Australia libera un virus letal para arrasar sus poblaciones de conejos
Los expertos alertan de posibles efectos devastadores si el pat¨®geno llega a Espa?a
Las autoridades australianas han liberado por todo su territorio una cepa mort¨ªfera de un virus para arrasar sus poblaciones salvajes de conejos. El pat¨®geno, causante de la enfermedad hemorr¨¢gica, es tan letal como el ¨¦bola y tan contagioso como la gripe. En solo un par de meses, el virus ha eliminado el 42% de los ejemplares silvestres, seg¨²n las cifras preliminares del Gobierno de Nueva Gales del Sur, el estado m¨¢s poblado de Australia.
Los conejos europeos fueron introducidos en 1859 en la isla mayor por un colono ingl¨¦s, Thomas Austin. Los animales, sin apenas depredadores, se convirtieron en una peste. Una coneja puede tener cada a?o m¨¢s de cinco camadas, de hasta cinco gazapos cada una. Ante la plaga, las autoridades australianas decidieron en 1900 levantar una valla de 1.700 kil¨®metros para impedir el paso de los conejos a la parte occidental de la isla. No funcion¨®. En la d¨¦cada de 1920, hab¨ªa unos 10.000 millones de conejos silvestres en Australia, seg¨²n los c¨¢lculos del Gobierno.
Las autoridades han propagado ahora, en unos 600 puntos de la isla, la nueva cepa K5 del conocido virus de la enfermedad hemorr¨¢gica del conejo. La cepa, denominada cient¨ªficamente RHDV1 K5, se ha aislado en Corea del Sur y solo afecta a los conejos silvestres. ¡°Es mucho peor que el ¨¦bola. El virus resiste meses activo en el medio ambiente. Los conejos mueren en 48 horas y la mortalidad alcanza el 90%¡±, explica el vir¨®logo Francisco Parra, de la Universidad de Oviedo.
El equipo de Parra identific¨® en 2012 en Espa?a una nueva variante del virus de la enfermedad hemorr¨¢gica y trabaja en su vacuna. En la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, la escasez de conejos pone en peligro la conservaci¨®n de especies como el lince ib¨¦rico y el ¨¢guila imperial ib¨¦rica. Por eso, la guerra biol¨®gica en Australia pone los pelos de punta a los expertos espa?oles.
¡°Es una medida peligrosa para otras partes del mundo en las que intentamos preservar los conejos. Los virus no saben de fronteras. Cualquier australiano lo puede traer a Espa?a en sus botas. Es una medida irresponsable¡±, lamenta Parra. Australia ya introdujo en 1951 el virus de la mixomatosis ¡ªdescubierto en Uruguay¡ª para diezmar sus poblaciones de conejos. En 1952, vista la letalidad alcanzada en Ocean¨ªa, un m¨¦dico jubilado franc¨¦s decidi¨® liberar el virus en sus tierras. La mixomatosis se extendi¨® por toda Europa, llegando a aniquilar el 99% de los conejos en algunas regiones.
¡°Es una medida peligrosa para otras partes del mundo en las que intentamos preservar los conejos. Los virus no saben de fronteras", lamenta el vir¨®logo Francisco Parra
¡°Jugar con virus pat¨®genos es peligroso. Un solo pa¨ªs no deber¨ªa poder tomar una decisi¨®n as¨ª. Deber¨ªa ser un tema regulado por la Organizaci¨®n Mundial de Sanidad Animal¡±, opina el bi¨®logo Rafael Villafuerte, del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (CSIC), en C¨®rdoba. El investigador, experto en la gesti¨®n del conejo en lugares como el Parque Nacional de Do?ana, teme mutaciones del virus. ¡°Los conejos se adaptan a las enfermedades y en respuesta los virus se hacen cada vez m¨¢s letales¡±, advierte. Tanto Parra como Villafuerte alertan, adem¨¢s, de un posible salto del virus de la enfermedad hemorr¨¢gica a otras especies.
¡°Es evidente que los objetivos de Australia y de Espa?a son muy diferentes. Nosotros estamos tratando de exterminar una plaga, mientras que Espa?a intenta conservar una especie nativa¡±, admite Mark Schipp, responsable de asuntos veterinarios del Gobierno australiano. Schipp subraya el ¡°enorme da?o¡± que causan los 150 millones de conejos silvestres en la isla: unas p¨¦rdidas de m¨¢s de 200 millones de d¨®lares anuales para los agricultores, seg¨²n el Centro de Investigaci¨®n Cooperativa de Animales Invasores.
La plaga de conejos, adem¨¢s, amenaza la supervivencia de m¨¢s de 300 especies de flora y fauna, incluyendo 24 en peligro cr¨ªtico de extinci¨®n, como la orqu¨ªdea bailarina, el periquito ventrinaranja y el peque?o marsupial p¨®sum pigmeo, seg¨²n el mismo organismo, adscrito al Gobierno. ¡°Espa?a tiene en marcha medidas efectivas para controlar el riesgo de cualquier importaci¨®n de conejos o de agentes biol¨®gicos, en l¨ªnea con los est¨¢ndares sanitarios internacionales. Y Australia se complace de cumplirlos¡±, zanja Schipp.
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