?Escuchen a las mujeres!
Un an¨¢lisis de la cuesti¨®n de la percepci¨®n femenina mediante un repaso a la obra de la escritora Svetlana Aleksi¨¦vich
![La escritora y premio Nobel Svetlana Aleksiévich.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MDJTYTHR6UR6WZ4C5ZRBUJAVNY.jpg?auth=dafc03c9ff2f424df6d6dedadffae36646a441c3805a9561ec147a9ddccd5892&width=414)
Hay gente que opina que el Nobel de Literatura se debe otorgar para consagrar a un autor. Otros piensan que el premio se ha de conceder para descubrir a un escritor determinado. En cualquier caso, debo admitir que, cuando en el a?o 2015 la Academia sueca otorg¨® el galard¨®n a la escritora bielorrusa Svetlana Aleksi¨¦vich, primero, yo desconoc¨ªa absolutamente su existencia. Y segundo, para m¨ª fue un placer descubrirla.
A m¨ª me ense?aron que la literatura solo pod¨ªa adoptar tres formas: la novela, el teatro y la poes¨ªa. Sin embargo, los libros de la escritora bielorrusa se sit¨²an m¨¢s cerca del periodismo que de estas tres formas literarias convencionales. Quiz¨¢s el galard¨®n era una apuesta por parte de la Academia sueca para ampliar el concepto de literatura a otros g¨¦neros (apuesta que parece confirmarse con la entrega del premio, al a?o siguiente, al m¨²sico Bob Dylan). ?Significa esto que a partir de ahora contaremos en la lista de nobelables a periodistas de renombre o incluso a otros m¨²sicos (Tracy Chapman, Eminem¡)? Solo el tiempo lo dir¨¢.
Los libros de Svetlana Aleksi¨¦vich no se parecen a nada de lo que yo he le¨ªdo antes. En muchos casos sus textos son una (largu¨ªsima) serie de entrevistas a distintas personas que hablan, disertan y cuentan sus experiencias sobre un tema determinado.
Lo primero que le¨ª de ella fue La guerra no tiene nombre de mujer. El libro habla de las mujeres (casi un mill¨®n) que lucharon en el Ej¨¦rcito rojo durante la II Guerra Mundial.
Al margen del ¨¢mbito de la ayuda al desarrollo, el enfoque de la mujer, con frecuencia, brilla por su ausencia: no se la tiene en cuenta
Frecuentemente, la literatura nos hab¨ªa presentado una visi¨®n masculina de los conflictos b¨¦licos: la guerra como un lugar "as¨¦ptico" en el que se llevan a cabo enormes y elegantes heroicidades (los ni?os de mi generaci¨®n jug¨¢bamos a la guerra. Es, en realidad, algo aberrante. Ya puestos, ?Por qu¨¦ no jugar a los asesinatos? ?O a las violaciones?).
Esta novela ofrece una visi¨®n femenina de la guerra. En ella, Aleksi¨¦vich habla de la angustia, del fr¨ªo, del hambre, de la muerte, de la suciedad, de la violencia sexual y del miedo... Sucede que la realidad que la guerra constituye coincide m¨¢s con la visi¨®n (femenina) de Aleksi¨¦vich que con la visi¨®n cl¨¢sica y masculina. Y, en ese sentido, La guerra no tiene nombre de mujer me pareci¨® un libro necesario por revelador.
En otro libro de Aleksi¨¦vich, El fin del Homo sovi¨¦ticus, se narra como la implosi¨®n de la URSS conden¨® a la desaparici¨®n al "Homo sovi¨¦ticus", un tipo de hombre y de mujer creado por el marxismo-leninismo.
Es tambi¨¦n muy interesante la visi¨®n ofrecida por la escritora en esta narraci¨®n. Seg¨²n algunos, los hombres y las mujeres vienen definidos m¨¢s por lo que desean ser que por lo que realmente son. El drama detr¨¢s de la ca¨ªda del comunismo de la URSS es que sus habitantes pasaron de desear grandes ideales (justicia, igualdad¡) a desear una televisi¨®n, un coche y una casa.
As¨ª, en este libro Aleksi¨¦vich nos explica que el fin de la URSS fue extremadamente degradante e insultante para su gente. La poblaci¨®n tuvo que resignarse a una visi¨®n de s¨ª mismos superflua y pobre. Una vez m¨¢s, se trata de una percepci¨®n del asunto novedosa y aclaradora. El libro narra una sucesi¨®n de aut¨¦nticas aberraciones cometidas en nombre del sistema. Tras leerla, el lector se preguntar¨¢ si el verdadero drama de la URSS es, simplemente, haber existido.
Lo que estoy tratando de enaltecer en este art¨ªculo es la visi¨®n particular de Aleksi¨¦vich y, en general, la de la mujer. En el terreno de la ayuda al desarrollo las ventajas del enfoque femenino son de sobra conocidas. Muchas son las organizaciones de cooperaci¨®n internacional que prefieren trabajar con mujeres a hacerlo con hombres. Argumentan que las mujeres, con frecuencia, al recibir una ayuda econ¨®mica la dedican a asegurar sus "necesidades importantes" (alimentaci¨®n, educaci¨®n¡) y las de su familia, mientras que los hombres pueden gastar esa ayuda de forma m¨¢s superflua y ego¨ªsta.
Al margen del ¨¢mbito de la ayuda al desarrollo, el enfoque de la mujer, con frecuencia, brilla por su ausencia: no se la tiene en cuenta. Empezaba mi texto hablando del premio Nobel. El hecho de que solo 49 mujeres (frente a 833 hombres) lo hayan recibido es muy clarificador.
Sigamos: ?C¨®mo ven las mujeres la historia? No se sabe, la historia fue interpretada por los hombres mayoritariamente. Y los libros de Svetlana Aleksi¨¦vich demuestran que la percepci¨®n femenina de la historia es muy enriquecedora. Volviendo al libro La guerra no tiene nombre de mujer, si el ser humano hubiera entendido la guerra como lo hace Aleksi¨¦vich, es muy probable que hubiera habido menos conflictos b¨¦licos.
Conclusi¨®n: Es muy ventajoso considerar la percepci¨®n femenina. Primero porque con ella se tendr¨¢ una visi¨®n mucho m¨¢s global que si solo (o mayoritariamente) se considera la masculina. Y segundo, porque, como trat¨¦ de demostrar en este texto, en muchos casos, la visi¨®n de las mujeres es m¨¢s acertada y, por tanto, m¨¢s clarificadora y ¨²til.
Miguel Forcat Luque es economista y trabaja para la Comisi¨®n de la Uni¨®n Europea. Este art¨ªculo no refleja necesariamente el punto de vista de la instituci¨®n para la que trabaja. El prop¨®sito de este art¨ªculo no compromete la responsabilidad de esta instituci¨®n.
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