60 pa¨ªses tienen ya mosquitos de la malaria resistentes a insecticidas
Unitaid, IS Global y la OMS se re¨²nen en Madrid para impulsar la lucha contra la enfermedad
La lucha contra la malaria es una carrera de fondo con varios frentes abiertos. Pese a todos los avances, la enfermedad causa 400.000 muertes al a?o y afecta a m¨¢s de 200 millones de personas, ha recordado esta ma?ana en Madrid Pedro Alonso, director del programa de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) de lucha contra la infecci¨®n en un encuentro con Unitaid, la Fundaci¨®n Ram¨®n Areces e IS Global destinado a impulsar estrategias contra esta epidemia que afecta a ?frica, Latinoam¨¦rica y Asia. Y eso que ha habido avances: una reducci¨®n desde 2001 del 60% de las muertes y el 40% de los episodios cl¨ªnicos, ha dicho Alonso, lo que supone que se han evitado seis millones de muertes.?
La malaria es la m¨¢s frecuente de las denominadas enfermedades transmitidas por vectores; es decir, aquellas causadas por un par¨¢sito (plasmodio en este caso, gusanos o virus en otros) que son transportados por un artr¨®podo (mosquitos an¨®feles si se habla de malaria), ha explicado Antoni Plas¨¨ncia, director de IS Global. Eso abre numerosas oportunidades de acci¨®n, tanto sobre el insecto como sobre el par¨¢sito, y ambas deben abordarse simult¨¢neamente, ha a?adido Alonso, quien ha resaltado que el 70% de los avances que ha expuesto se deben a ¨¦xitos en la lucha contra el mosquito: rociar las viviendas con insecticidas y el uso de mosquiteras impregnadas en productos qu¨ªmicos que act¨²an contra el an¨®feles. Por eso el hecho de que en 60 de los 90 pa¨ªses que tienen malaria hayan aparecido animales con resistencia a los insecticidas es una muy mala noticia.
Que erradicar la enfermedad no es f¨¢cil se demostr¨® hace ya 60 a?os. En 1955 se intent¨® por primera vez; se cre¨ªa que ya se ten¨ªan las herramientas necesarias, y fue un fracaso, ha recordado Alonso. Pero, junto al riesgo de las resistencias, tambi¨¦n hay oportunidades futuras. "Hay nuevas rutas", ha dicho Alonso, como las tecnolog¨ªas de edici¨®n de genes que pueden llevar a obtener mosquitos que no transmitan el par¨¢sito o que no se reproduzcan, los programas de esterilizaci¨®n de animales o infectarlos con bacterias wolbachias, expuso.
Y hay m¨¢s. Plas¨¨ncia ha expuesto que en Mozambique IS Global est¨¢ ensayando dar un tratamiento preventivo a las embarazadas para evitar que los ni?os, que son la mayor¨ªa de los fallecidos por la enfermedad, la cojan en los primeros meses de vida.
Leilo M¨¢rmora, director ejecutivo de Unitaid, una agencia de la ONU que tiene 10 a?os de vida y que se dedica a incentivar que los inventos que se idean sobre temas de salud global se pongan en marcha ha ejemplificado as¨ª este asunto: "Si le pregunto a los ministros de Sanidad de Nigeria y Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, que concentran el 40% de los casos de malaria, qu¨¦ es lo que necesitan, los dos me dir¨¢n al un¨ªsono que su problema son los 200.000 o 300.000 ni?os que mueren por malaria cada a?o".? Ah¨ª entra la agencia en juego: busca qui¨¦n puede tener un producto para la malaria infantil, y les ayuda a desarrollarlo y llevarlo sobre el terreno.
Pero la malaria es solo la avanzadilla en esta lucha. La expansi¨®n del zika a Am¨¦rica del Sur el a?o pasado es otro ejemplo del riesgo de las enfermedades transmitidas por vectores. Por eso, Alonso ha anunciado que la OMS va a aprobar una estrategia general para estas patolog¨ªas, m¨¢s all¨¢ de la preponderante malaria. Es l¨®gico ya que varios de los enfoques, como la edici¨®n gen¨¦tica o la suelta de animales est¨¦riles tambi¨¦n se est¨¢n ensayando en toros mosquitos, como los aedes que transmiten el dengue y el chikungu?a.
Un problema tambi¨¦n del Norte
La lucha contra la malaria (y las enfermedades transmitidas por vectores en general) no puede considerarse exclusiva de pa¨ªses del Sur. Plas¨¨ncia se?al¨® que hay un "riesgo significativo y creciente" en el Norte, y ha apuntado a varias causas. "La primera, que los mosquitos no saben de fronteras". "Ya ha habido brotes aislados en Europa de chikungu?a y dengue", que transmiten los mosquitos aedes. Adem¨¢s, con el cambio clim¨¢tico se est¨¢n produciendo cambios en la temperatura y la humedad que favorecen que ya haya mosquito tigre en el norte de Europa, ha dicho. Y la urbanizaci¨®n y los movimientos de poblaci¨®n y mercanc¨ªas facilitan su difusi¨®n.
Esta posible amenaza puede ser un est¨ªmulo para que haya colaboraci¨®n para luchar contra la enfermedad, han admitido los reunidos. Con un a?adido: "Se trata de una ayuda con un gran retorno", ha dicho Pedro Alonso, director del programa de la OMS de lucha contra la malaria. "Los medicamentos que se prueban en el Sur luego podr¨¢n ser usados en el Norte".
Y no solo es cuesti¨®n de mol¨¦culas. Leilo M¨¢rmora, director ejecutivo de Unitaid, ha apuntado que tambi¨¦n hay mucha innovaci¨®n que se transmite Sur-Norte y Sur-Sur, como la administraci¨®n de estrategias. Todo en una lucha que debe ser global.
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