ¨²nica. Un gesto como raparse el pelo representa la rebeld¨ªa y el levantamiento de las mujeres, que no est¨¢n de acuerdo con la ley. "Queremos decidir por nosotras mismas c¨®mo vivir nuestras vidas", afirma Masha, cuya profesi¨®n tambi¨¦n est¨¢ prohibida por el r¨¦gimen.
La pr¨®xima revoluci¨®n ser¨¢ encabezada por mujeres Masha, profesora de danza
La joven es profesora de danza moderna, aunque confiesa que el estilo que m¨¢s le gusta es el hip hop. Ense?a en casas de particulares y se da a conocer gracias a las fiestas privadas que amigas y compa?eras hacen en sus hogares. "Todo lo relacionado con la diversi¨®n est¨¢ prohibido, por lo tanto, hay que hacerlo a escondidas".
Para Masha la lucha feminista representa la esperanza de su pa¨ªs. Est¨¢ convencida de que "la pr¨®xima revoluci¨®n ser¨¢ encabezada por mujeres" y argumenta la necesidad de implicar a los hombres en ella. "Cuando digo a mis amigos que el feminismo los necesita, se sienten sorprendidos y agradecidos. No saben lo que significa, porque el Gobierno intenta ponerlos en nuestra contra".
Para vigilar a los habitantes del pa¨ªs, especialmente a las mujeres, y hacer que las leyes se cumplan, existen patrullas de polic¨ªa moral, que suelen ser mixtas. Una mujer con dos guardaespaldas se?ala a todas las chicas cuyo velo no est¨¢ bien colocado, presentan signos de maquillaje extremo o interact¨²an con alguien del sexo opuesto. Las sanciones pueden ir desde una reprimenda hasta una multa econ¨®mica e, incluso, una detenci¨®n.
Shirin ve a lo lejos la patrulla e, inmediatamente, da media vuelta. "Mi camisola no me cubre suficientemente las caderas", cuenta. Considera que gracias a las activistas feministas y a las acciones de muchas mujeres se ha conseguido suavizar alguna prohibici¨®n, pero confiesa que nunca hay que relajarse ante la ley y quienes la imparten.
Tanto Shirin como Masha viven con sus familias. Ambas son musulmanas y afirman tener la suerte de ser apoyadas, respetadas y de contar con libertad de decisi¨®n dentro del n¨²cleo familiar.
La libertad que se paga
Yala vive en Teher¨¢n y es ingeniera de gas. Fue la ¨²nica mujer de su clase en la universidad y una de las pocas que se dedican a este trabajo. "Lo m¨¢s complicado de ser mujer en un mundo de hombres es trabajar a m¨¢s de 40 grados tapada de la cabeza a los pies", revela.
Si tienes dinero, tienes libertad. Esa es una de las grandes contradicciones de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n Karima, arquitecta
Y no solo es no poder decidir c¨®mo vivir fuera de casa, sino tambi¨¦n lidiar con esos s¨ªmbolos todos los d¨ªas. "No quiero vivir en un pa¨ªs donde un desconocido te grita desde su coche que te pongas el pa?uelo", afirma Karima, una arquitecta en tr¨¢mites de obtener un visado para poder mudarse al extranjero. "Aqu¨ª, si un hombre te toca o te dice alguna obscenidad, tienes que agachar la cabeza y seguir tu camino. Eres t¨² la que provocas".
La arquitecta confiesa que no puede seguir viviendo sin libertad, interpretando una vida inventada cuando sale a la calle. "Una actividad tan simple en muchos pa¨ªses como tomar el sol en bikini, aqu¨ª tienes que viajar kil¨®metros para adentrarte en medio del desierto y que nadie te vea".
Por suerte, como ella dice, encontr¨® una grieta en el sistema. Vive sola en un apartamento al norte de la ciudad, la zona rica de la capital. Es el ¨²nico lugar donde no es estigmatizada ni denunciada por llevar una vida de soltera. "Si tienes dinero, tienes libertad. Esa es una de las grandes contradicciones de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n".
Al igual que Karima, Yala tambi¨¦n vive sola en la zona del norte de Teher¨¢n. La ingeniera dice tener una posici¨®n privilegiada, pues viaja una vez al mes fuera de las fronteras iran¨ªes.
De vuelta a Isfah¨¢n, Masha, la profesora de danza, se pregunta por qu¨¦ las pol¨ªticas europeas y occidentales acatan unas leyes que obligan a las mujeres a no poder decidir sobre su vida. "?Por qu¨¦ se ponen el velo cuando vienen aqu¨ª? No necesitamos que nos salven, pero a las mujeres iran¨ªes nos ser¨ªa de gran ayuda el apoyo internacional en estas cuestiones, no puedes ir defendiendo los derechos humanos y agacharte cuando se trata de hacer negocios".
Una de las grandes campa?as feministas iran¨ªes es My Stealthy Freedom, iniciada por la periodista Masih Alinejad, que public¨® varias fotos de s¨ª misma sin el velo. La imagen se hizo tan viral que muchas siguieron su ejemplo y crearon una p¨¢gina para que fueran vistas y escuchadas. Son im¨¢genes normales de su d¨ªa a d¨ªa, en lugares p¨²blicos de Ir¨¢n, sin pa?uelo y abogando por el derecho a la libre decisi¨®n, a las que se suman tambi¨¦n retratos de hombres con el velo puesto.
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