Cosa Nostra, Camorra y 'Ndrangheta, mucho peores que en las pel¨ªculas
D ONDE MENOS me imaginaba, en Madrid, he sabido que al padre de un italiano al que conoc¨ª aqu¨ª le mat¨® la Mafia, siendo ¨¦l un ni?o. No lejos de su lugar de trabajo hay uno de esos restaurantes que se llaman no s¨¦ qu¨¦ de la Mafia. No voy a hablar de ese tema, que en Italia ha desatado una gran indignaci¨®n, y con raz¨®n, porque no hay mucho m¨¢s que decir si se imaginan lo que piensa este hombre cuando pasa por all¨ª. Obviamente no creo que los due?os de ese negocio tengan mala fe, pero s¨ª ignorancia. Es un caso bastante com¨²n. Suele olvidarse que esta organizaci¨®n criminal no es algo de las pel¨ªculas, sino real, y no tiene ninguna gracia. Son cr¨ªmenes terribles que pasan en el barrio de uno, delante de casa, no en la tele.
Por ejemplo, entre el 2 y el 3 de mayo de 1991 en Taurianova, Calabria, 16.000 habitantes, se registraron cinco muertos en menos de 24 horas durante una guerra entre clanes rivales. El episodio m¨¢s terror¨ªfico fue el asesinato de los hermanos Giuseppe y Giovanni Grimaldi, de 54 y 59 a?os. Estaban charlando por la tarde delante de su carnicer¨ªa cuando par¨® un coche y bajaron dos tipos armados con fusiles. Intentaron escapar, pero los abatieron. Giuseppe ten¨ªa a¨²n en la mano un cuchillo de carnicero. Uno de los asesinos se lo quit¨® y le cort¨® la cabeza de un tajo. Luego la lanz¨® al aire y empezaron a dispararle como en una atracci¨®n de tiro al blanco. Estuvieron un rato divirti¨¦ndose, delante de decenas de transe¨²ntes. Cuando se marcharon, la cabeza qued¨® a 30 metros.
No se sabe a ciencia cierta cu¨¢nta gente han matado en Italia las tres mafias ¨CCosa Nostra siciliana, Camorra de N¨¢poles y alrededores y ¡¯Ndrangheta de Calabria¨C en siglo y medio de historia. Se ha perdido la cuenta de cientos de fallecidos del siglo XIX, salvo algunos de renombre. Muchos eran de remotas zonas rurales y otros simplemente desaparec¨ªan. En el siglo XX y en este, las v¨ªctimas con nombres y apellidos superan las 800. Pero eso solo son las inocentes. La cifra se dispara a n¨²meros incre¨ªbles, al menos 6.000 muertos m¨¢s, si se le suman los propios criminales y parientes asesinados en guerras internas, ajustes de cuentas o interminables venganzas entre familias que se exterminan mutuamente durante d¨¦cadas. As¨ª van cayendo hermanos y hermanas, primos y primas, y todo el que tenga una lejana relaci¨®n. Se llama vendetta trasversale: si no puedes matar al objetivo, matas a alguien que tenga relaci¨®n con ¨¦l, cualquiera vale. En N¨¢poles se lleg¨® a ejecutar a tiros a ni?os de 14 a?os en plena calle: el chaval Giovanni Giargulo, en 1998. Los Corleoneses secuestraron en Sicilia a un ni?o de 12 a?os, Giuseppe Di Matteo, hijo de un arrepentido, y lo estrangularon tras un cautiverio atroz de m¨¢s de dos a?os.
En la segunda guerra de la mafia, los corleoneses se especializaron en disolver a las v¨ªctimas en ¨¢cido.
Estos miles de muertos pueden parecer una cifra exagerada, pero basta repasar el balance de los principales conflictos. La segunda guerra de la Mafia en Sicilia, a principios de los ochenta, se sald¨® con unos 1.700 asesinatos. En N¨¢poles, el escritor Roberto Saviano ha contabilizado cerca de 3.600 muertos de 1979 a 2005, periodo que se abre y se cierra con dos feroces enfrentamientos a gran escala de dos facciones. La primera guerra de ¡¯Ndrangheta, de 1974 a 1977, dej¨® 233 muertos. La segunda, entre 1985 y 1991, cerca de 700. Es decir, el sur de Italia ha sido un escenario intermitente de guerra, sin que oficialmente hubiera ninguna.
