La valla que no sirve para nada
A pesar de los muros, el volumen de inmigraci¨®n no ha cambiado en los ¨²ltimos veinticinco a?os
La primera vez que la vi era de noche y sonaba la m¨²sica del compositor liban¨¦s Armand Amar. Aunque me conozco de memoria sus partes, y la he visto en fotos y en los planos que me he estudiado, me sorprendi¨®. Tan alta, tan compleja, con sus tres partes una dentro de otra. Empezamos a seguirla lentamente y seg¨²n avanz¨¢bamos se me iba encogiendo el coraz¨®n. Me record¨® a la sensaci¨®n que tuve cuando visit¨¦ Auschwitz, esa opresi¨®n emocional que te generan elementos arquitect¨®nicos dise?ados para hacer da?o, para evitar la libertad, para reprimir.
La valla de Melilla se construy¨® en 1998 durante el primer gobierno de Aznar. El reci¨¦n ratificado acuerdo de Schengen convert¨ªa a Ceuta y Melilla en la ¨²nica frontera terrestre de la Uni¨®n Europea con ?frica. Al principio, el Gobierno espa?ol ten¨ªa previsto blindar la frontera con minas antipersonales, pero se interpuso en sus planes el Tratado de Ottawa. As¨ª que finalmente se opt¨® por "una valla di¨¢fana, de acero reforzado, que podr¨¢ ser vista desde ambos lados", como relataba El Telegrama de Melilla del 6 de junio de 1998.
En realidad esta valla construida en 1998 no serv¨ªa para mucho. Como explica fant¨¢sticamente el escritor Juan Goytisolo en un art¨ªculo publicado ese a?o, el paso entre Nador y Melilla es poroso para permitir el llamado ¡°comercio at¨ªpico¡±, una especie de contrabando aceptado que sigue vigente y creciente en nuestros d¨ªas. Los inmigrantes subsaharianos atravesaban en pateras por el Estrecho, no por tierra. Y as¨ª sigui¨® siendo hasta que las consecuencias de los atentados del 11S desestabilizaron todo el equilibrio de la zona mediterr¨¢nea. Varios pa¨ªses de la Uni¨®n Europea deciden empezar a controlar los pasos irregulares por mar. En 2002, Espa?a pone en marcha el SIVE (Sistema de Vigilancia Exterior). Ese a?o, los flujos de inmigrantes hacia Espa?a se ajustan y por primera vez se empieza a usar la ruta por Canarias. Entre 2003 y 2004 se perfecciona el sistema de control mar¨ªtimo del Estrecho y en 2005 sucede lo que era esperable: los inmigrantes empiezan a cruzar la frontera por tierra. Pasamos de tener tres intentos de cruce en 2002, siete en 2003 a m¨¢s de treinta en 2005.
As¨ª es como a finales de 2005, tras varios intentos de cruce protagonizados por centenares de personas, que incluyeron el derribo de la valla en varias ocasiones, el Gobierno de Zapatero decide militarizar la zona y ¡°profesionalizar la valla¡±. Se incrementa su tama?o, su altura, los sistemas de detecci¨®n de movimientos y control con c¨¢maras y sensores, el personal que la vigila, se incluye la sirga tridimensional¡
Desde 2005 hasta ahora la valla sigue mutando, con o sin concertina, con o sin flejes, con o sin sirga, m¨¢s o menos alta y ahora parece ser que la quieren electrificar. La valla cambia como cambian los flujos migratorios que acceden a Europa.
La valla sigue sin servir para nada m¨¢s que distinguir a unos de otros; los de un lado de los del otro lado. No impide el movimiento que se sigue llevando a cabo por v¨ªas mucho m¨¢s peligrosas y caras. Un inmigrante paga en torno a 4.000 euros por entrar a Melilla escondido en el dep¨®sito de gasolina de un coche, porque si sobrevive ya est¨¢ en Espa?a. Pasar en patera cuesta 1.500. Este tipo de trayectos se est¨¢n incrementando mientras los saltos de la valla, denominados ¡°asaltos¡± de valla por el Ministerio del Interior, han disminuido en los ¨²ltimos a?os. Aunque las cantidades de personas que llegaron a la pen¨ªnsula por este medio nunca superaron las 3.000 personas en el a?o de mayor recepci¨®n, siendo actualmente apenas un centenar.
Las mafias proliferan y al mismo tiempo se invierte cada vez m¨¢s dinero p¨²blico en llevar a cabo ese supuesto ¡°control migratorio¡±. El negocio que se ha montado en torno a la valla mueve cientos de millones de euros todos los a?os y sigue creciendo. Esta puede que sea una de las razones principales por la cuales la valla sigue ah¨ª pese a su poca eficacia.
La inmigraci¨®n no se para con una valla. La inmigraci¨®n no se para con nada. De hecho, los datos relativos a la inmigraci¨®n no han cambiado en los ¨²ltimos veinticinco a?os, el 3,3 por ciento de la poblaci¨®n del mundo es inmigrante. Nos llevan a pensar que Europa est¨¢ siendo invadida y nos tenemos que defender. Pero los datos hablan por s¨ª solos, el 86 por ciento de los refugiados del mundo est¨¢n acogidos en pa¨ªses denominados pobres... Europa apenas acoge de media a ocho refugiados por cada 1.000 habitantes, L¨ªbano, por ejemplo, a 183 por cada 1.000.
No es la primera vez que discursos demag¨®gicos dan lugar a expresiones tan agresivas como la valla de Melilla. Ya hubo antes otras vallas, ya hubo antes otros muros, y los derribamos porque despu¨¦s de los a?os entendimos que las atrocidades que se justifican a un lado del muro no se pueden permitir. No olvidemos el pasado, tom¨¦monos el tiempo de informarnos y de pensar y exijamos a nuestros gobernantes transparencia y ¨¦tica. No toleremos lo intolerable.
Es de indispensable lectura el excepcional art¨ªculo de Juan Goytisolo, Frontera de cristal, publicado en 1998, no dejen de leerlo.
Les ¨¢nimo a firmar la petici¨®n al Gobierno de Espa?a de que elimine de la valla las partes da?inas y que cumpla con su obligaci¨®n de atenci¨®n en el mar. Les llevar¨¢ un minuto y es muy ¨²til. Firmar.
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