?De verdad la comida nos sienta cada vez peor?
La incidencia de las alergias alimentarias est¨¢ creciendo r¨¢pidamente, con gran prevalencia en las sociedades occidentales. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
De un tiempo a esta parte, los t¨¦rminos alergia e intolerancia atribuidos a los alimentos se han instalado en nuestras vidas con total normalidad. Y la industria alimentaria ha entrado en tromba en los supermercados ofreciendo soluciones. Solo en EE UU se vendieron, en 2015, productos libres de gluten por valor de 47.000 millones de euros, casi el doble que cuatro a?os antes. Y un 30% de su poblaci¨®n come gluten free cuando solo entre un 0,5% y un 1% lo necesita. Por otro lado, es verdad que las reacciones a determinadas comidas aumentan a buen ritmo (las alergias, las de verdad, tienen un fuerte componente hereditario y una reciente evidencia apunta a la obesidad como nuevo desencadenante).?
Los productos destinados a personas con determinadas alergias o intolerancias alimentarias, que publicitan de forma llamativa precisamente lo que no contienen, copan las estanter¨ªas de muchos supermercados. Alimentos sin gluten, o aptos para cel¨ªacos, leche sin lactosa, cereales sin trigo, bebidas sustitutivas de la leche¡ En algunos, la lista de los componentes ausentes es casi m¨¢s larga que los presentes. Un ejemplo real: ¡°Nata l¨ªquida para montar, sin lactosa, sin fructosa, sin huevo, sin soja, sin trigo, sin gluten y sin frutos secos¡±. Sin duda, en los ¨²ltimos a?os la oferta ha ido in crescendo, lo que ha generado que ya existan cadenas concentradas en vender unos art¨ªculos, antes considerados nicho, para todos los p¨²blicos.
?Qu¨¦ est¨¢ sucediendo? ?Cada vez somos m¨¢s al¨¦rgicos (o intolerantes) a ciertos alimentos? Seg¨²n el grupo de investigaci¨®n BIOPEP (Bioactividad y Alergenicidad de Prote¨ªnas y P¨¦ptidos Alimentarios), del Instituto de Investigaci¨®n en Ciencias de la Salud del CSIC, especializado en esta dolencia desde 1985, ¡°la incidencia de las alergias alimentarias est¨¢ creciendo r¨¢pidamente, con gran prevalencia en las sociedades occidentales y una amplia variedad de s¨ªntomas implicados. En Europa, entre un 1% y un 4% de adultos est¨¢ diagnosticado as¨ª, y entre el 6% y el 8% de ni?os menores de tres a?os¡±, afirma Rosina L¨®pez-Fandi?o, al frente de este grupo. M¨¢s datos: en EE UU esa prevalencia en menores de 18 a?os ha aumentado en un 18%, y la alergia al cacahuete se ha triplicado (del 0,4% a 1,4 %) entre 1997 y 2008. Tambi¨¦n las anafilaxias, esas reacciones al¨¦rgicas graves que pueden suponer un riesgo de muerte, van a m¨¢s en todo el mundo, seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola de Personas con Alergia a Alimentos y L¨¢tex (AEPNAA), en especial entre ni?os y j¨®venes. ¡°Los ingresos por reacciones graves se han multiplicado por 7 en los ¨²ltimos 10 a?os¡±, apunta la entidad.
Las alergias aumentan por Mendel y la dieta
Vayamos por pasos. ?Qu¨¦ son las alergias y las intolerancias y en qu¨¦ se diferencian? ¡°Son dos reacciones adversas muy distintas¡±, indica L¨®pez-Fandi?o. ¡°Los alimentos pueden producirlas desencadenando una variedad de s¨ªntomas que en ocasiones pueden ser severos. Mientras que muchas reacciones a los alimentos tienen un origen toxicol¨®gico, por lo que tendr¨ªan efecto en cualquier persona, otras dependen de la susceptibilidad individual. Si esa hipersensibilidad est¨¢ mediada por un mecanismo inmunol¨®gico se denomina alergia, y si no, intolerancia¡±. Es muy distinto ser al¨¦rgico a la leche, en cuyo caso se experimenta una respuesta inmune frente a alguna o varias de las prote¨ªnas que contiene, que ser intolerante a la lactosa, que no se debe a ning¨²n mecanismo inmunol¨®gico, sino a una deficiencia de la lactasa, la enzima encargada de la digesti¨®n de este az¨²car, matiza la experta.
