Vuelve el gen
Los avances en la tecnolog¨ªa del ADN nos enfrentan a dilemas de gran importancia para la sociedad; inf¨®rmate y entra en el debate
Se ha dicho a menudo que, si el XX fue el siglo de la f¨ªsica, el XXI lo ser¨ªa de la biolog¨ªa. Hoy ya sabemos que no es as¨ª. Dos de los grandes descubrimientos cient¨ªficos de este siglo, el bos¨®n de Higgs y las ondas gravitatorias, dan sobrada cuenta del excelente estado de salud de la f¨ªsica. Pero la biolog¨ªa tambi¨¦n ha estallado en nuestro tiempo, y la raz¨®n principal es la gen¨¦tica. Lee en Materia una interesante entrevista con Siddhartha Mukherjee, onc¨®logo y autor del reci¨¦n publicado El gen: una historia personal, uno de los libros actuales que exponen las ra¨ªces de esta revoluci¨®n y el estado de la cuesti¨®n. Lee tambi¨¦n una no menos interesante rese?a de este libro. La gen¨¦tica est¨¢ entre nosotros para quedarse, y nos plantea una pl¨¦tora de dilemas ¨¦ticos, sociales y pol¨ªticos que estamos obligados a abordar cuanto antes.
El principal de todos ellos es seguramente una frontera delicada: la que separa curar de mejorar. Las t¨¦cnicas de edici¨®n gen¨®mica, como CRISPR, ya han puesto a tiro de piedra la posibilidad de modificar el genoma humano a voluntad, y de modificarlo no solo en las c¨¦lulas del cuerpo (som¨¢ticas, en la jerga), sino tambi¨¦n en la l¨ªnea germinal, es decir, en las c¨¦lulas que originan los ¨®vulos y los espermatozoides; una modificaci¨®n all¨ª afectar¨¢ a los hijos, los nietos y toda la descendencia de la persona que la recibe. Esto ha sido un tab¨² hasta ahora, y est¨¢ prohibido en todos los pa¨ªses que han legislado al respecto. Pero las legislaciones cambian, y pronto habr¨¢ s¨®lidas razones para hacerlo, porque la modificaci¨®n de la l¨ªnea germinal es la ¨²nica forma que conocemos de erradicar las 3.000 enfermedades raras y hereditarias que, en conjunto, afligen a una fracci¨®n sustancial de la poblaci¨®n.
La mayor¨ªa de la gente, cabe esperar, no pondr¨¢ objeciones al uso de estas t¨¦cnicas cuando se trata de curar una enfermedad, o incluso de erradicarla en la familia afectada. La situaci¨®n ser¨¢ muy distinta si se trata de mejorar cualidades humanas que est¨¢n dentro de la normalidad. Y el problema es que la frontera que separa esas dos cosas es m¨¢s difusa de lo que parece.
?Elegir¨ªas, si pudieras, que tus hijos tuvieran una alta inteligencia? Eso no es curar, pero qui¨¦n sabe si sabr¨¢s renunciar a ello, ?no?
Por ejemplo, hay genes que ofrecen protecci¨®n frente al sida, descubiertos en estudios con prostitutas africanas que no han desarrollado la enfermedad. Si decides poner esos genes a tu futuro hijo, ?est¨¢s curando una enfermedad o mejorando sus cualidades normales? Tambi¨¦n hay genes asociados a la adicci¨®n a las drogas. Si se los quitas a tu descendencia, ?est¨¢s cur¨¢ndola o mejor¨¢ndola? ?Elegir¨ªas, si pudieras, que tus hijos tuvieran una alta inteligencia? Eso no es curar, pero qui¨¦n sabe si sabr¨¢s renunciar a ello, ?no?
Es un dilema muy importante, y uno que los cient¨ªficos no deben resolver por s¨ª solos. Hace falta un gran debate en que se impliquen fil¨®sofos, soci¨®logos, pol¨ªticos y, al final, toda la sociedad. Lee Materia e inf¨®rmate sobre el futuro. Tu propio futuro.
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