As¨ª funciona tu protector solar
Arrugas, manchas, distintos tipos de c¨¢ncer... El exceso de qu¨ªmicos y de radiaci¨®n solar puede acarrear diversas consecuencias para nuestro cuerpo
No hace tanto, hab¨ªa personas, como mi t¨ªa Muriel, que pensaban que las quemaduras solares eran un mal necesario para conseguir un ¡°buen bronceado¡±. Mi t¨ªa sol¨ªa embadurnarse de aceite para beb¨¦s, al tiempo que utilizaba una gran superficie reflectante para asarse a fuego lento. Cuando aparec¨ªan las inevitables quemaduras y la piel se levantaba, su lema era ¡°la belleza tiene un precio¡±.
Y desde luego, ten¨ªa raz¨®n en lo del precio, solo que, por aquel entonces, nadie se daba cuenta de lo alto que era. Lo que los adictos al sol no sab¨ªan era que est¨¢bamos creando las condiciones para que las prote¨ªnas y el ADN estructurales de nuestra piel sufriesen da?os. Y ya tenemos aqu¨ª las arrugas, las manchas de la edad y los distintos tipos de c¨¢ncer. Independientemente de con qu¨¦ nivel de la escala Fitzpatrick de tipos de piel coincida su tez, la radiaci¨®n ultravioleta del Sol (UV) es perjudicial para ella.
Hoy en d¨ªa, el reconocimiento de los riesgos que comporta la radiaci¨®n UV ha llevado a los cient¨ªficos ¨Ca m¨ª entre ellos¨C a investigar qu¨¦ pasa en nuestras c¨¦lulas cuando est¨¢n al sol, y a idear maneras acordes con los tiempos de protegerse contra esos da?os.
?Qu¨¦ ocurre cuando el sol da en la piel?
La luz solar se compone de paquetes de energ¨ªa llamados fotones. Los colores visibles que podemos percibir a simple vista son relativamente inocuos para la piel. Los que pueden provocarle da?os son los fotones de la luz ultravioleta (UV) del sol. Esta luz se puede dividir en dos categor¨ªas: UVA (la que se sit¨²a en un intervalo de entre 320 y 400 nan¨®metros de longitud de onda), y UVB (en un intervalo comprendido entre 280 y 320 nan¨®metros).
Nuestra piel contiene mol¨¦culas perfectamente estructuradas para absorber la energ¨ªa de los fotones UVA y UVB. Cuando esto ocurre, la mol¨¦cula entra en un estado de excitaci¨®n energ¨¦tica. Y, como dice el dicho, ¡°todo lo que sube, baja¡±. Con el fin de liberar la energ¨ªa que han absorbido, las mol¨¦culas experimentan reacciones qu¨ªmicas, lo cual tiene consecuencias biol¨®gicas para la piel.
Curiosamente, antes, algunos de estos efectos se consideraban adaptaciones ¨²tiles, si bien en la actualidad podemos identificarlos como diversas formas de lesi¨®n. El bronceado es consecuencia de la producci¨®n de cantidades adicionales del pigmento llamado melanina inducida por los rayos UVA. Es decir, la exposici¨®n al sol activa la red antioxidante natural de la piel, la cual desactiva las especies reactivas del ox¨ªgeno (ERO) y los radicales libres altamente destructivos. Si nada impide su proliferaci¨®n, estos pueden provocar da?os celulares y estr¨¦s oxidativo en la piel.
Tambi¨¦n sabemos que la luz UVA penetra m¨¢s profundamente que la UVB, destruyendo la prote¨ªna llamada col¨¢geno. A medida que el col¨¢geno se degrada, la piel pierde su elasticidad y suavidad, lo cual da lugar a la aparici¨®n de arrugas. La radiaci¨®n UVA es la responsable de muchos de los signos visibles de envejecimiento, mientras que la UVB se considera la causa principal de las quemaduras solares. Piense en A para ¡°envejecimiento¡± [aging en ingl¨¦s] y B para ¡°quemadura¡± [burning en ingl¨¦s].
El ADN puede absorber los rayos UVA y UVB, causando mutaciones que, si no se reparan, pueden desembocar en c¨¢nceres de piel tipo no melanoma (carcinoma de c¨¦lulas basales, carcinoma de c¨¦lulas escamosas) o melanoma. Otras mol¨¦culas cut¨¢neas transmiten a los ERO y a los radicales libres altamente reactivos la energ¨ªa de la radiaci¨®n ultravioleta que han absorbido. El estr¨¦s oxidativo resultante puede sobrecargar la red antioxidante de la piel y causar lesiones celulares. Por su parte, los ERO pueden reaccionar con el ADN, desencadenando mutaciones, y tambi¨¦n con el col¨¢geno, dando lugar a la aparici¨®n de arrugas. Asimismo, pueden interrumpir las v¨ªas de comunicaci¨®n celular y la expresi¨®n de los genes.
