Hallada la evidencia de vida m¨¢s antigua que se conoce

El origen de la vida no es el problema m¨¢s acuciante de la investigaci¨®n biol¨®gica, pero s¨ª el m¨¢s profundo, y tal vez el m¨¢s filos¨®fico. Algunos cient¨ªficos lo abordan intentando reproducirlo en el laboratorio, y otros explorando las rocas m¨¢s antiguas del planeta en busca de sus evidencias m¨¢s remotas. Esta segunda l¨ªnea de indagaci¨®n acaba de hacer un descubrimiento deslumbrante. Y de batir un r¨¦cord hist¨®rico.

Un equipo internacional de ge¨®logos, paleont¨®logos y nanotecn¨®logos han hallado unas estructuras tubulares y filamentosas que, seg¨²n interpretan, representan bacterias f¨®siles. Y las han hallado en unas rocas canadienses (el cintur¨®n Nuvvuagittuq) que provienen de fumarolas hidrotermales del fondo oce¨¢nico de hace 3.770-4.280 millones de a?os. La Tierra tiene 4.500 millones de a?os, de modo que estos microf¨®siles representan las evidencias de vida m¨¢s antiguas de las que hay constancia hasta ahora. Y ya no queda mucho margen para seguir viajando hacia el pasado.

Los microf¨®siles m¨¢s antiguos confirmados hasta ahora tienen 3.500 millones de a?os. Eso es 1.000 millones de a?os despu¨¦s del origen de la Tierra, pero los primeros cientos de millones de a?os del planeta fueron un verdadero infierno geol¨®gico. En el Sistema Solar reci¨¦n formado, el diluvio permanente de meteoritos, cometas y otros objetos celestes a¨²n mayores ¨Ccomo el que nos arranc¨® la Luna de un solo y brutal impacto¡ª generaron unas condiciones no ya incompatibles con la vida, sino incluso con los procesos qu¨ªmicos que la precedieron.

¡°Nuestros descubrimientos demuestran que la vida se desarroll¨® en la Tierra en un tiempo en que tanto la Tierra como Marte ten¨ªan agua l¨ªquida en la superficie, lo que plantea una cuesti¨®n emocionante sobre la vida extraterrestre

El nuevo hallazgo, que se remonta a 3.770-4.280 millones de a?os atr¨¢s, solapa ya con aquella ¨¦poca infernal. Si los microf¨®siles canadienses representan vida bacteriana, debe tratarse de algo muy parecido a las primeras formas de vida en la Tierra. Y ya eran bastante variadas en aquella ¨¦poca primigenia. Matthew Dodd, del University College de Londres, y sus colegas de Leeds (Reino Unido), Ottawa (Canad¨¢), Crawley (Australia) y los servicios de inspecci¨®n geol¨®gica de Noruega y Estados Unidos presentan su investigaci¨®n en el art¨ªculo principal de Nature.

El cintur¨®n de Nuvvuagittuq, en Quebec, contiene algunas de las rocas sedimentarias (originadas por la acumulaci¨®n de sedimentos en el fondo del mar) m¨¢s antiguas que conoce la geolog¨ªa. En sus or¨ªgenes, estas rocas eran parte de una fumarola hidrotermal (un g¨¦iser submarino) donde abundaban las emanaciones de hierro. En esas cunas ricas en energ¨ªa y minerales, piensan muchos cient¨ªficos, surgieron las primeras formas de vida ¨Clas primeras bacterias¡ª hace alrededor de 4.000 millones de a?os, cuando los meteoritos empezaron a amainar.

¡°Nuestro descubrimiento¡±, dice Dodd, ¡°apoya la idea de que la vida emergi¨® en fumarolas calientes del fondo del mar, poco despu¨¦s de que se formara el planeta. Esta r¨¢pida aparici¨®n de la vida en la Tierra encaja con otras evidencias recientes de t¨²mulos datados en 3.700 millones de a?os atr¨¢s que fueron configurados por microorganismos¡±.

Bandazos geol¨®gicos

La dataci¨®n de los f¨®siles m¨¢s antiguos de la Tierra ha sufrido considerables bandazos en los ¨²ltimos tiempos. Hace 15 a?os, era com¨²n en la literatura cient¨ªfica citar las alfombras bacterianas descubiertas por William Schopf, y datadas en 3.900 millones de a?os. M¨¢s tarde los ge¨®logos las pusieron en cuesti¨®n, pues descubrieron mecanismos abi¨®ticos (independientes de la vida) capaces de generar esas arquitecturas. Desde entonces, los f¨®siles bacterianos m¨¢s antiguos, y aceptados por todos los paleont¨®logos, se han datado en 3.500 millones de a?os.

Los primeros cientos de millones de a?os del planeta fueron un verdadero infierno geol¨®gico

El nuevo hallazgo vuelve a retrasar la fecha, incluso m¨¢s que en los c¨¢lculos de Schopf. Dodd y sus colegas han dedicado lo mejor de su trabajo a argumentar, con datos y sistemas de an¨¢lisis de vanguardia, que sus tubos y filamentos canadienses son producto de procesos bi¨®ticos (asociados a la vida), y que son muy similares a otras estructuras mucho m¨¢s modernas que se aceptan sin discusi¨®n como biol¨®gicas. Algunas son f¨®siles, y otras siguen vivas en las fumarolas oce¨¢nicas actuales.

¡°Nuestros descubrimientos¡±, dice Dodd, ¡°demuestran que la vida se desarroll¨® en la Tierra en un tiempo en que tanto la Tierra como Marte ten¨ªan agua l¨ªquida en la superficie, lo que plantea una cuesti¨®n emocionante sobre la vida extraterrestre. Nuestra predicci¨®n, por tanto, es que se hallar¨¢n evidencias de vida en Marte de hace 4.000 millones de a?os. De lo contrario, la Tierra ser¨¢ una excepci¨®n muy especial¡±.