Se puede pensar que mientras se maten entre ellos no hay problema, pero es un error. Las calles se convierten en campo de batalla y esto ha sido especialmente ca¨®tico en el caso de N¨¢poles. En una especie de guerra de guerrillas, con tiroteos a lo loco en medio de la gente, muchas veces le pilla a alguien que pasa por all¨ª. N¨¢poles tiene un n¨²mero siniestramente alto de gente muerta de un tiro por casualidad. A veces, ni?os. En los ¨²ltimos 25 a?os se cuentan al menos 36 menores muertos por balas perdidas o por estar all¨ª. Gioacchino Costanzo, de a?o y medio, que iba en brazos de un camorrista, fue el muerto n¨²mero 186 de la Camorra de aquel a?o, 1995. Era el nieto de la pareja de este delincuente, que sol¨ªa pasearse con ¨¦l. Es posible que lo usara precisamente como escudo, pensando que as¨ª no le disparar¨ªan. Le frieron a tiros igual.
Hubo otro caso espantoso en Sicilia en 1985, el d¨ªa que Cosa Nostra intent¨® asesinar al juez Carlo Palermo con un coche bomba al paso de su veh¨ªculo. En ese momento le adelant¨® otro, que qued¨® entre el suyo y el autom¨®vil mortal. Al asesino le dio igual. Apret¨® el bot¨®n y aquel turismo y sus ocupantes saltaron en pedazos. El juez se salv¨®. En el otro coche iba una mujer de 30 a?os que llevaba al colegio a sus hijos gemelos de 6 a?os. Nunca se ha conocido a los culpables.
Tambi¨¦n hay un sinf¨ªn de casos en el limbo, porque no hay cad¨¢ver.
Hay much¨ªsimos muertos por errores, porque conduc¨ªan el mismo modelo de coche que quien quer¨ªan asesinar, o por un apellido igual, o por el parecido f¨ªsico. Tambi¨¦n hay un sinf¨ªn de casos en el limbo, porque no hay cad¨¢ver. Es la lupara bianca, expresi¨®n que viene de la escopeta siciliana, la lupara, y que se aplica cuando se mata sin dejar rastro. En la segunda guerra de la Mafia, dado el enorme n¨²mero de v¨ªctimas, los Corleoneses se especializaron en disolverlas en ¨¢cido. Ten¨ªan incluso una nave donde de forma casi industrial llevaban gente, la mataban y la hac¨ªan desaparecer en bidones.
El m¨¦todo de toda la vida era arrojar los cuerpos a una de las simas de las monta?as de Sicilia, como las que rodean Corleone. Muy cerca, en Roccamena, acaban de encontrar una con 12 cuerpos, de 10 hombres y 2 ni?os, de 12 y 14 a?os. Los forenses creen que murieron entre los a?os sesenta y ochenta. M¨¢s de 20 personas se han presentado a los Carabinieri para ver si son familiares suyos, entre ellos algunos hijos de mafiosos. En estos mismos d¨ªas tambi¨¦n se ha localizado otro cementerio de la Mafia un tanto particular: en 1999 enterraron un coche entero, un Fiat Uno, con los cad¨¢veres de dos mafiosos dentro. Ante la duda de qu¨¦ hacer con el veh¨ªculo, sepultaron todo junto con una excavadora. Para ejecutarlos emplearon otro truco cl¨¢sico: una cita trampa. Quedan para comer y all¨ª los matan. Hay dos escuelas, en los aperitivos o para los postres. Generalmente los estrangulan por la espalda, incluso en grupos. Se habla de banquetes con una docena de muertos, como el de 1982 en el que cayeron el capo Rosario Riccobono y todos sus hombres. En otra comilona mortal de 2006, al boss Lino Spatola le enterraron con lo que hab¨ªa llevado a la cena. Pas¨® a la eternidad con un conejo y una botella de champ¨¢n.
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