M¨¢s verde, m¨¢s agua
Los Fondos de Agua aspiran a beneficiar a unos 80 millones de personas en Am¨¦rica Latina en 2020 a trav¨¦s de inversiones en infraestructuras naturales
Los Fondos de Agua utilizan la naturaleza para ayudar a asegurar la disponibilidad, tanto en cantidad como en calidad, a largo plazo de este elemento en su estado potable en algunas de las ciudades de mayor riesgo h¨ªdrico del continente. Estos mecanismos de impacto colectivo, lanzados en Quito en 2000 y que cuentan ya con 20 programas en Am¨¦rica Latina, contraponen la inversi¨®n en la protecci¨®n y restauraci¨®n de los bosques, pastizales y humedales frente a la respuesta convencional basada en obras, dirigiendo su atenci¨®n hacia el gran olvidado en las pol¨ªticas de gesti¨®n de este recurso: el ecosistema acu¨¢tico que soporta los servicios de agua.
En Am¨¦rica Latina, 34 millones de personas carecen de agua potable, pese a que la regi¨®n alberga un tercio del agua dulce del mundo, debido al cambio clim¨¢tico, la deforestaci¨®n, las pr¨¢cticas de agricultura y ganader¨ªa no sostenibles y la contaminaci¨®n. La meta para 2020 de la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua ¡ªuna estructura que brinda asistencia t¨¦cnica y financiera para la creaci¨®n y el fortalecimiento de estos mecanismos¡ª es formar y consolidar 40 de estas iniciativas en la regi¨®n para beneficiar a aproximadamente 80 millones de personas.
"El ciclo, entendido desde el nacimiento de este elemento hasta su potabilizaci¨®n, distribuci¨®n a las ciudades y recolecci¨®n, comienza en la fuente de agua, pero no siempre se comienza a trabajar desde all¨ª", explica Hugo Contreras, que en cuanto director de Seguridad H¨ªdrica de The Nature Conservancy, uno de los miembros de la Alianza, tiene la responsabilidad de dise?ar la estrategia de agua en la regi¨®n latinoamericana y liderar su implementaci¨®n en diferentes pa¨ªses.
"Los tres objetivos grandes son reducir los sedimentos que llegan al agua y que la contaminan, mejorar la cantidad y regular los flujos para que en las ¨¦pocas de sequ¨ªa el sistema natural siga produciendo agua y en ¨¦poca de lluvia sirva como una barrera que evite da?os f¨ªsicos a las ciudades", sostiene el experto.
La iniciativa identifica de manera cient¨ªfica cu¨¢les son las funciones que debe cumplir la cuenca en t¨¦rminos de servicios ecosist¨¦micos para el agua y trata de recuperarla a trav¨¦s de acciones como la revegetaci¨®n, reforestaci¨®n, protecci¨®n de r¨ªos ¡ªya sea con barreras naturales o artificiales para evitar que los animales que pastan en la zona los contaminen¡ª o mejorar las pr¨¢cticas de agricultura y ganader¨ªa.
En Am¨¦rica Latina, 34 millones de personas carecen de agua potable, pese a que la regi¨®n albergue un tercio del agua dulce del mundo
El primer fondo, puesto en marcha en Quito en 2000, se inspir¨® en una experiencia de los a?os 90 en Nueva York, cuando la ciudad decidi¨® proteger sus fuentes de agua con el objetivo de reducir los costes de tratamiento y evitar inversiones en nuevas plantas. El verdadero despegue de la iniciativa fue en 2011, cuando The Nature Conservancy se ali¨® con el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Mundial para el Medio Ambiente y la Fundaci¨®n Femsa para invertir durante cinco a?os en la identificaci¨®n, creaci¨®n y consolidaci¨®n de Fondos de Agua en toda la regi¨®n.
La viabilidad econ¨®mica de esta iniciativa se basa, por un lado, en un capital semilla y, por otro, en una financiaci¨®n espec¨ªfica para proyectos especiales dirigidos a conseguir uno o m¨¢s objetivos en una cuenca, adem¨¢s de modalidades sostenidas, como pagos mensuales a partir de las tarifas que incumben a los usuarios del agua, que se vinculan a la financiaci¨®n de proyectos o al pago de compensaciones por da?os ambientales. Los usuarios pagan a cambio del producto que reciben (agua limpia), mientras que los fondos cubren los gastos de la conservaci¨®n de los bosques alrededor de r¨ªos y lagos.
