El ¨²nico espa?ol ganador de los ¡®oscar¡¯ del software
Juan Gonz¨¢lez es pionero en el uso y difusi¨®n de impresoras 3D desmontables y creador del primer robot educativo imprimible
A Juan Gonz¨¢lez (Madrid, 1973), el ¨²nico espa?ol ganador del O¡¯Reilly Open Source Award -el premio de c¨®digo abierto m¨¢s importante del mundo creado en 2005 en Estados Unidos- no le interesa que le fiche ninguna gran tecnol¨®gica de Silicon Valley. Hace unos meses cambi¨® su trabajo como jefe de innovaci¨®n de BQ, la firma espa?ola m¨¢s importante de tel¨¦fonos m¨®viles, por el de profesor en un taller para j¨®venes en riesgo de exclusi¨®n social. Son las once de la ma?ana y en una planta baja muy humilde del barrio de San Blas suena reggaeton mientras Gonz¨¢lez conversa con cinco chavales sobre una de las m¨¢quinas que hay en la sala: la cortadora l¨¢ser. ¡°Mi obsesi¨®n es que la gente entienda la tecnolog¨ªa, no importa la edad ni la condici¨®n social¡±, cuenta minutos despu¨¦s.
Gonz¨¢lez, doctor en Telecomunicaciones y Rob¨®tica por la Universidad Aut¨®noma de Madrid, encaja perfectamente en el clich¨¦ de, como ¨¦l mismo reconoce, friki. Apasionado del c¨®digo y de La Guerra de las Galaxias. Por eso sus compa?eros de la mili le pusieron el mote de Obijuan, en alusi¨®n al maestro Jedi de Darth Vader y Luke Skywalker. Al teclearlo en Google, el primer resultado es la Obijuan Academy, una web donde sube tutoriales pr¨¢cticos para ense?ar, por ejemplo, a fabricar impresoras 3D. De nuevo, su obsesi¨®n por expandir el uso de la tecnolog¨ªa.
?Qu¨¦ diferencia a Obijuan de los cientos de defensores del c¨®digo abierto que comparten el conocimiento de forma gratuita en internet? ?l fue el primer espa?ol que se hizo con una impresora 3D para montar en casa, conocida como impresora 3D libre. Era el a?o 2009 y pag¨® 700 euros por ella. ¡°Lo propuse en la Carlos III, donde daba clases en ese momento, y no lo ve¨ªan. No sab¨ªan lo que era¡±. Gonz¨¢lez fue un visionario: la suya fue la octava impresora 3D desmontable del mundo fabricada por la empresa estadounidense Makerbot.
Dos a?os despu¨¦s, Obijuan dio un paso m¨¢s. Fund¨® en Espa?a la comunidad online Clone Wars, que hoy tiene m¨¢s de 5.000 miembros, para dar a conocer y difundir el uso de las impresoras 3D capaces de replicarse a s¨ª mismas. O lo que es lo mismo; impresoras que fabrican piezas para construir otras impresoras. La inspiraci¨®n le vino de Adrian Bowyer, profesor de la Universidad de Bath (Reino Unido) que en 2004 cre¨® la comunidad mundial RepRap, dedicada precisamente a eso. Gonz¨¢lez cree que esa revoluci¨®n es el principal motivo por el que hace dos semanas le concedieron en Austin, junto a otras cuatro personas, el O¡¯Reilly Open Source Award, un premio creado en 2005 por Google y por Tim O¡¯Reilly -autor del concepto Web 2.0 y uno de los m¨¢ximos impulsores del c¨®digo abierto-.