Para explicar ese boom de las reacciones adversas ante los alimentos hay que echar mano de un c¨®ctel de causas combinadas. Sin duda, el componente gen¨¦tico es fundamental en las alergias, adelanta la investigadora. Si los padres o hermanos son al¨¦rgicos al cacahuete un ni?o tendr¨¢ siete veces m¨¢s riesgo de serlo. ¡°Pero ese aumento en la prevalencia sugiere una importante contribuci¨®n de factores medioambientales relacionados con la dieta y la microbiota intestinal¡±, a?ade. ¡°Por otro lado, cada vez m¨¢s estudios relacionan la obesidad, considerada un estado inflamatorio cr¨®nico que afecta a todo el organismo, con un mayor riesgo de afecciones al¨¦rgicas. M¨¢s a¨²n: las dietas ricas en grasa provocan cambios en la mucosa intestinal y en la permeabilidad de las c¨¦lulas epiteliales, lo que favorece la aparici¨®n de nuevas alergias¡±.
Las razones de que el aumento sea mucho m¨¢s significativo en las sociedades m¨¢s desarrolladas tambi¨¦n son m¨²ltiples: adem¨¢s de que es donde m¨¢s estudios se realizan, tambi¨¦n sus ciudadanos ingieren mayor cantidad de alimentos procesados y ricos en grasas, y menores dosis de vitamina D cuya carencia es un posible detonante de alergias. Y, ojo, tambi¨¦n es donde los humanos se someten a una higiene tan excesiva que puede debilitar el sistema inmune. Como lo oyen: se estima que una mayor exposici¨®n a agentes infecciosos y par¨¢sitos durante la infancia, como les sucede a los ni?os de pa¨ªses en v¨ªas desarrollo, los hace m¨¢s resistentes a las alergias que los que cumplen con los estrictos h¨¢bitos de limpieza asociados al estilo de vida occidental.
Hay estudios que indican que la nutrici¨®n durante la gestaci¨®n y la infancia tambi¨¦n puede jugar un papel importante, en especial durante el primer a?o de vida, un asunto que, afirma L¨®pez-Fandi?o, es muy controvertido: ¡°La creciente evidencia de que la sensibilizaci¨®n ante un determinado alimento puede generarse por v¨ªas diferentes a la gastrointestinal e, incluso, de que una exposici¨®n temprana a los al¨¦rgenos frecuentes por v¨ªa oral induce a una tolerancia m¨¢s que a una sensibilizaci¨®n, est¨¢ poniendo seriamente en cuesti¨®n las pautas actuales de introducci¨®n de alimentos durante el primer a?o de vida¡±. En pa¨ªses donde se consume habitualmente cacahuete, pero se evita dar a ni?os peque?os, como en EE UU, Reino Unido o Australia, la incidencia de la alergia a este fruto seco es mayor que en pa¨ªses en los que el consumo y la exposici¨®n tambi¨¦n son altos, pero donde no se restringe su ingesta, como sucede en ?frica o el sudeste asi¨¢tico. ¡°La hip¨®tesis de que puede existir una ventana inmunol¨®gica, un periodo entre los primeros seis meses de vida durante el cual el organismo estar¨ªa predispuesto a la tolerancia, coge cada vez m¨¢s fuerza¡±, explica esta experta, que menciona varias investigaciones en marcha que dar¨¢n resultados en los pr¨®ximos a?os.
Esto es lo que pasa cuando sufre un ataque de alergia alimentaria
Si padece una alergia de origen no t¨®xico (es decir, que damos por sentado que no le ha dado por comer una seta venenosa ni un huevo podrido) es que sufre una susceptibilidad individual a un determinado alimento. En ese caso, lo que le sucede a su organismo es que, de forma equivocada, cataloga una sustancia como extra?a, algo as¨ª como un enemigo potencial al que contraataca ordenando de forma inmediata a las c¨¦lulas plasm¨¢ticas que produzcan anticuerpos IgE para combatir ese al¨¦rgeno. Una vez producidos esos anticuerpos, estos se unen a dos tipos de c¨¦lulas distintas (mastocitos y bas¨®filos) que albergan gr¨¢nulos de histamina, una sustancia que se desplaza por el cuerpo para combatir al invasor. ¡°Pero es una respuesta patol¨®gica, no fisiol¨®gica, una lucha contra una sustancia inocua que desencadena la mayor¨ªa de s¨ªntomas al¨¦rgicos, como la hinchaz¨®n, la urticaria, dificultades respiratorias, etc¨¦tera¡±, explica la alerg¨®loga Dolores Paloma Ib¨¢?ez Sand¨ªn, jefe de secci¨®n del Hospital Infantil Universitario Ni?o Jes¨²s de Madrid.
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