El resultado final de todas estas reacciones a la luz solar es un fotoda?o que se acumula a lo largo de la vida debido a la exposici¨®n reiteradaCon independencia de la cantidad de melanina que tengamos en la piel, cabe la posibilidad de que desarrollemos c¨¢nceres de piel provocados por los rayos ultravioleta
El resultado final de todas estas reacciones a la luz solar es un fotoda?o que se acumula a lo largo de la vida debido a la exposici¨®n reiterada. Y ¨Cnunca nos cansaremos de repetirlo¨C esto se aplica a todos los tipos de piel, desde el I (como la del Nicole Kidman) hasta el VI (como la de Jennifer Hudson). Con independencia de la cantidad de melanina que tengamos en la piel, cabe la posibilidad de que desarrollemos c¨¢nceres de piel provocados por los rayos ultravioleta, y, con el tiempo, todos veremos en el espejo los signos del envejecimiento fotoinducido.
Filtrar los fotones antes de se produzca el da?o
Naturalmente, la buena noticia es que tanto el riesgo de sufrir c¨¢ncer de piel como los signos visibles de la edad se pueden minimizar si se previene la sobreexposici¨®n a la radiaci¨®n ultravioleta. Cuando no se puede evitar totalmente el sol, ah¨ª est¨¢n los modernos protectores solares para cubrirle las espaldas (y tambi¨¦n el resto de la piel).
Los protectores utilizan filtros contra los rayos UV. Se trata de mol¨¦culas dise?adas espec¨ªficamente para ayudar a reducir la cantidad de radiaci¨®n ultravioleta que pasa a trav¨¦s de la superficie de la piel. Una pel¨ªcula de estas mol¨¦culas forma una barrera protectora que absorbe (filtros qu¨ªmicos) o refleja (pantallas f¨ªsicas) los fotones ultravioleta antes de que puedan ser absorbidos por nuestro ADN y por otras mol¨¦culas reactivas situadas m¨¢s adentro de la piel.
En Estados Unidos, la Administraci¨®n de Alimentos y Medicamentos (FDA) regula los protectores solares como medicamentos. Dado que, tradicionalmente, nos ha preocupado m¨¢s la protecci¨®n contra las quemaduras solares, hay 14 mol¨¦culas que bloquean los rayos ultravioleta causantes de esas quemaduras aprobadas para su uso. El hecho de que en Estados Unidos solo podamos utilizar dos mol¨¦culas que impiden el paso de los rayos UVA ¨Cla avobenzona, un filtro qu¨ªmico, y el ¨®xido de zinc, una pantalla f¨ªsica¨C da testimonio de que nuestro conocimiento de que los rayos UVA no solo broncean, sino que tambi¨¦n causan problemas, es m¨¢s reciente.
La FDA ha establecido una serie de estrictos requisitos de etiquetado, el m¨¢s evidente de los cuales es el que se refiere al SPF (factor de protecci¨®n solar). Presente en las etiquetas desde 1971, el SPF indica el tiempo relativo que tarda una persona en quemarse debido a la radiaci¨®n UVB. Por ejemplo, si una persona suele tardar 10 minutos y lo usa correctamente, un factor de protecci¨®n 30 deber¨ªa proporcionarle 30 veces ese tiempo, es decir, 300 minutos de protecci¨®n antes de la quemadura.
¡°Si lo usa correctamente¡± es la frase clave. Los estudios demuestran que se necesitan alrededor de 28 gramos ¨Ces decir, pr¨¢cticamente una cantidad de protector solar del tama?o de un vaso de chupito¨C para cubrir las zonas expuestas de un cuerpo adulto medio, y una cantidad del tama?o de una moneda de alrededor de dos cent¨ªmetros de di¨¢metro para la cara y el cuello (m¨¢s o menos, dependiendo de las dimensiones del cuerpo de cada uno). La mayor parte de la gente se aplica entre una cuarta parte y la mitad de las cantidades recomendadas, exponiendo su piel al riesgo de sufrir quemaduras y da?os debidos al sol.
Adem¨¢s, la eficacia del protector disminuye en el agua o con el sudor. Para facilitar las cosas a los consumidores, actualmente la FDA exige que el efecto de los productos etiquetados como ¡°resistente al agua¡± y ¡°muy resistente al agua¡± dure, respectivamente, hasta 40 y hasta 80 minutos en el agua, y la Academia Estadounidense de Dermatolog¨ªa y diversas organizaciones m¨¦dicas profesionales recomiendan que se vuelvan a aplicar inmediatamente despu¨¦s de practicar cualquier deporte acu¨¢tico. La regla general es volver a ponerse protector m¨¢s o menos cada dos horas, y, desde luego, despu¨¦s de haber hecho deporte en el agua o de haber sudado.
