¡°La revoluci¨®n del agua pasa por la tecnolog¨ªa¡±
El presidente de Waterkeeper Alliance, Robert F. Kennedy Jr., conf¨ªa en que las nuevas soluciones, cada vez m¨¢s baratas y eficientes, pronto garantizar¨¢n el acceso universal a este recurso
El t¨ªtulo de h¨¦roe del planeta, tal como le defini¨® la revista Time, solo es una etiqueta para los medios. Para el estadounidense Robert F. Kennedy Jr. (1954) lo realmente importante es que cualquier persona en cualquier lugar pueda disfrutar del derecho al agua limpia. El presidente de Waterkeeper Alliance, una organizaci¨®n no gubernamental que re¨²ne a m¨¢s de 300 entidades en unos 40 pa¨ªses, es consciente de que esto suena un poco ut¨®pico, pero est¨¢ convencido de que la tecnolog¨ªa pueda originar una verdadera revoluci¨®n.
El abogado medioambiental ha trabajado en diferentes temas relacionados con el medioambiente, apoyando a distintas comunidades ind¨ªgenas en Am¨¦rica Latina y en Canad¨¢ en las negociaciones para proteger sus territorios de los abusos de las empresas, entre otras tareas.
El sobrino del expresidente de Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy viaj¨® a Espa?a para firmar este martes un acuerdo pionero en Europa para su organizaci¨®n, mediante el cual se compromete con las autoridades de Ourense a contribuir a la protecci¨®n de uno de los r¨ªos de la provincia gallega.
Pregunta. ?Se necesitan h¨¦roes para salvar el medioambiente?
Respuesta. Lo que se necesita es que el sistema econ¨®mico funcione como debe funcionar. Es decir, que premie al comportamiento correcto, o sea, la eficiencia, y que castigue las malas pr¨¢cticas y el despilfarro. Si alguien contamina, no es por culpa de capitalismo de libre mercado.
P. ?Es el agua el nuevo petr¨®leo?
R. Este recurso ya se ha convertido en causa de guerras y conflictos sociales y creo que esta tendencia se mantendr¨¢. Las guerras en Libia, Ucrania y Siria, por ejemplo, est¨¢n ¨ªntimamente vinculadas con su escasez. Disponer de menos agua se traduce en cosechas menos seguras. El cambio clim¨¢tico exacerba este cuadro, ya que provoca que las precipitaciones sean m¨¢s dif¨ªciles de prever y pone en riesgo la seguridad alimentaria de los campesinos.
P. Esta situaci¨®n no es exclusiva de los pa¨ªses menos desarrollados...
Se necesita un sistema econ¨®mico que premie al comportamiento correcto, o sea la eficiencia, y que castigue las malas pr¨¢cticas y el despilfarro
R. En California, por ejemplo, hay conflictos en relaci¨®n con la gesti¨®n del agua y los estadounidenses han tenido que modificar de manera significativa sus h¨¢bitos. Las luchas que tienen como protagonistas a los pescadores o los campesinos ser¨¢n cada vez m¨¢s intensas. Es un asunto muy serio: sus vidas y sus bienes est¨¢n en peligro. En la regi¨®n occidental de EE UU, que es muy seca, hay un dicho: el whisky es para beber y el agua es para luchar.
P. Un informe publicado esta semana por Amnist¨ªa Internacional ha revelado que cada vez m¨¢s defensores del medioambiente son v¨ªctimas de violencia, especialmente en Am¨¦rica Latina. El 49% de los activistas asesinados el a?o pasado trabajaban sobre tierra, territorio y medio ambiente. ?Por qu¨¦ se les teme?
R. Es una lucha por el control de los recursos. Por un lado est¨¢ la naturaleza y por el otro, individuos poderosos que quieren acaparar esta riqueza y privatizarla. Por definici¨®n, los r¨ªos, los bosques, la fauna¡ son bienes comunes. Es as¨ª desde los tiempos antiguos. Ya lo establec¨ªa el C¨®digo Justiniano. Pero hay empresas que contaminan y que, adem¨¢s, pueden enriquecerse mucho en el proceso. Esto suscita rabia y violencia entre las personas. El ¨¦xito de la lucha que llevamos adelante desde Riverkeeper Hudson [la organizaci¨®n en la cual Kennedy ejerce de abogado en jefe] para devolver el r¨ªo Hudson a los lugare?os y llevar a juicio a los que contaminaban nos empuj¨® a crear la alianza. Ahora contamos con 320 miembros en 38 pa¨ªses. Muchos de nosotros corren peligro. Hay una fatua en contra de nuestro colaborador en Bangladesh. Circulan muchas im¨¢genes de su cabeza cortada en la red. En EE UU, los defensores del agua son continuamente v¨ªctimas de ataques.