Contreras cree que la sociedad todav¨ªa no es plenamente consciente de su deber de pagar por los servicios que proporcionan los ecosistemas acu¨¢ticos como v¨ªa para generar los recursos necesarios para su conservaci¨®n. "Hay ciudades que se preocupan por cuidar sus fuentes naturales de una manera m¨¢s clara, pero hay otras que est¨¢n un poco m¨¢s atrasadas en este sentido. Sao Paulo, por ejemplo, se enfrent¨® a una grave sequ¨ªa en los ¨²ltimos a?os y fue hasta ese momento que se dio cuenta de que hab¨ªa mucho trabajo por hacer en la conservaci¨®n de la cuenca. Quito, por el contrario, no fue hasta ese momento cuando se percat¨® de que ten¨ªa que trabajar en la conservaci¨®n del agua, igual que Medell¨ªn o Ciudad de M¨¦xico, que empieza ahora a hacer un trabajo de conservaci¨®n para una cuenca de un tama?o muy importante. Las ciudades siempre tienen una elecci¨®n: pueden decidir si conservar o no sus fuentes de agua. Me parece que el dinero es secundario una vez que optan por hacerlo", explica.
Las tres metas principales de esta iniciativa son reducir los sedimentos, mejorar la cantidad y regular los flujos de agua
Contreras destaca que, adem¨¢s de los recursos financieros, lo que se necesita es gobernabilidad. Los Fondos, en su opini¨®n, contribuyen a fomentar esta componente, porque re¨²nen a los principales actores involucrados en la cuenca ¡ªprivados y p¨²blicos¡ª, para decidir juntos cu¨¢les son las acciones a largo plazo que deben emprenderse para mejorar la condici¨®n de las fuentes. "Esto tambi¨¦n ayuda a hacer muy claros y transparentes a las autoridades y a las ciudades cu¨¢les son los l¨ªmites que tienen para el uso del agua. A fin de cuentas la sustentabilidad implica un balance entre el recurso existente y el que se toma", agrega.
"Una de las razones por las cuales hemos fallado en la gesti¨®n de nuestros recursos h¨ªdricos es que hay vac¨ªos en t¨¦rminos institucionales y regulatorios. Un segundo componente que nos falla es de mercado. Las ciudades tienen diferentes fuentes para hacerse con los recursos. Algunas deciden asignarlos para construir carreteras o parques, pero muy pocas veces la conservaci¨®n de la cuenca se muestra con frecuencia en los portafolios de alternativas. Lo que pretendemos con la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua es hacer que la idea de conservaci¨®n y el manejo de la infraestructura natural como un elemento necesario para la seguridad h¨ªdrica se muestre prominentemente en las pol¨ªticas p¨²blicas y en las pr¨¢cticas corporativas de los actores m¨¢s importantes de la regi¨®n que est¨¢n gestionando agua", dice.
Cada uno de los Fondos actualmente en funci¨®n en Am¨¦rica Latina y el Caribe cuenta con sus caracter¨ªsticas, desde el papel de los actores locales implicados, al modelo de gesti¨®n elegido y los objetivos concretos. El de Sao Paulo, por ejemplo, tiene como fundamento la protecci¨®n de las cuencas que dan agua a la ciudad y su principal objetivo ambiental es la reducci¨®n de sedimentos. El de Monterrey aspira a proteger a la ciudad de fen¨®menos meteorol¨®gicos como el hurac¨¢n que ocasion¨® importantes da?os en 2010, y cuenta con una presencia muy importante del sector privado.
Para Contreras un elemento muy importante es el componente de gobernabilidad que aportan los Fondos a la gesti¨®n del agua
El caso de la restauraci¨®n del r¨ªo R¨ªmac ¡ªque proporciona agua a la regi¨®n metropolitana de Lima¡ª es ejemplar, seg¨²n Contreras. "Est¨¢ marcando el inicio de una tendencia fuerte de incorporar la responsabilidad de la gesti¨®n de cuenca a los usuarios. La empresa de agua ya est¨¢ generando los recursos necesarios para la conservaci¨®n y est¨¢ en este momento en un debate sobre si puede destinar recursos para invertir en la cuenca. Nosotros creemos que s¨ª, que existen los instrumentos legales, pero m¨¢s all¨¢ de que est¨¦n presentes o no, nos parece que es un tema de enfoque cultural. Los ingenieros de la empresa de agua siempre han hecho tubos, plantas, acueductos¡ Est¨¢ bien, son necesarios, pero nunca se ha complementado este portafolio de inversiones con acciones de protecci¨®n de la infraestructura natural. Es una cuesti¨®n de tiempo para que el mecanismo sea operativo, rinda cuentas y sea eficiente". El directivo de The Nature Conservancy destaca que esta tendencia est¨¢ tomando forma tambi¨¦n en Costa Rica, el estado de Santa Catalina ¡ªen Brasil¡ª, y otros lugares donde ya hay inter¨¦s por incorporar los costos de conservaci¨®n en la tarifa o en los mecanismos de recolecci¨®n de recursos p¨²blicos.
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