Si su pareja le llama por otro nombre, es que le quiere
La neurociencia dice que son simples confusiones del cerebro entre la gente que le resulta m¨¢s importante. Claro que si todav¨ªa guarda ah¨ª a su ex...
?Qui¨¦n no se ha visto intentando encajar (con elegancia) c¨®mo su jefe le llamaba por el nombre de su antecesor? ?O a su pareja llam¨¢ndole por el nombre de su ex? Aunque ocurran con frecuencia, escenas como estas no dejan de ser violentas... e inc¨®modas. Y es que no es extra?o que en una reuni¨®n familiar llamemos a nuestro t¨ªo con el nombre del abuelo, o que bauticemos de nuevo al sobrino de 19 a?os. Parte de su explicaci¨®n reside en una simple cuesti¨®n de probabilidades, "ya que los nombres de los seres queridos son los que usamos con m¨¢s frecuencia", apunta Juan Mois¨¦s de la Serna, doctor en Psicolog¨ªa y especialista en Neurociencias y Biolog¨ªa del Comportamiento, quien asegura que "el cerebro est¨¢ continuamente equivoc¨¢ndose al seleccionar la informaci¨®n o al recuperar unas huellas de memoria y no otras. Lo que ocurre es que suele pasar desapercibido".
En este sentido, David Rubin, profesor de Psicolog¨ªa y Neurociencias de la Duke University (Durham, EE UU), decidi¨® investigar las razones por las que alguien comete un lapsus linguae. Para ello, realiz¨® una encuesta a 1.700 personas a las que se les pregunt¨® si en alguna ocasi¨®n se hab¨ªan equivocado al referirse a otra persona, y si ellas mismas hab¨ªan sido objeto del desliz. A continuaci¨®n, se les pidi¨® que explicaran la relaci¨®n existente entre los individuos o animales cuyos nombres hab¨ªan intercambiado. Las conclusiones del trabajo, que fueron publicadas en la revista Memory and Cognition, establec¨ªan que el origen del fallo se deb¨ªa al modo en que archivamos la informaci¨®n.
Los investigadores constataron que la confusi¨®n m¨¢s habitual ten¨ªa lugar en el entorno familiar, y en concreto, se detect¨® que eran las madres las que m¨¢s erraban, por encima de los desaciertos de los padres. Sin embargo, lo m¨¢s llamativo de la encuesta fue que, en muchas ocasiones, el nombre que "se colaba" entre los escogidos no era el de un miembro de la familia, sino el de la mascota que conviv¨ªa con ellos. Eso s¨ª, en ning¨²n caso eran gatos, siempre escog¨ªan un perro.
Huellas en la memoria
"Las interacciones madre-hijo son cuantitativamente mayores, y por ello, la posibilidad de errar tambi¨¦n aumenta" (Juan Mois¨¦s de la Serna, psic¨®logo)
?Por qu¨¦ nombres de animales como Toby o Chusky pertenec¨ªan al mismo c¨ªrculo que el de los humanos de la casa? La conclusi¨®n a la que llegaron es que el cerebro guarda los datos en forma de grupos o redes. As¨ª lo explica el neur¨®logo Marcelo Berthier, director de la Unidad de Medicina Cognitiva y Afasia del Centro de Investigaciones M¨¦dico-sanitarias (CIMES) de la Universidad de M¨¢laga y miembro de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa (SEN): "Utilizamos el hemisferio cerebral derecho para reconocer las caras familiares, mientras que empleamos el izquierdo para los nombres propios. As¨ª, cada vez que nombramos a alguien, realizamos un proceso de integraci¨®n entre ambas funciones".
Aunque este ejercicio no entra?e grandes dificultades, reconoce Berthier, es susceptible de que en su ejecuci¨®n se produzcan desajustes, lo cual "es un fen¨®meno muy com¨²n entre sujetos sanos", asevera el experto. "Cuando queremos mencionar a alguien, activamos el nombre de esa persona y tambi¨¦n los nombres 'vecinos', es decir, todos aquellos que est¨¢n relacionados sem¨¢ntica o fonol¨®gicamente entre s¨ª", aclara el neur¨®logo. Y claro, si alguna vez se le escapa el nombre de su ex, puede que todav¨ªa lo tenga m¨¢s presente de lo que piense.
Estos grupos act¨²an como huellas de memoria, las cuales se crean con multitud de est¨ªmulos y van creciendo a medida que aumenta la informaci¨®n del recuerdo almacenado. "Ni las caras ni los nombres, por s¨ª solos, significan nada. Todas esas huellas se conectan entre s¨ª de forma que pueden estar relacionadas fonol¨®gicamente, por categor¨ªas o por significado", argumenta De la Serna.
Todos en el mismo saco
El sistema de almacenaje por carpetas facilita el posterior acceso a la informaci¨®n, ya que la mente siempre trata de optimizar recursos. Una de las formas que tiene para hacerlo "es establecer categor¨ªas seg¨²n la relevancia emocional, la utilidad o la proximidad", se?ala el psic¨®logo. Y a?ade: "Cuanto m¨¢s fuerte sea la huella, es decir, cuanta m¨¢s informaci¨®n contenga, m¨¢s f¨¢cil ser¨¢ recuperarla".
"Utilizamos el hemisferio derecho para reconocer caras familiares, mientras que empleamos el izquierdo para los nombres propios"
(Marcelo Berthier, neur¨®logo)
As¨ª describe Berthier este proceso: "Cuando una madre quiere llamar a sus hijos, su cerebro activa el nombre de todos ellos, incluso el de su mascota". Ahora bien, ?qu¨¦ es lo que determinar¨¢ el orden en el que van a ir saliendo de su boca? "El nombre que recibe mayor activaci¨®n cerebral ser¨¢ el primero que pronuncie", asegura el experto, que recuerda que cuando vamos a nombrar a un ser querido, "no solo recurrimos a la red sem¨¢ntica o fonol¨®gica que los relaciona, ya que en estos casos tambi¨¦n entran en juego las emociones ubicadas en la am¨ªgdala, una estructura localizada en el l¨®bulo temporal del cerebro".
En esta recaptaci¨®n de datos tambi¨¦n influye la frecuencia con la que empleamos "la huella" que buscamos. Esto significa que una de las razones por las que el estudio afirma que las madres equivocan el nombre de sus hijos m¨¢s a menudo que los padres es porque, en general, "las interacciones madre-hijo son cuantitativamente mucho mayores y por ello la posibilidad de errar tambi¨¦n aumenta", sostiene De la Serna, y a?ade que "cuando se equivoca un amigo o un desconocido, no prestamos mucha atenci¨®n, pero cuando es nuestra madre, nos sorprende e incluso nos puede llegar a molestar".
Sin mala intenci¨®n
El misnaming (confusi¨®n de nombres) no supone una falta de educaci¨®n o tacto, y De la Serna lo justifica con estas dos razones: "En primer lugar, puede deberse a un problema en el momento de archivar el dato. Esto sucede cuando nos presentan a alguien y no prestamos la suficiente atenci¨®n. M¨¢s adelante, a duras penas recordamos por qu¨¦ letra comienza su nombre. Y por otro lado, tambi¨¦n puede deberse a una interferencia que interrumpe la recuperaci¨®n de la informaci¨®n, lo cual es un fen¨®meno relativamente normal, sobre todo cuando nos sentimos presionados".
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