La triste historia de ¡®Topsy¡¯, la elefanta de circo electrocutada en Nueva York por Edison, el inventor de la bombilla (y de la silla el¨¦ctrica)

Entre los monumentos m¨¢s raros de Nueva York se encuentra el Topsy Memorial del Museo de Coney Island. Se trata de un viejo mutoscopio, un aparato que permit¨ªa ver im¨¢genes en movimiento, que sol¨ªan ser er¨®ticas, introduciendo unas monedas. El del Museo de Coney Island muestra la muerte por electrocuci¨®n en 1903 de Topsy, una elefanta de circo que hab¨ªa matado a los due?os que la maltrataban. Los despachurr¨®, literalmente. Fue condenada a morir en la silla el¨¦ctrica.

El encargado de la ejecuci¨®n ¨Dyo prefiero llamarlo verdugo¨D fue Thomas Alva Edison, el primero en patentar la bombilla de filamento, que tambi¨¦n se encarg¨® de filmar en blanco y negro la haza?a. Todo por un qu¨ªtame all¨¢ esos vatios: Edison, que adem¨¢s de genio era un pel¨ªn codicioso, estaba que echaba chispas porque el sistema de transmisi¨®n de electricidad que ¨¦l hab¨ªa patentado, la corriente continua, perd¨ªa terreno frente a la corriente alterna, inventada por el croata de origen serbio Nikola Tesla y mucho m¨¢s eficiente a la hora de distribuirla por los hogares (de hecho, es el sistema que usamos actualmente). Para desprestigiar a su rival, Edison encarg¨® a uno de sus empleados, un tal Harold P. Brown, investigar un sistema de ejecuci¨®n mediante corriente alterna: la silla el¨¦ctrica, y logr¨® convencer a las autoridades penitenciarias de que adoptasen el nuevo sistema, mucho m¨¢s moderno que la horca, d¨®nde va a parar. Todos los reos que han muerto en ella chisporroteaban de agradecimiento.

El circo de los horrores

Siguiendo con las met¨¢foras el¨¦ctricas: a los elefantes, unos seres tan grandes como complejos, a veces se les cruzan los cables, sobre todo en situaciones de abuso o estr¨¦s. Adem¨¢s de Topsy, los casos hist¨®ricos de elefantes locos son abundantes. En 1916, Big Mary, una elefanta asi¨¢tica (Elephas maximus) de cinco toneladas del circo Sparks, mat¨® rabiosa a Walter Eldridge, su entrenador, durante un espect¨¢culo c¨®mico en el que elefantes disfrazados de jugadores simulaban un partido de beisbol (?no os recuerda el espect¨¢culo de los payasos de Dumbo?); Mary, que era la bateadora del equipo, fue condenada a morir ahorcada colgada de una gr¨²a. Alrededor de dos mil quinientas personas, muchas de ellas ni?os peque?os acudieron a ver la ejecuci¨®n, en la que se vendieron chuches y refrescos. Chunee, otro elefante asi¨¢tico que enloqueci¨® por un dolor de muelas, mat¨® en 1926 a varias personas durante un desfile por las calles del centro Londres. Para abatirlo fueron necesarios 152 disparos de mosquete.