Otro f¨²tbol es posible: el equipo que se levanta contra el sistema
Un libro homenajea al St. Pauli, un club alem¨¢n que demuestra que para ser un equipo m¨ªtico no hace falta ser un vencedor
Si hay un terreno abonado a los t¨®picos ese es el f¨²tbol. De ¨¦l dijo Jorge Valdano que era un estado de ¨¢nimo, pero probablemente fue porque ni como delantero ni como entrenador se enfrent¨® al St. Pauli. El equipo alem¨¢n, hoy en segunda divisi¨®n, ha convertido el balompi¨¦ en una permanente rebeli¨®n contra el sistema.
A falta de copas en sus vitrinas, el club de Hamburgo puede lucir en sus estanter¨ªas el libro que le dedican los periodistas Carles Vi?as y Nacho Parras, dos espa?oles entregados a los colores marr¨®n y blanco de esta leyenda teutona a la que rinden homenaje en St. Pauli, otro f¨²tbol es posible (Capit¨¢n Swing).
Para que se haga una idea de lo que representa jugar en este equipo, en el pr¨®logo del libro Deniz Naki, futbolista kurdo que milit¨® tres temporadas en el club, le dedica las siguientes palabras: ¡°Lo ¨²ltimo que me podr¨¢n robar es mi alma y mis ansias de libertad. El St. Pauli me ense?¨® que cuanto mejor sea en el campo con mi equipo, m¨¢s cosas podr¨¦ conseguir¡±.
Mel Gibson podr¨ªa haberle contratado como guionista de Braveheart. Y no es el ¨²nico. El St. Pauli, que recibe su nombre del barrio donde se encuentra su estadio, un ¨¢rea obrera que ha sufrido a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas todos los vaivenes posibles, deja una profunda impronta en los que pasan por all¨ª. En los alrededores de Millerntor se han desarrollado algunas de las mayores batallas sociales (y campales) de Alemania. Y el club nunca se ha mantenido al margen.
Desde su fundaci¨®n en 1910, ni sus dirigentes ni sus futbolistas ni su afici¨®n han mirado jam¨¢s para otro lado. Han estado en primera l¨ªnea contra el fascismo, el racismo, la homofobia y cualquier tipo de discriminaci¨®n (¨²ltimamente se han movido activamente a favor de los refugiados), pero tambi¨¦n han dado cabida al movimiento okupa y, en los setenta y ochenta, al punk.
La primera de las normas b¨¢sicas aprobadas por el club reza as¨ª: ¡°El FC St. Pauli, constituido por sus socios, personal, aficionados y voluntarios, es parte de la sociedad y del tejido social que le envuelve y, por tanto, se encuentra directa o indirectamente influenciado por los cambios pol¨ªticos, sociales y culturales¡±.
As¨ª, sin m¨¢s finales que las que les han llevado a pelear por el ascenso o, una vez en la Bundesliga, por evitar el descenso, han convertido las camisetas negras con una calavera blanca, su emblema oficioso, en un icono mundialmente famoso. Hay quien cuando habla de f¨²tbol, se refiere a sistemas de juego. En las gradas de Millerntor, se discute de c¨®mo jug¨¢rsela al sistema. Algo en lo que este club y su afici¨®n son unos campeones.
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