Gonz¨¢lez predice que con las impresoras 3D suceder¨¢ lo mismo que con los ordenadores: todo el mundo tendr¨¢ una en casa. ¡°Ya se pueden encontrar en el mercado impresoras desmontables por 150 euros. El objetivo no es fabricar objetos, sino ejercitar la creatividad¡±. Pone como ejemplo a su hija Alicia, de siete a?os. ¡°Ya no me pide que la lleve de tiendas a comprar una pulsera, sino que ella dibuja lo que quiere y lo fabricamos en la impresora¡±. Para Gonz¨¢lez la revoluci¨®n est¨¢ en no ajustarse a lo que ofrecen los fabricantes, sino crear en casa lo que se quiere. ¡°Encontrar utilidad a las cosas nuevas siempre es dif¨ªcil. Lo mismo sucedi¨® con los ordenadores y hoy los usamos hasta para hablar¡±, explica.
Si de algo se siente orgulloso es de haber creado en la Carlos III un taller de impresi¨®n 3D fuera del programa acad¨¦mico. ¡°Lo creamos en 2011 y se apuntaron estudiantes motivados, no hab¨ªa ex¨¢menes ni cr¨¦ditos¡±. De esas horas en las que exploraban juntos profesor y alumnos salieron grandes perfiles como el de Nieves Cubo, que con 25 a?os dise?¨® la primera m¨¢quina de impresi¨®n 3D de tejidos humanos y que hoy trabaja como investigadora en el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). ¡°Una vez que entiendes el funcionamiento de las impresoras, puedes sustituir el suministro de pl¨¢stico por c¨¦lulas, y as¨ª fabricas piel¡±, comenta Gonz¨¢lez sobre la haza?a de su disc¨ªpula.
El otro hit de la trayectoria de Obijuan son los robots educativos. La primera vez que se qued¨® atrapado por los aut¨®matas fue a los tres a?os con los dibujos animados Mazinger Z. En la carrera dio uno de los primeros talleres que se organizaron en Espa?a de programaci¨®n de robots. Ense?aba a sus compa?eros de Telecomunicaciones c¨®mo hacer robots aut¨®nomos capaces de desplazarse tras exponerlos a una luz o a una l¨ªnea negra. De ah¨ª pas¨® a dise?ar en 2011 el primer robot imprimible del mundo. Lo present¨® en un congreso de rob¨®tica educativa en Alemania. La novedad era que los estudiantes adem¨¢s de aprender programaci¨®n a trav¨¦s de los robots experimentar¨ªan con el dise?o de su estructura, de su cuerpo. ¡°Esa es la grandeza del open source, que no es un producto cerrado y a partir de una maqueta se pueden evolucionar las piezas, hacer los cambios que se consideren e imprimir un robot nuevo, personalizado¡±, se?ala Gonz¨¢lez.
Recuerda ese episodio como uno de los grandes logros de su vida. Se present¨® en Alemania con un peque?o robot con un coste de 30 euros y al llegar a la feria todo eran grandes y sofisticadas m¨¢quinas humanoides. ¡°Sent¨ªa el t¨ªpico complejo del espa?ol¡±, recuerda. Pero tras su presentaci¨®n se le acercaron decenas de extranjeros a felicitarle por su original y revolucionaria idea. Meses despu¨¦s encontr¨® un v¨ªdeo en YouTube en el que un estadounidense de unos 50 a?os vestido de Boy Scout ense?aba tecnolog¨ªa a un grupo de chicos haciendo uso de su robot. ¡°Ah¨ª empezaron las mutaciones de mi peque?o robot por todo el mundo; la gente se descargaba mi dise?o y sobre ¨¦l hac¨ªa sus modificaciones¡±. En algunas de sus charlas, Obijuan despliega ¨¢rboles geneal¨®gicos con las evoluciones de su primera creaci¨®n.
El premio O¡¯Really le ha llegado como una palmada en la espalda al trabajo bien hecho. Porque a veces piensa que su trabajo no le interesa a nadie. Ahora tiene claro que su pr¨®ximo objetivo es conseguir una plaza en la universidad para dedicar m¨¢s tiempo a la investigaci¨®n. Quiere que la gente aprenda a dise?ar sus propios chips y para ello ya ha lanzado una campa?a de crowdfunding y ha recaudado 6.000 euros. ¡°En la universidad no hay fondos, pero es el mejor lugar para crear siguiendo tus propios instintos y no los intereses de una empresa¡±, zanja.
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