Para conseguir factores de protecci¨®n altos se combinan m¨²ltiples filtros UVB UV en una formulaci¨®n basada en las normas de seguridad establecidas por la FDA. Sin embargo, el SPF no es sin¨®nimo de protecci¨®n contra los rayos UVA. Para que un filtro solar pueda afirmar que protege contra los rayos UVA y UVB, y estar etiquetado como ¡°de amplio espectro¡±, tiene que pasar el examen de amplio espectro de la FDA, en el cual el protector recibe el impacto de grandes dosis de luz UVB y UVA antes de que su eficacia quede comprobada.
Este paso previo a la irradiaci¨®n se dict¨® en las normas de etiquetado para protectores solares de la FDA de 2012, y supone el reconocimiento de una caracter¨ªstica importante de los filtros UV: algunos pueden ser fotol¨¢biles, lo que significa que se pueden degradar bajo la radiaci¨®n ultravioleta. Seguramente el ejemplo m¨¢s conocido sea el del¨¢cido aminobenzoico, o PABA. Hoy en d¨ªa esta mol¨¦cula capaz de absorber la radiaci¨®n UVB apenas se utiliza en los protectores solares porque forma fotoproductos que desencadenan una reacci¨®n al¨¦rgica en algunas personas.
Pero, en realidad, el examen de amplio espectro no fue obligatorio hasta que la mol¨¦cula avobenzona, capaz de absorber los rayos UVA, lleg¨® al mercado. La avobenzona puede interactuar con el octinoxato, un potente absorbente de la radiaci¨®n UVB ampliamente utilizado, de forma que este hace que la primera sea menos eficaz contra los fotones UVA. El filtro UVB, por su parte, ayuda a estabilizar la avobenzona , de manera que conserve m¨¢s tiempo la forma en la que es capaz de absorber la radiaci¨®n UVA. Adem¨¢s, puede que en las etiquetas de algunos protectores solares usted descubra la mol¨¦cula etilhexilometoxicrileno, que contribuye a estabilizar la avobenzona incluso en presencia de octinoxato, y nos proporciona una protecci¨®n m¨¢s duradera contra los rayos UVA.
El pr¨®ximo paso en la innovaci¨®n de los protectores solares es ampliar su cometido. Debido a que ni siquiera los filtros con factor de protecci¨®n m¨¢s alto bloquean el 100% de la radiaci¨®n ultravioleta, la adici¨®n de antioxidantes puede ofrecer una segunda l¨ªnea de protecci¨®n cuando las defensas naturales de la piel est¨¢n sobrecargadas. Algunos de los ingredientes antioxidantes con los que hemos trabajado mis colegas y yo incluyen el acetato de tocoferol (vitamina E), el ascorbil fosfato de sodio (vitamina C) y el maolnato de dietilhexilsiringilideno (DESM). Adem¨¢s, los expertos en protectores solares han empezado a investigar si la absorci¨®n de otros colores de la luz, como la infrarroja, por las mol¨¦culas de la piel desempe?an alg¨²n papel en la aparici¨®n de los da?os debidos al sol.
A medida que avanza la investigaci¨®n, hay algo que sabemos con certeza, y es que proteger el ADN de las lesiones que provoca la radiaci¨®n ultravioleta es sin¨®nimo de prevenci¨®n del c¨¢ncer de piel en personas de cualquier tono. La Fundaci¨®n del C¨¢ncer de Piel, la Sociedad Americana contra el C¨¢ncer y la Academia Estadounidense de Dermatolog¨ªa hacen hincapi¨¦ en que el uso regular de un filtro con factor de protecci¨®n 15 o superior previene las quemaduras y reduce el riesgo de sufrir c¨¢nceres de tipo no melanoma en un 40% , y tipo melanoma en un 50%.
Todav¨ªa podemos seguir disfrutando del sol. A diferencia de mi t¨ªa Muriel y de los que ¨¦ramos ni?os en la d¨¦cada de 1980, no tenemos m¨¢s que utilizar los recursos a nuestro alcance, desde las mangas largas a las sombrillas y los filtros solares con el fin de proteger las mol¨¦culas de la piel, y en especial el ADN, de los da?os causados por la radiaci¨®n ultravioleta.
Kerry Hanson es qu¨ªmica investigadora de la Universidad de California en Riverside.
Cl¨¢usula de divulgaci¨®n:
Kerry Hanson ha sido consultora de Bayer, J&J/Neutr¨®gena y P&G. Su labor acad¨¦mica ha contado con la financiaci¨®n de Hallstar y con una beca Discovery conjunta de la Universidad de California y Merck. La autora es miembro de la Sociedad Qu¨ªmica de Estados Unidos.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la web The Conversation.
Traducci¨®n de News Clips.
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