P. Pa¨ªses como India o Nueva Zelanda reconocen a los r¨ªos el mismo estatus legal que a las personas. ?Qu¨¦ implica esta decisi¨®n?
R. Como abogado, me parece muy interesante. Suena como una poes¨ªa, pero es dif¨ªcil entender c¨®mo hacerla cumplir. Desde un punto de vista te¨®rico, no encaja bien en las concepciones que tenemos en occidente de los sistemas legales.
P. Aunque en las ¨²ltimas d¨¦cadas se ha incrementado de manera notable el n¨²mero de personas que tienen acceso a agua limpia y potable, a¨²n existe una marcada desigualdad. Uno de cada cuatro ni?os en el mundo estar¨¢ viviendo en zonas con un acceso a este recurso extremadamente limitado como consecuencia del cambio clim¨¢tico, seg¨²n las previsiones de Naciones Unidas. ?A¨²n estamos a tiempo para revertir esta tendencia?
R. Una buena parte de los problemas de escasez de agua est¨¢ vinculado con el cambio clim¨¢tico. No obstante, el actual presidente de EE UU, Donald Trump, sostiene que el calentamiento global es un enga?o. No creo que pueda pensar realmente que no sea cierto. Generar un debate sobre este fen¨®meno es crucial para reaccionar.
Si se proh¨ªbe el agua embotellada, los ni?os acabar¨¢n bebiendo refrescos azucarados
P. Usted dijo en las redes sociales que su pa¨ªs se encuentra en una encrucijada y que 33 a?os de su trabajo han sido desmantelados en tan solo unos d¨ªas. ?C¨®mo piensa contraatacar?
R. Nos protegeremos por las v¨ªas legales. Los votantes de Trump le siguen apoyando en todo lo que hace, pero el resto de estadounidenses est¨¢n horrorizados.
P. Usted particip¨® de manera activa en la lucha para la defensa del agua potable en la ciudad de Nueva York, un caso que a menudo se cita como uno de los mejores ejemplos de pago por servicios ambientales. ?Cree que se ha generado conciencia de que, pese a que el acceso al agua sea un derecho, hay que pagar por ello?
R. Los neoyorquinos son conscientes de que hay que pagar por los servicios que reciben. La pregunta es si se est¨¢ pagando por su valor real.
P. La mayor¨ªa de agua embotellada en EE UU proviene de zonas ¨¢ridas. Al mismo tiempo, uno de cada cuatro sistemas de agua del grifo no es seguro para la salud. ?C¨®mo se sale de esta situaci¨®n?
R. Es un tema peliagudo. Queremos evitar el uso del pl¨¢stico, pero en muchas de las zonas en las que trabajamos es peligroso beber del grifo. Si se proh¨ªbe el agua embotellada, los ni?os acabar¨¢n bebiendo refrescos azucarados, con todas las consecuencias negativas que esto acarrea para su salud. La soluci¨®n consiste en limpiar las reservas p¨²blicas, pero esto no ocurrir¨¢ de la noche a la ma?ana y mientras habr¨¢ que seguir consumiendo agua embotellada. La revoluci¨®n pasar¨¢ por la tecnolog¨ªa verde.
Estoy muy preocupado por el planeta que dejar¨¦ en herencia a mis hijos: menos especies animales, suelo ¨¢rido¡ Y esto se traduce en empobrecimiento para ellos. Pero hay algo que me hace ser optimista: el potencial de la tecnolog¨ªa. Las nuevas soluciones son cada vez m¨¢s baratas y, al mismo tiempo, m¨¢s eficientes. Si conseguimos que los avances sean lo suficientemente asequibles, todos podr¨¢n disfrutar de su derecho a agua limpia en cualquier lugar del mundo.
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